10 preguntas con respuesta sobre ‘las lombrices’ en los niños
Estos parásitos intestinales, llamados oxiuros, son unos gusanos que viven en el intestino y que afectan, sobre todo, a niños de entre 5 y 10 años. Te contamos cuáles son sus síntomas, cómo se detectan, cuál es su tratamiento y medidas de prevención para evitar el contagio.
Las lombrices, que es como coloquialmente se conoce a los parásitos intestinales llamados oxiuros, son unos gusanos muy pequeños y finos que, sobre todo, afectan a los menores de 10 años. A pesar de las creencias generalizadas que existen en torno al origen de estos ‘bichitos’, no están asociados ni a la suciedad, ni a la falta de higiene ni, por supuesto, a comer demasiados azúcares o alimentos procesados en exceso . Además, hay que tener cuidado y seguir las medidas de prevención ya que son fácilmente contagiosos puesto que el picor que provocan en los niños provoca que al rascarse, los huevos puedan quedarse en las manos del pequeño y debajo de las uñas, lo que propaga su contaminación.
Estas son algunas de las preguntas más frecuentes relacionadas con este tema respondidas por la doctora Laura López, pediatra y conocida en redes sociales por su labor divulgativa en su cuenta @mama_y_pediatra.
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1. ¿Qué significa que un niño tiene ‘lombrices’?
Quizás hayas escuchado a tu abuela decirte en alguna ocasión, ‘si comes tantas dulces te saldrán lombrices en la tripa’. Bueno lo de las lombrices sí puede pasar, pero no precisamente por comer dulces. Según nos cuenta la pediatra “es una forma coloquial de referirse a los oxiuros, un parásito que afecta con frecuencia a los niños, sobre todo entre los 5-10 años de edad”.
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2. ¿Qué lo causa?
Los oxiuros son parásitos intestinales que son muy comunes en la edad pediátrica, tal y como nos comentaba la doctora, pero, ¿cuál es su origen? “Se trata de una infección causada por un parásito llamado Enterobius vermicularis. Son unos pequeños gusanos móviles de unos 0,5-1 cm de longitud y de color blanco que viven en el intestino”, nos cuenta la Dra. López.
3. ¿Cuáles son los síntomas?
“El principal síntoma es el picor anal de predominio nocturno y en niñas también el picor vulvar o flujo vaginal. Raramente cursa con dolor abdominal, y lo habitual es que curse de forma asintomática”. Los huevos suelen quedar adheridos a la piel y a la ropa, y es frecuente que aparezca en niños que van a guarderías o que afecte a personas del mismo núcleo familiar.
4. No está relacionado con el bruxismo
La doctora, además, hace una apreciación respecto a los síntomas y comenta: “Por cierto, el bruxismo, que se relaciona tradicionalmente con los oxiuros, no tiene relación demostrada”. Un falso mito debido a que “se decía que tenía relación porque el picor anal nocturno podría producir estrés en niño y alteraciones del sueño, así como,
repercutir en su descanso
, pudiendo desencadenar ese posible bruxismo”, nos explica.
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5. ¿Cómo se detecta?
El cuadro es bastante evidente cuando un niño llega a la consulta del pediatra con esta infección ya que la clínica en estos casos es definitiva. “Pueden verse en las heces, o también alrededor del ano o la vulva en las niñas, ya que las lombrices hembras adultas migran hacia esa zona para depositar sus huevos. Típicamente son más activos por la noche”, nos cuenta la doctora.
Aunque los síntomas no son graves, sí son molestos, por ello, es importante que “si aparecen los síntomas típicos conviene consultar con el pediatra para poner tratamiento lo antes posible”, recomienda.
6. Test de Graham
En aquellos casos en los que se tiene alguna duda del diagnóstico, se realiza una toma de muestras mediante el Test de Graham. ¿Cómo? “Se realiza a primera hora de la mañana, antes del aseo personal. Consiste en colocar una cinta adhesiva transparente alrededor del ano para posteriormente observar al microscopio si existen huevos”, indica la pediatra.
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7. ¿Cómo se contagian?
Los huevos son contagiosos y pueden contaminar habitaciones, baños, agua… Pueden pasarse de un niño a otro al compartir cualquier juguete, por ejemplo. Tal y como nos cuenta la doctora: “Se contagian a través de objetos contaminados como areneros, ropa o alimentos en los que pueden permanecer viables de dos a tres semanas; o por vía fecal-oral, es decir, al rascarse con las manos la zona perianal, los huevos quedan en los dedos y debajo de las uñas y al llevarse las manos a la boca se perpetúa la autoinfección”.
8. ¿Cuál es el tratamiento?
Independientemente del caso, el tratamiento será necesario para todos, según nos cuenta la Dra. López para el cual “generalmente, usamos un antiparasitario llamado mebendazol en dosis única, que se repite a las 2 semanas. Se recomienda también tratar a todos los convivientes”, recomienda.
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9. Consejos de prevención
Asimismo, es importante realizar una limpieza del hogar profunda hasta completar el tratamiento, porque estos parásitos pueden sobrevivir hasta semanas después en la ropa. Algunos consejos para la prevención de su propagación que nos da la doctora, son:
Lavar ropa de cama, pijamas, toallas… en agua caliente (preferentemente más de 60º).
Lavado de manos y uñas frecuente.
Mantener una limpieza exhaustiva de baños e inodoros.
10. ¿Puede ir el niño al colegio mientras tanto?
Una de las preguntas más repetidas entre los papás cuando sus peques se ponen enfermos, además de cuándo se recuperarán es: ‘si el niño se encuentra bien, ¿puede ir al colegio?’ A lo que la Dra. López responde que “no es necesaria la exclusión escolar, pero se recomienda que los niños infectados se bañen por las mañanas para eliminar los huevos puestos durante la noche, cambiar frecuentemente la ropa interior, pijamas, toallas y sábanas e insistir en las prácticas de higiene personal, llevar las uñas cortas y el lavado de manos frecuente”