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ni o haciendo ejercicios con pelota© AdobeStock

niños

¿Qué es la psicomotricidad relacional y cómo puede ayudar a tu hijo?

Es la mejor forma de que tus hijos aprendan a construir relaciones sanas con sus iguales, con otros adultos y con su entorno en general, además de controlar sus movimientos y conocer mejor su propio cuerpo.


15 de diciembre de 2022 - 9:45 CET

Si tienes un bebé de pocos meses de vida sabrás  la importancia que tienen los avances psicomotores  para su proceso madurativo. Los hitos que tiene que ir logrando mes a mes son muchos, sobre todo, a lo largo del primer año de vida, pero, ¿qué ocurre a partir de los 2 años o 2 años y medio? Que el niño todavía no tiene una comunicación oral precisa para poder expresarse, por lo que su cuerpo será su mejor aliado para ayudarle a relacionarse con sus iguales, con adultos, o con el mundo que le rodea en general.

Aquí es donde entra en juego la llamada psicomotricidad relacional, que Nuria Pérez, psicomotricista y CEO en @lasaladepsico, nos ayuda a comprender muy bien de qué se trata. “Es una manera de entender y acompañar la infancia a través del cuerpo, el movimiento y las relaciones que se establecen con el mundo. Nos desarrollamos de manera global, y las funciones sensoriales, motrices, emocionales, psíquicas, cognitivas y lingüísticas maduran a la vez, por eso es necesario mirar a los niños de forma integral y abandonar el viejo pensamiento de que, si el niño adquiere habilidades motrices, se portará mejor y será más inteligente. En La Sala de Psico ayudamos al niño a ponerse en relación con su propio cuerpo, con el espacio, con los objetos, con el adulto y con sus iguales”, explica.

ni o dando una flor a su mam feliz© AdobeStock

Dependemos de las relaciones que establecemos

Y es que, aunque no nos hayamos parado a pensarlo, si nos observamos en nuestro día a día veremos que dependemos de las relaciones que establecemos con los demás, con nuestro alrededor. “Una buena relación de pareja nos da felicidad, tener buena relación con los compañeros de trabajo nos motiva en la tarea… Y, si pensamos en cómo nos relacionamos, veremos que el cuerpo es la llave que abre toda puerta de relación. Nos construimos en la relación con el otro, desde el cuerpo, y los niños todavía más, porque el lenguaje aún no es su herramienta de comunicación principal. Por eso, la psicomotricidad relacional ayuda al niño a ponerse en relación, y con ello, a afrontar lo mejor posible situaciones que se van a repetir durante toda su vida”, indica la psicomotricista.

beb jugando con cubos de aprendizaje en colchonetas© AdobeStock

¿Cómo es una sesión de psicomotricidad relacional?

La experta nos comenta que la creencia generalizada es que en este tipo de sesiones se practica lo que nosotros llamábamos ‘gimnasia’, en los primeros años del cole, “y que ahora se ha puesto de moda llamar psicomotricidad”, dice. “¡Pero no es así!”, asegura. “En las sesiones de psicomotricidad el juego sensoriomotor, simbólico y expresivo constituyen la base metodológica: saltar, correr, rodar, trepar, girar, balancearse, deslizarse, jugar a super héroes, animales, casas, hospitales, contar cuentos, canciones, dibujar, construir…”.

ni o jugando con juego montessori© AdobeStock

El juego como herramienta de crecimiento

¿Cuál es el mejor método de aprendizaje para un niño en sus primeros años de vida? Por supuesto, el juego. Da igual el tipo de juego que sea mientras que sea libre, es decir, solo redirigirle en aquellos casos que sea necesario y utilizarlo con distintos objetivos. La psicomotricista nos cuenta que “el juego es la herramienta de crecimiento y transformación más potente. Está muy de moda que los bebés y niños se ejerciten para hacer de todo muy rápido, y se nos olvida que son personas pequeñas, sujetos y no objetos que necesitan ser mirados, escuchados y acompañados, en vez de entrenados”.

ni a feliz en una piscina de pelotas© AdobeStock

¿Para qué niños está indicada la psicomotricidad relacional?

Puede parecer un mito que los niños que tienen problemas o alteraciones motrices necesitan un apoyo con la psicomotricidad relacional, pero según nos dice la experta, está recomendada “para todos los niños”. “Dentro de la psicomotricidad relacional, y más concretamente en la Práctica Psicomotriz Aucouturier, existen varias líneas de trabajo que dependen de las demandas del niño, de la familia y del entorno”.

ni a haciendo ejercicios en una pelota de pilates© AdobeStock

La psicomotricidad como actividad extraescolar o como terapia

Puede que tu peque tenga esta actividad extraescolar en el cole, y no la estéis aprovechando. Es decir, cuando el niño tiene un desarrollo considerado normal, la práctica de la psicomotricidad relacional “se plantea como un apoyo al desarrollo integral del niño desde el placer de moverse y jugar”, explica. Mientras que la ayuda o terapia psicomotriz “está dirigida a niños y niñas que presentan dificultades en algún aspecto de su desarrollo global y psicológico, tengan diagnóstico o no. Nosotros trabajamos con niños sin patologías específicas ayudándoles a reforzar su proceso escolar y educativo”.

pap jugando con su beb con la pelota© AdobeStock

El mayor beneficio que aporta es la salud mental infantil y familiar

Así es, y es que tal y como plantea la psicomotricista, todos los padres quieren que sus hijos sean felices, y “el beneficio más importante de esta práctica es la prevención de la salud mental infantil y familiar”. Sin darnos cuenta algo tan simple e inofensivo como una pantalla de móvil, tablet o televisión con dibujos animados puede generar alteraciones en el descanso de los niños, así como en su desarrollo cognitivo. “Vivimos tiempos complicados, en los que las pantallas ocupan gran parte de nuestro día a día y el ritmo de vida es tan elevado que se nos olvida mirarnos a la cara. Los niños necesitan moverse y establecer vínculos más que nunca, para transformar los retos de las situaciones cotidianas”, dice la experta.

ni o jugando metido en una caja© AdobeStock

Una vía de comunicación más: el cuerpo

Otro de los grandes beneficios es la libertad corporal, de expresión y de movimiento que proporciona a los peques esta práctica. “Henry Wallon decía que ‘nada hay en el niño más que su cuerpo como expresión de su psiquismo’. Los peques evolucionan y crecen con el movimiento, y expresan y transforman sus emociones desde vivencias placenteras que ponen la relación en el centro. Aprenden a decir no y a respetarlo, integran las normas sociales que no permiten hacer daño a los demás y desarrollan la creatividad necesaria para generar soluciones a sus problemas habituales”, señala la experta.

ni o haciendo ejercicios con terapeuta© AdobeStock

Hasta cuándo se recomienda practicar la psicomotridad relacional

Esto va a depender de muchos factores porque “la terapia psicomotriz no consiste en buscar el tornillo desaflojado para atornillarlo de nuevo porque las dificultades relacionales que se expresan a través del movimiento y el comportamiento son responsabilidad de todas las partes con las que se relaciona el niño, y no solo de él”, dice la psicomotricista.

pap jugando con su hijo a los coches tumbados en el suelo© AdobeStock

Sus avances también dependen de su entorno

Y es que en las sesiones de psicomotricidad relacional también estará implicada la familia, el colegio, y todo aquello que rodea al niño, en definitiva. Por ello, “la mejoría del peque depende de: las características y limitaciones del diagnóstico, de nuestro trabajo en la sala y de la colaboración del entorno. Nosotros, por ejemplo, establecemos un calendario de trabajo mensual con las familias, organizamos encuentros de padres y madres sobre temas de su interés conmigo misma o con otros expertos y nos coordinamos con la escuela con la intención de mejorar la vida del niño en todos los aspectos posibles”.

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