Remedios caseros para curar el catarro de tus hijos que, en realidad, no son efectivos
Un zumo de naranja cada mañana o dormir abrazado, prácticamente, a media cebolla son solo algunos de esos consejos que nos dan y que, sin base científica, nos empeñamos en utilizar. Pero, ¿mejoran algo?
En invierno bajan las temperaturas y, al margen de la temida gripe y la omnipresente bronquiolitis en menores de dos años, muchos son los catarros que cogerán nuestros hijos en estos días que llegan. De hecho, un catarro es mucho más común que una gripe, aunque ambos están provocados por un virus, por lo que por mucho que abriguemos a nuestros hijos y les pongamos cientos de capas, gorros, bufandas y manoplas, no conseguiremos que eviten los mocos, la tos y la fiebre, tres de sus grandes síntomas. Conseguimos que eviten una hipotermia, por supuesto, pero no de que enfermen.
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Podríamos decir que el exceso de abrigo es uno de esos remedios caseros que prometen evitar que caigamos enfermos o, cuando ya hemos caído, curarnos. Y lo son porque, tradicionalmente, los hemos escuchado. Y, aunque ahora mismo solo seamos capaces de citar unos cuantos, son más numerosos de lo que pensamos y, en la mayoría de los casos, “no son efectivos”. Así nos lo confirma la Dra. María Gascón, pediatra rural y divulgadora en su perfil de Instagram (@pediatra_de_pueblo). De hecho, nos advierte, “algunos de ellos pueden tener efectos perjudiciales para la salud de los más pequeños”. Y esto ya es serio. ¿Quieres saber qué falsos mitos debes desterrar para siempre?
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Remedios caseros, frecuentes en el medio rural
En el medio rural, que es el que más conoce la experta, nos asegura que “se utilizan con mayor frecuencia que en las ciudades”. Al menos, esa es su percepción. Aunque, en las ciudades, también existen y se dan estos remedios caseros que prometen obrar milagros. Esto es, nos explica, porque “aún se sigue criando en tribu”, es decir, en comunidad, no solo la madre y el padre, sino las tías, los abuelos, etc. Esto hace que sea mucho más sencillo dejarse influir sobre lo que dice, precisamente, la abuela y siempre nos ha ido bien o ese remedio milagroso que nos ha contado la vecina y que le funcionó a otro niño. La supuesta efectividad constatada por lo que sucedió en un caso cercano nos da seguridad. Por ello, sí, se suelen utilizar bastante cuando, por ejemplo, nuestro hijo se resfría.
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El aspirador nasal, ¿funciona y es recomendable?
Un ejemplo claro de algo que funciona y va pasando de una a otra persona, nos dice, es la de utilizar un quitamocos o aspirador nasal porque es la mejor herramienta que se ha inventado jamás. Y esto no es así, “el mejor quitamocos es la hidratación abundante, para fluidificar las secreciones”. Por ello, no hay remedio casero que valga, hay que mantenerse hidratado en todo momento, ya que, “cuando estamos enfermos, nuestro cuerpo gasta más agua e, hidratar la faringe, que se reseca por la tos, además de despejar las fosas nasales con suero fisiológico, consigue que se rompan los puentes que mantienen unido el moco y se movilicen con mayor facilidad”. Elquitamocos lo único que hace es resecar aún más.
El zumo de naranja, ¿el mejor remedio para evitar el resfriado?
No, nos explica la experta. Este es otro de los grandes mitos que se van transmitiendo generación tras generación. Para no tener un catarro, como evitar otras muchas enfermedades, nos dice, “lo que debemos hacer es ofrecer a nuestros hijos una dieta equilibrada rica en frutas y verduras enteras que contengan, no solo vitaminas, sino también minerales y que harán que enfermen, por lo general, mucho menos”.
El zumo de naranja, como muchas frutas y verduras (naranja, limón, kiwi, piña, fresas, brócoli, coliflor, espinacas, pimientos o tomates), contiene vitamina C o ácido ascórbico. “Si no tomamos suficiente vitamina C, en realidad, puede producirse una enfermedad llamada escorbuto, que no se ve en nuestro medio hoy en día y que nada tiene que ver con un resfriado o catarro”.
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El humidificador para respirar mejor por las noches, ¿realmente recomendable?
La doctora nos dice que no se ha demostrado el gran beneficio que muchas abuelas aseguran que tiene en ningún estudio científico. La mayoría de ellos, de hecho, “se llenan fácilmente de hongos y ácaros, además de ser caros y de poder producir una humedad excesiva en la estancia en la que lo colocamos, pudiendo ser muy perjudiciales para los niños más pequeños”.
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Media cebolla para cuando un niño tiene mocos o está malo de la garganta, ¿mejora la tos?
Cortar media cebolla y colocarla sobre un plato en la habitación de los niños para que no tosan tanto por la noche es algo que se ha hecho en muchos hogares durante años. Su supuesto beneficio, nos explica la doctora, “viene por los ácidos que se liberan al cortarla y que, al inhalarlos producirían un efecto calmante de la tos”. Pero, de nuevo, “no se ha demostrado su beneficio en ningún estudio científico”. Ahora bien, en este caso, no tiene efecto perjudicial, salvo el olor que se le queda impregnado a los más pequeños.
Un vaso de leche con miel o miel con limón para la garganta, ¿este sí que valdría?
Este remedio casero, nos confirma la doctora, “vale con matices”. En realidad, es por el efecto de la miel, no hace falta que vaya mezclada con leche o con limón. En algunos estudios científicos, nos dice, “aunque son limitados, se ha visto que disminuye la tos nocturna y merece la calidad del sueño del pequeño, siendo una opción barata y segura”. Ahora bien, con respecto al tema de la miel hay que tener cuidado: es importante saber que no puede ser consumida por menores de doce meses, por el riesgo de botulismo. Recordar, además que, tras ingerirla, hay que lavarse los dientes para evitar la aparición de caries.
La homeopatía para mejorar los catarros, ¿puede funcionar?
La homeopatía es otro de los remedios a los que mucha gente acude buscando mejorar los síntomas de un catarro, pero la realidad es que tampoco ha demostrado eficacia ninguna. “La mayoría de los jarabes homeopáticos llevan muy poca concentración de sustancias que podrían ser beneficiosas en mayores cantidades, ya que no pasan los controles sanitarios adecuados y, por ello, además de poca efectividad, podrían resultar incluso perjudiciales para muchos niños”.
El ajo, ¿realmente ayuda con la tos y los mocos?
El supuesto beneficio del ajo es que, quienes lo aconsejan, aseguran que calma la tos y, a su vez, ablanda los mocos. De nuevo, nos dice la doctora, “no se ha demostrado su beneficio”. Pero, al igual que ocurre con la cebolla, en este caso no existe efecto perjudicial, salvo por el mal aliento que le deja al pequeño y que, en realidad, no es un alimento muy apetecible ni para los adultos ni para los niños pequeños.
Baños fríos y friegas de alcohol para bajar la fiebre, ¿esto es válido?
Por último, algo que se ha hecho siempre mucho es lo de desnudar a un niño con mucha fiebre y meterlo en un baño de agua fría o pasarle paños húmedos por todo el cuerpo. Tanto el uso de estos últimos, como las conocidas friegas de alcohol o darles duchas de agua fría “es un tratamiento de la fiebre totalmente desaconsejado”. El motivo no es otro, nos explica la doctora, que “la drástica bajada de la temperatura del organismo de un niño que resulta incómodo y hace que empeoren sus sensaciones”.