Uno de los cuidados preventivos que actualmente se realiza al recién nacido es el de la conjuntivitis neonatal mediante la administración de una pomada antibiótica. Esta práctica, llamada profilaxis ocular del recién nacido, se lleva a cabo en todos los hospitales de nuestro país, ya que se considera una “práctica habitual y recomendada”, nos dice Elena Borjabad, matrona (@missmatrona).¿Cuál es el objetivo? Dentro de todos los primeros cuidados que se llevan a cabo durante las primeras horas de vida del recién nacido, la profilaxis ocular tiene el objetivo de “prevenir la conjuntivitis neonatal (inflamación de la superficie ocular provocada, sobre todo, por bacterias y menos frecuentemente por virus o agentes químicos) y la ceguera como consecuencia, principalmente causada por gonorrea y clamidia”.Ya sea durante el parto o incluso antes del nacimiento, el bebé corre el riesgo de contagio de ciertas bacterias que se encuentran en el canal de parto. Estas bacterias pueden producir una inflamación en la superficie ocular y provocar la conjuntivitis neonatal, que si no se trata puede producir lesiones permanentes en el ojo. Tanto la clamidia como la gonorrea, así como el herpes genital, aunque este último en menor medida, son los causantes que pueden provocar esta infección en el alumbramiento, aunque el contagio también se puede producir por una contaminación directa, por lo que en cesáreas igualmente está aconsejada su aplicación.Aunque no es obligatoria en algunos países, se recomienda cuando…Como decíamos, la profilaxis ocular es una práctica habitual en nuestro país, que, sin embargo, en otros países como Reino Unido, Australia o Canadá no se realiza, mientras que, por su parte, en Estados Unidos es obligatorio por ley. Independientemente de ello, se recomienda realizar la profilaxis en los siguientes casos: “Si la madre tiene clamidia o gonorrea, no está segura de no tener estas enfermedades o tiene factores de riesgo para contraer una ETS (enfermedad de transmisión sexual) como, por ejemplo, en parejas no monógamas”, explica la matrona.Asimismo, en aquellos países en los que no se administra de forma protocolaria, “durante el embarazo se ha debido realizar previamente un cribado de clamidia y gonorrea en la madre, ya que la pomada solo se recomienda poner en casos de mujeres con estas ETS que no hayan sido tratadas”, insiste la matrona.Los posibles efectos secundarios de la profilaxis ocular neonatalLo que normalmente los papás ven es que cuando llevan al pequeño a la habitación después de realizarle los cuidados pertinentes, el pequeño tiene en los ojitos una especie de pasta de color amarillenta y pegajosa, lo que suele generarles mucha ansiedad por el desconocimiento. El bebé está perfectamente, simplemente se trata de la pomada antibiótica que se usa para la profilaxis. El exceso que quede de crema en los ojitos del bebé se puede retirar con una gasa estéril y siempre limpiándolo hacia el borde, evitando así que se impregne todo el ojo con el sobrante de la pomada.Esta solución antibiótica, eritromicina o tetraciclina, se aplica tan pronto como sea posible, como máximo se recomienda que sea en las siguientes cuatro horas al nacimiento del bebé, para en su caso, respetar el piel con piel con la madre y favorecer el vínculo materno filial, ya que esto no afecta a su eficacia, según indican las guías de prácticas clínicas sobre la atención al parto normal y de atención en el embarazo y en el puerperio. La pomada se administra de forma tópica, en los dos ojos y en una sola dosis y es totalmente indoloro para el pequeño, aunque este proceso no está exento de posibles riesgos o efectos secundarios.Según nos cuenta la matrona, algunos de los posibles riesgos que puede conllevar la aplicación de esta pomada son:- La resistencia a los antibióticos: es decir, riesgo de que cuando realmente sea necesario utilizarlo, no haga efecto.- Visión borrosa del bebé: lo que puede afectar al vínculo mamá-bebé y a la lactancia.
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Uno de los cuidados preventivos que actualmente se realiza al recién nacido es el de la conjuntivitis neonatal mediante la administración de una pomada antibiótica. Esta práctica, llamada profilaxis ocular del recién nacido, se lleva a cabo en todos los hospitales de nuestro país, ya que se considera una “práctica habitual y recomendada”, nos dice Elena Borjabad, matrona (@missmatrona).
¿Cuál es el objetivo? Dentro de todos los primeros cuidados que se llevan a cabo durante las primeras horas de vida del recién nacido, la profilaxis ocular tiene el objetivo de “prevenir la conjuntivitis neonatal (inflamación de la superficie ocular provocada, sobre todo, por bacterias y menos frecuentemente por virus o agentes químicos) y la ceguera como consecuencia, principalmente causada por gonorrea y clamidia”.
Ya sea durante el parto o incluso antes del nacimiento, el bebé corre el riesgo de contagio de ciertas bacterias que se encuentran en el canal de parto. Estas bacterias pueden producir una inflamación en la superficie ocular y provocar la conjuntivitis neonatal, que si no se trata puede producir lesiones permanentes en el ojo. Tanto la clamidia como la gonorrea, así como el herpes genital, aunque este último en menor medida, son los causantes que pueden provocar esta infección en el alumbramiento, aunque el contagio también se puede producir por una contaminación directa, por lo que en cesáreas igualmente está aconsejada su aplicación.
Aunque no es obligatoria en algunos países, se recomienda cuando…
Como decíamos, la profilaxis ocular es una práctica habitual en nuestro país, que, sin embargo, en otros países como Reino Unido, Australia o Canadá no se realiza, mientras que, por su parte, en Estados Unidos es obligatorio por ley.
Independientemente de ello, se recomienda realizar la profilaxis en los siguientes casos: “Si la madre tiene clamidia o gonorrea, no está segura de no tener estas enfermedades o tiene factores de riesgo para contraer una ETS (enfermedad de transmisión sexual) como, por ejemplo, en parejas no monógamas”, explica la matrona.
Asimismo, en aquellos países en los que no se administra de forma protocolaria, “durante el embarazo se ha debido realizar previamente un cribado de clamidia y gonorrea en la madre, ya que la pomada solo se recomienda poner en casos de mujeres con estas ETS que no hayan sido tratadas”, insiste la matrona.
Los posibles efectos secundarios de la profilaxis ocular neonatal
Lo que normalmente los papás ven es que cuando llevan al pequeño a la habitación después de realizarle los cuidados pertinentes, el pequeño tiene en los ojitos una especie de pasta de color amarillenta y pegajosa, lo que suele generarles mucha ansiedad por el desconocimiento. El bebé está perfectamente, simplemente se trata de la pomada antibiótica que se usa para la profilaxis. El exceso que quede de crema en los ojitos del bebé se puede retirar con una gasa estéril y siempre limpiándolo hacia el borde, evitando así que se impregne todo el ojo con el sobrante de la pomada.
Esta solución antibiótica, eritromicina o tetraciclina, se aplica tan pronto como sea posible, como máximo se recomienda que sea en las siguientes cuatro horas al nacimiento del bebé, para en su caso, respetar el piel con piel con la madre y favorecer el vínculo materno filial, ya que esto no afecta a su eficacia, según indican las guías de prácticas clínicas sobre la atención al parto normal y de atención en el embarazo y en el puerperio. La pomada se administra de forma tópica, en los dos ojos y en una sola dosis y es totalmente indoloro para el pequeño, aunque este proceso no está exento de posibles riesgos o efectos secundarios.
Según nos cuenta la matrona, algunos de los posibles riesgos que puede conllevar la aplicación de esta pomada son:
- La resistencia a los antibióticos: es decir, riesgo de que cuando realmente sea necesario utilizarlo, no haga efecto.
- Visión borrosa del bebé: lo que puede afectar al vínculo mamá-bebé y a la lactancia.
- Alergia (hipersensibilidad): irritación ocular leve y enrojecimiento; sensación de quemazón.