Qué es displasia de cadera congénita, cómo se detecta y cuál es su tratamiento
La displasia congénita de la cadera (DCC), también llamada displasia del desarrollo de la cadera, es una malformación que se produce en el momento del parto. Te explicamos los síntomas y su tratamiento
Una de las pruebas más comunes que hoy en día se llevan a cabo en las revisiones pediátricas de los recién nacidos, es el control de displasia de cadera, y para ello, el profesional realiza una serie de movimientos en las piernas del pequeño que ayudan a detectarlo.
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Puede ocurrir que la displasia sea leve lo que lleve a un difícil diagnóstico y que su detección sea posterior, desde el inicio de la marcha hasta la adolescencia. Para saber cuáles son las causas de esta patología, cuáles son las señales que nos pueden alertary cuál es su tratamiento, hemos hablado con el doctor Leandro Salcedo, especializado en Cirugía Ortopédica y Traumatológica, en la Clínica Corachan de Barcelona.
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¿Qué es la displasia congénita de la cadera?
La displasia congénita de la cadera (DCC) o también llamada displasia del desarrollo de la cadera, “es una afección en que la articulación de la cadera es anormal”, explica el Dr. Salcedo. Algunos bebés, por diferentes causas, nacen con esta malformación que se caracteriza porque “la cabeza del fémur no encaja adecuadamente en la articulación dificultando su correcta formación durante el crecimiento del niño, lo que puede provocar cojera y dolor más adelante. En casos más graves, esta afección puede ser discapacitante”.
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¿Cuándo ocurre?
Esta malformación suele suceder durante la gestación, momento en el que la articulación de la cadera “está formada por un cartílago blando que progresivamente se endurece hasta formar el hueso. La parte cóncava y la convexa de la articulación necesitan encajar bien, ya que actúan como moldes una para la otra. Si la parte convexa no se asienta firmemente en la cóncava, esta no se formará completamente alrededor de la parte convexa y no se volverá lo suficientemente profunda”, comenta el doctor.
Sobre todo, ocurre que durante el último mes del embarazo, antes del parto, el espacio dentro del útero “puede tornarse tan reducido que la parte convexa de la articulación de la cadera se sale de la posición correcta, lo que hace que la parte cóncava no sea tan profunda”, añade.
Cuáles son las causas más comunes
Según nos cuenta el doctor, se han identificado numerosos factores de riesgo que influyen en el desarrollo de una displasia de cadera en el bebé, como son:
El sexo femenino, debido a la mayor elasticidad producida por la sensibilidad a las hormonas maternas.
La cadera izquierda, debido a la postura al estar apoyada contra sacro.
El primer hijo, debido a la posición en un útero más tenso.
Predisposición familiar, todos los nuevos hermanos han de ser evaluados de forma precisa desde el momento del nacimiento incluyendo un estudio ecográfico de las caderas.
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Síntomas que pueden hacer sospechar a los padres
Normalmente, es en las primeras revisiones del recién nacido cuando se realizan los controles pertinentes para poder detectarla, si la hubiera; mientras que si esta no es detectada en los primeros meses de vida puede manifestarse más tarde desde el inicio de la marcha del pequeño hasta la adolescencia.
“Los signos y síntomas varían según el grupo etario. En los bebés, se podría observar que una pierna es más larga que la otra. Cuando un niño empieza a caminar, puede desarrollar cojera. Durante el cambio de pañales, una cadera puede ser menos flexible que la otra. En adolescentes y adultos jóvenes, la displasia de cadera puede ocasionar complicaciones dolorosas, como osteoartritis o desgarro del labrum de la cadera. Esto puede causar dolor en la ingle asociado a la actividad. En algunos casos, se puede experimentar una sensación de inestabilidad en la cadera”, indica el Dr. Salcedo.
¿Cuál es la edad más frecuente a la que suele detectar?
Como decimos, el término displasia del desarrollo de la cadera (DDC) es congénito, es decir, de nacimiento, pero, también se puede detectar en otros momentos de la vida de un bebé. El doctor además explica que la DDC “hace referencia a un amplio espectro de alteraciones patológicas que engloba: la luxación, la subluxación y la displasia, que pueden aparecer desde el nacimiento hasta el desarrollo de la marcha”.
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¿Cómo se detecta?
“Los médicos revisarán a tu bebe para detectar signos de displasia de cadera poco después del nacimiento y durante las consultas del niño sano en los controles pediátricos”, señala el doctor. Para ello, mueven las piernas del bebé en varias posiciones que ayudan a indicar si la articulación de la cadera está bien. Pero, ¿qué ocurre en el momento en el que se diagnostica? “Si es durante la primera infancia, un dispositivo de inmovilización blando basta, por lo general, para corregir el problema y se controlara con ecografía o radiografía según la edad del paciente (las ecografías son más eficaces en niños menores de 4 meses que las radiografías)”.
¿De qué manera puede interfiere en el desarrollo del niño?
Cuando más evidente va a ser una displasia de cadera congénita es en el momento en el que el niño comience a caminar ya que “si la DCC no se trata de manera temprana, la articulación de la cadera no se formará adecuadamente”. Probablemente, tendrá dificultad para mover las caderas y a medida que el niño crece puede causarle dolor.
¿Cuál es su tratamiento?
El objetivo de un tratamiento de displasia de cadera “es obtener una cadera reducida (en una correcta posición) y mantenerla en esa psición para lograr un correcto desarrollo de la misma, así como evitar las complicaciones y las secuelas”, observa el doctor, quién nos habla de los distintos tratamientos existentes según la edad del menor y la magnitud de la afección:
En bebés de 0 a 6 meses. “Generalmente. se tratan con un dispositivo de inmovilización dinámico, como un arnés de Pavlik (éxito del 92%- 95%), que mantiene la parte de la bola (cartílago blando, núcleo de osificación o cabeza femoral) de la articulación firme en la cavidad durante varios meses. Esto ayuda a que la cavidad se amolde a la forma de la bola”.
En bebés mayores de 6 meses. “El dispositivo de inmovilización no funciona con la misma eficacia en bebés mayores de 6 meses. En esos casos, el médico puede mover los huesos a su posición adecuada y luego mantenerlos allí por varios meses mediante un yeso que cubra todo el cuerpo. En ciertas situaciones, es necesario realizar una cirugía para hacer encajar adecuadamente la articulación”.
Por otro lado, si la displasia es más grave, “la posición de la cavidad de la cadera también puede corregirse. En una osteotomía periacetabular, la cavidad (parte cóncava) se separa de la pelvis y se vuelve a colocar para que encaje mejor con la bola”.
Por último, “la cirugía de reemplazo de cadera podría ser una opción para las personas mayores cuya displasia ha dañado gravemente sus caderas con el paso del tiempo, lo que ha dado lugar a una artritis debilitante”.
¿Puede solucionarse por completo una displasia congénita de cadera?
Lo mejor para esta patología será un diagnóstico precoz ya que cuando el tratamiento se realiza durante los 3 primeros meses de vida “la evolución suele ser muy buena, desarrollan una cadera normal sin deformidades residuales y sin secuelas”.En contraposición, cuando más se tarde en detectar más difícil será el tratamiento y conseguir unos buenos resultados. “Si persiste la luxación, la cojera será permanente. Si la cabeza del fémur sufre una necrosis avascular (infarto óseo), la rigidez articular y la pérdida de movilidad provocarán una cojera”.
Cualquier deformidad de la cadera, en definitiva, si no es tratada, ocasiona un mal funcionamiento de la misma y por consiguiente, “un desgaste precoz que conducirá a una artrosis; y con el tiempo, la artrosis de cadera puede hacer necesaria una operación como colocar una prótesis de la articulación”, concluye el doctor.