El cordón umbilical es fundamental para la supervivencia del feto, ya que le aporta oxígeno y nutrientes. Por eso, cualquier anormalidad causa mucha inquietud. El denominado ‘nudo verdadero de cordón’ es una de ellas. Se trata de una situación en la que se forma un enredo o nudo. No es muy frecuente, ya que se da entre el 0,3 al 1,3% de los partos, momento en que se suele descubrir. No hay que confundirlo con las vueltas de cordón, que supone que este se sitúa alrededor del cuello del bebé.
Para hablar del nudo de cordón, de sus implicaciones y su abordaje hemos recurrido al Dr. Óscar Torres Lantada, ginecólogo del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, de Madrid.
¿Cómo se forman los nudos en el cordón umbilical?
“Se cree que los nudos verdaderos se forman entre la semana 9 y 12 de embarazo, cuando el volumen de líquido amniótico es relativamente abundante en relación con el tamaño del feto, por lo que este puede deslizarse a través del cordón umbilical, dando lugar a un nudo”, explica el experto.
Así, estaría presente desde el primer trimestre de la gestación. No obstante, hay otras teorías que apuntan a que el nudo de cordón se forma durante el mismo parto.
En cualquier caso, hay una serie de factores que hacen que sea más probable su aparición. Son los siguientes, como detalla el Dr. Torres Lantada:
- Cordones umbilicales mayores a 80 cm (lo normal es de 20 a 60 cm).
- Gestaciones de bajo peso para la edad gestacional.
- Gemelos monoamnióticos (los que comparten una sola bolsa).
- Multiparidad (a mayor número de embarazos mayor incidencia).
- Hipertensión arterial crónica materna.
- Obesidad.
- Edad materna avanzada.
- Embarazo postérmino (el que es mayor a 42 semanas).
- Diabetes gestacional.
- Polihidramnios (aumento del líquido amniótico).
¿Cómo se diagnostica el nudo de cordón umbilical?
El nudo de cordón se suele ver en la mayoría de los casos en el mismo momento del parto. De hecho, hasta en un 75% de los casos no se aprecia en la ecografía del tercer trimestre. Además, hay que contar con una situación más: “Hasta el 40% de los casos diagnosticados pueden ser falsos positivos y tratarse de cordones umbilicales normales tras el parto”, advierte el ginecólogo del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.
Cuando hay sospecha de nudo en el cordón umbilical, se puede recurrir a ecografía en 3 o 4 D. “Son técnicas laboriosas, debido a la gran longitud del cordón umbilical, por lo que son exploraciones largas que deben reservarse a aquellas mujeres con factores de riesgo”, indica.
¿Qué riesgos tiene el nudo en el cordón umbilical?
Afortunadamente, tal como tranquiliza el Dr. Torres Lantada, “generalmente, el nudo es laxo y no compromete el aporte de sangre y oxígeno al feto ni en el embarazo ni en el parto”.
Pero no sucede de esta forma en el cien por cien de los casos. Así, durante el embarazo, aunque la mayoría de los nudos verdaderos de cordón no tienen repercusión en el feto, “se puede asociar en ocasiones a restricción del crecimiento fetal intrauterino , a ambligonios (disminución del líquido amniótico por debajo de limites normales), presencia de líquido amniótico meconial, sufrimiento fetal, muerte fetal y mayor tasa de cesáreas”.
El parto, en principio, no se ve condicionado por la presencia de un nudo verdadero de cordón; no está indicada una cesárea programada para finalizar el embarazo. Pero sí puede haber otros problemas: “Puede alcanzar hasta un 6% de mortalidad perinatal, cuando la constricción del nudo por movimientos fetales o por el descenso de la cabeza en el canal del parto ocluye la circulación de los vasos sanguíneos que van en el interior del cordón umbilical”, destaca el especialista.
De este modo, la tasa de mortalidad fetal previa al parto puede ser de hasta 4 veces superior a la tasa de mortalidad previa al parto de gestaciones con cordón umbilical normal.
¿Cómo se actúa durante el embarazo si hay un nudo de cordón?
El diagnóstico de nudo verdadero de cordón suele generar mucha inquietud en la embarazada. Por eso, “lo primero que debemos explicar a nuestras pacientes es que el diagnóstico es de presunción, con una tasa muy alta de falsos positivos. Debemos explicar a la familia que la mayoría de las ocasiones no va a tener ninguna repercusión sobre el feto”, tranquiliza el Dr. Torres Lantada.
No obstante, sí hay que informar de los riesgos que conlleva en algunos casos en relación a gestaciones donde el cordón umbilical no tiene nudos. Además, será necesario llevar a cabo un seguimiento estrecho, que se concreta así: “Debemos programar unos controles materno-fetales frecuentes con la finalidad de diagnóstico temprano del compromiso fetal. Incluyendo control diario por parte de la madre de los movimientos fetales, control ecográfico fetal semanal para control de la vascularización del cordón, control con monitorización de la frecuencia cardíaca fetal cada 3 y 7 días. Este control se debe realizar de forma ambulatoria y no precisa hospitalización”.
Tal como apunta, el parto deberá ser en un hospital que cuente con medios personales (ginecólogos, pediatras, anestesistas y matronas) y logísticos (UVI neonatal de 3 nivel), para estar preparados ante cualquier adversidad que se pudiera presentar durante el parto, que necesitará de una monitorización continua, de modo que si hay “alteraciones del registro de la frecuencia cardiaca fetal se finalizará el parto mediante cesárea”, explica.