onioman a adicci n a las compras adolescentes que se incrementa entre los j venes © Istock

Psicología

La adicción a las compras entre los adolescentes aumenta, ¿hay solución?

La adicción a las compras entre los más jóvenes va en aumento. Ante la proximidad del próximo ‘Black Friday’, los expertos alertan: “cuidar la salud mental durante todo el año es fundamental para evitar este tipo de trastornos”.


18 de noviembre de 2022 - 9:45 CET

La oniomanía o compras compulsivas se define como la adicción de una persona a comprar por comprar. Un auténtico problema que, a partir de esta semana, cobra más importancia que nunca:  el próximo 25 de noviembre se celebra el conocido Black Friday y detrás llega la Navidad , un momento en el que pasamos más de una y dos veces por un centro comercial.

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Pese a no ser un trastorno reciente (fue descrita en 1915 por el psiquiatra Emil Kraepelin, quién la explicó como “manía de comprar lo que está en oferta”), las compras compulsivas se comienzan a considerar ya dentro de las llamadas “nuevas adicciones”. Un trastorno que hace que, la persona que realiza las compras, a pesar de ser consciente de que lo que está comprando no lo necesita, lo hace de manera compulsiva para librarse de una sensación de tensión o malestar que le rodea. Puede volverse incontrolable y tener consecuencias negativas, no solo para la economía personal o familiar, sino también en las relaciones interpersonales. Y cuidado, aunque surge como un trastorno completo diez años después, la edad de inicio se sitúa, actualmente, en torno a los más jóvenes:  los adolescentes . Sobre este problema, sus síntomas y el claro aumento en los chicos y chicas de nuestro entorno, hemos querido hablar con Lina Romillo, especialista en Psicología, con consulta propia en Bilbao y miembro de Top Doctors.

¿Por qué es común esta adicción entre los jóvenes?

Los adolescentes, nos explica la psicóloga, “no saben gestionar sus emociones y utilizan las compras en respuesta a sentimientos desagradables, buscando la gratificación inmediata”. Si a esto le sumamos, además que:

  • Son más vulnerables a esta adicción porque su cerebro está aún en desarrollo y, por tanto, no pueden defenderse de las campañas publicitarias que incitan a las compras de la misma forma que a los adultos.
  • Otra cosa que juega en su contra, “es que  utilizan muchísimo las redes sociales , lugar en el que la publicidad es una constante”.
  • Asimismo, suelen disponer de cantidades de dinero fácil, sin ningún tipo de control parental.

Por último, hay muchos de ellos que, desafortunadamente, “tienen una baja autoestima, problemas de ansiedad y del estado de ánimo, así como un control de impulsos no demasiado regulado que facilitan el aumento de la incidencia entre los adolescentes”.

Síntomas de la oniomanía que debemos observar

Los jóvenes que padecen oniomanía suelen ser hábiles a la hora de esconder esta dificultad. “Mienten a sus padres, muchas veces, ocultando que ya no acuden a un curso en una academia o a las clases de la universidad, por ejemplo”, nos explica la psicóloga. Lo hacen para quedarse con ese dinero y poder gastarlo. En este caso, darse cuenta al principio es complicado, pero podemos ir viendo cómo habitualmente “tienen deudas con su pareja o con sus amigos, cómo realizan compras repetidas sin utilidad (como una gran cantidad de calzado, de camisetas o maquillaje), además de que gastan una gran cantidad de dinero al mes”, nos dice. Se suelen endeudar muy rápido.

Para darte cuenta de ello y verlo como un problema, nos dice la psicóloga, no nos queda otra que “educar en positivo y mantener una buena relación de comunicación con tus hijos, interesarte por sus vidas y conocer, muy importante sus hábitos de consumo”. Ahora bien, lo mejor es prevenir su aparición “educándoles financieramente”.

Consecuencias de la adicción a las compras

En general, nos explica la experta, las consecuencias a corto plazo para el que compra no es otra que, “al terminar, sienten una gran satisfacción”. Sin embargo, nos dice, suelen ser personas que, al cabo de un rato, “se sienten culpables y arrepentidos”. A largo plazo, además, suelen padecer “almacenamiento o acumulamiento compulsivo al comprar tantos productos y, obviamente, un fuerte endeudamiento económico”. Por otro lado, a nivel personal, “suelen tener dificultades en las relaciones con las personas de su entorno, sobre todo, con su familia y pareja”.

Tratamiento y prevención de la oniomanía

Para el tratamiento de la oniomanía no existe un único tratamiento. La psicóloga nos explica que “algunos profesionales lo tratan como un TOC, otros como un trastorno de control de impulsos y otros como una adicción más”. En cualquier caso, lo importante es conocer todas las circunstancias que rodean al adolescente en concreto, su especificidad y actuar en consecuencia. “No vale un mismo café para todos”.

De hecho, nos dice, “estas personas muchas veces padecen otros trastornos como el de ansiedad, del estado de ánimo o del control de impulsos”. Ahora bien, la mayor parte de las veces (esto sí sería un factor común) “las compras son impulsadas por emociones desagradables, con intención de querer paliarlas”. Por ello, enseñar a gestionar estas emociones a los adolescentes suele ayudar mucho y debe ser parte del tratamiento.

En el caso de los adolescentes, más que el tratamiento en sí, por su precocidad, debemos atender a las formas que tenemos los adultos de prevenir su aparición. De hecho, la Navidad no afecta en especial a estos pacientes, por lo que deberíamos estar atentos todo el año. “La búsqueda de sensaciones agradables a través de las compras se realiza durante todo el año, todas las semanas y todos los días”. Por tanto, la forma de prevenir esta problemática no es desconectando su ordenador el día de Black Friday, sino evitando que compren “en momentos de tristeza o malestar, saliendo a comprar con dinero en efectivo para tener un límite y ser más consciente del gasto”.

Así, tener una buena salud mental y trabajar en ella puede prevenir este tipo de trastornos. “Si los padres, profesores y sociedad, en general, cuidasen de su salud mental, los jóvenes tendrían mejores ejemplos sobre los que formarse como adultos y más facilidad para no caer en estos trastornos”.