Los meses más fríos son propicios para la transmisión de virus que provocan alteraciones en las vías respiratorias. Es el caso del virus respiratorio sincitial, de la bronquitis, de la neumonía... Pero, además, hay otras enfermedades que también cursan con dificultad respiratoria. Es importante que los padres conozcan los síntomas para poder actuar cuanto antes.
La Dra. Mirella Gaboli, secretaria de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica (SENP), nos cuenta todo lo que hay que vigilar en estos episodios y de qué forma se tratan.
Enfermedades que causan dificultad respiratoria
Hay enfermedades que afectan al control de la respiración, como algunas que tienen que ver con el sistema nervioso central, también las que impactan sobre la caja torácica, como la escoliosis o enfermedades neuromusculares, y otras infecciones sistémicas graves que, especialmente en pacientes pequeños, pueden manifestarse con dificultad respiratoria, tal como explica la experta.
Pero en niños sanos hay momentos en que puede haber dificultad respiratoria ante alguna enfermedad que afecte a las vías respiratorias o a los pulmones, como es el caso de las bronquitis, neumonías o crisis de asma. En este último caso, cuando los episodios son recurrentes, los padres habitualmente saben cómo manejar la situación. Pero, especialmente, en niños muy pequeños, la dificultad respiratoria ante procesos puntuales puede alertar mucho.
La dificultad respiratoria, según la edad del niño
Dependiendo de la edad del niño, la dificultad respiratoria va a tener unas manifestaciones u otras. No es lo mismo en un recién nacido, que en un prematuro o en un niño o un adolescente de mayor edad. Por ejemplo, en las crisis de asma, el paciente no puede hablar y refiere dolor en el pecho como manifestaciones de esa dificultad para respirar.
“Niños muy pequeños, nacidos prematuramente o neonatos durante el primer mes de vida presentan con mayor frecuencia apneas (paradas respiratorias) en el contexto de infecciones víricas”, destaca la Dra. Gaboli. En estos casos, la dificultad respiratoria suele acompañarse también de dificultad en la alimentación.
Cuando hablamos de lactantes o de niños pequeños, pero que tengan fuerza y tono muscular normal, la dificultad respiratoria se muestra con tiraje intercostal y en yugulum, con respecto a niños mayores y adolescentes. “El tiraje intercostal se da cuanto los músculos entre las costillas tiran ‘hacia dentro’ en la inspiración. El tiraje en yugulum es cuando hay una depresión marcada por encima del esternón durante la inspiración”, aclara.
En situaciones normales, los músculos intercostales, que son los que se sitúan entre las costillas, se llenan de aire durante la respiración y tiran de la caja torácica hacia arriba. Es el mecanismo para que el tórax se expanda y los pulmones se llenen de aire.
¿Por qué se produce ese tiraje que avisa de dificultad respiratoria? “Se debe a la dificultad para la entrada de aire en el tórax. Esto puede suceder si la vía respiratoria alta (tráquea) o las pequeñas vías respiratorias de los pulmones (bronquiolos), están parcialmente obstruidas”, detalla.
¿Qué otros síntomas tiene la dificultad respiratoria?
Además del tiraje, que se puede confirmar observando al niño, ya que la forma de respirar cambia de forma significativa, hay otros síntomas que pueden ayudar a los padres a saber si su hijo está pasando por esta situación.
- Frecuencia respiratoria. En general, la frecuencia respiratoria normal va disminuyendo según el niño va cumpliendo años cuando no hay ningún problema de salud. Pero en las crisis de asma y en otros cuadros como la bronquiolitis, la frecuencia respiratoria aumenta.
- Sibilancias. Las sibilancias se definen como “un ruido silbante, agudo, durante la respiración, que ocurre cuando el aire se desplaza a través de conductos respiratorios (vías aéreas inferiores, pequeña vía aérea)”. En este caso, el aire tiene que pasar por conductos más estrechos. También se producen ante el acúmulo de secreciones.
- Rechazo de las tomas. Tal como apunta la representante de la SENP, es un síntoma propio de los niños más pequeños.
- Imposibilidad para hablar. Se presenta especialmente en niños más mayores.
- Tos persistente e irritativa. Es una tos que interfiere en las actividades cotidianas como comer, dormir, hablar...
- Cambio en el nivel de conciencia. El niño está con un tono muy bajo y tiene somnolencia no atribuible a otra causa.
- Fiebre. Es muy común que aparezca en situaciones de dificultad respiratoria, “ya que se asocia a infecciones víricas que son el desencadenante más frecuente de crisis de dificultad respiratoria en los niños”, aclara la Dra. Mirella Gaboli.
- Alteraciones digestivas. Incluyendo vómitos y otros síntomas abdominales.
¿Cómo actuar cuando hay dificultad respiratoria?
Pasar por un episodio en el que tu hijo no puede respirar bien puede resultar muy angustioso para los padres. ¿Cómo deben actuar en ese caso? “Si es el primer episodio, deben de acudir a urgencias o pedir atención médica según la gravedad que valoran”, aconseja.
Pero si se trata de un niño que ya ha pasado por más situaciones parecidas, deben seguir las indicaciones que han recibido anteriormente. El objetivo principal es disminuir los riesgos para evitar que la dificultad respiratoria empeore y “evolucione hacia un episodio más grave de insuficiencia respiratoria”, advierte la especialista.