El aumento o la reducción de pecho, así como haber sufrido otro tipo de cirugías por tumores, pueden interferir en la posibilidad de dar de mamar cuando la mujer tiene un hijo. Hay varias circunstancias a tener en cuenta que pueden incluso prevenirse.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Para hablar de todo ello hemos consultado con Alba Padró, confundadora de LactApp (una aplicación gratuita que resuelve dudas sobre lactancia y maternidad de manera personalizada) y consultora internacional de lactancia materna IBCLC, así como autora de varias obras como Mucha teta, Somos la leche, Destete (todas publicadas en editorial Grijalbo) y el cuento infantil de reciente aparición Somos de leche (Penguin Kids).
Lactancia y aumento de pecho
Cuando la mujer se ha sometido a una cirugía para aumentar el tamaño del pecho pueden haberse producido algunas alteraciones en las mamas que dificulten la lactancia materna. “Es importante saber por dónde se hizo la incisión. Si se hizo por la areola se cortan conductos lácteos, aunque estos se pueden regenerar; a más tiempo, más regeneración”, advierte la experta.
Una señal clave para detectar si esos conductos se han podido cortar o no es la sensibilidad que muestra la madre en la zona de la areola. Si no tiene sensibilidad, lo más probable es que se hayan seccionado. Por el contrario, a mayor sensibilidad, más posibilidad de que estén y pueda dar de mamar con normalidad.
El aumento de mamas se puede llevar a cabo con varias técnicas, haciendo la incisión en la areola, el abdomen o la axila. En los dos últimos casos, la lactancia no suele dar problemas posteriores, por lo que es importante advertir al cirujano de que en el futuro hay intención o no de dar el pecho para que así puede decantarse por el tipo de cirugía que menos riesgo conlleva en este sentido. Hay que tener en cuenta que las prótesis mamarias “no son un problema y no conllevan más riesgo de mastitis”.
Cuando falta tejido mamario
Algunas mujeres tienen lo que se denomina mamas hipoplásicas, donde falta tejido mamario. A veces se someten a un aumento de pecho para compensar el tamaño reducido. Pero en este caso, la lactancia es más difícil, independientemente del tipo de intervención.
Tal como explica Alba Padró, hay un déficit hormonal en la juventud a consecuencia de algunas patologías como la diabetes o el ovario poliquístico, “que hace que el pecho no se desarrolle bien, no hay glándula mamaria”.
¿Qué sucede cuando hay una reducción de pecho?
En las reducciones de pecho si estas se realizan únicamente eliminando grasa, es más fácil poder tener posteriormente una lactancia sin problema. “Pero cuando hay resección de tejidos glandulares, hay más dificultades”, comenta la especialista.
En la intervención se suele mover la areola hacia arriba, elevando también el pezón, y esto conlleva a veces sección de algunos conductos por donde se mueve la leche y necrosis en esos tejidos. En todo caso, “leche habrá, será más difícil una lactancia materna exclusiva, pero la mujer sí puede segregar leche”, apunta.
Tanto en esta situación como cuando ha habido un aumento del tamaño del pecho, es muy importante que la mujer que quiera dar el pecho cuente con informes de cómo era su mama anteriormente y de cómo se ha llevado a cabo la intervención. Es una información muy valiosa que va a servir de orientación a las personas a las que acuda para pedir ayuda si tiene dificultades con la lactancia.
Cáncer de mama y lactancia materna
La preservación de óvulos permite que las mujeres que pasan por un proceso oncológico puedan ser madres, una vez superado este. En el caso de que se trate de un cáncer de mama y haya habido mastectomía, ¿qué posibilidades hay de amamantar? “Puede haber lactancia con un solo pecho”, tranquiliza la cofundadora de www.lactapp.es.
En relación a los tratamientos, el tipo de quimioterapia que haya recibido la mujer es determinante para poder dar de mamar o no con ese pecho. Si hablamos de radioterapia, “en el pecho irradiado se quema la glándula y se destruye el tejido mamario”, alerta la experta.
Las mamas que han sido reconstruidas no tienen posibilidad de segregar leche, al no haber tejido glandular, pero si la madre quiere vivir la experiencia de la lactancia materna puede intentar una relactación.
Por otro lado, cuando hay bultos benignos en las mamas, “se puede esperar al destete para intervenirlos, pero tampoco sucede nada por extirparlos durante el proceso de lactancia, que puede continuar sin la necesidad de destetar”, comenta Alba Padró.
La importancia de la ayuda profesional
Cuando la mujer ha tenido previamente a la lactancia alguna intervención en las mamas es muy recomendable que cuente con ayuda especializada en lactancia materna, incluso previamente al nacimiento del bebé. En este sentido, Alba Padró recomienda contar siempre con una asesora certificada en lactancia IBCLC o con una comadrona experta en lactancia a nivel universitario que estén pendientes desde el principio de la marcha de la lactancia.
“Hay situaciones en que el pecho se ve externamente bien, incluso tiene subidas, pero no produce suficiente leche para el bebé”, comenta. Habría que hacer un seguimiento de esa lactancia, especialmente si el recién nacido pierde peso. Contar con esta ayuda especializada va a permitir desarrollar la lactancia de la manera que sea posible, ayudando a la madre a dar el pecho si así lo desea.