Jennifer Aniston , conocida mundialmente por interpretar a Rachel en la serie Friends (1994), llegó a lo más alto de su éxito profesional en un momento en el que el amor también parecía irle muy bien. Se casaba con uno de los solteros más codiciados: Brad Pitt. Una pareja enamorada que no paraba de ver como los rumores de separación e infidelidad llegan todos los días a la puerta de su casa, hasta que se produjo su doloroso divorcio público. Una de las especulaciones, sin embargo, fue que el motivo del triste desenlace matrimonial fue el rechazo de la actriz a formar una familia. Los años pasaron y la ruptura quedó atrás, para ambos y para el público, que vió cómo la complicidad y el cariño volvía entre ellos . Sin embargo, ahora con la distancia, Jennifer Aniston ha decidido hablar sobre su maternidad.
La actriz de 53 años, cuestionada siempre por ello, ha dado una entrevista muy dura a la revista norteamericana Allure, en la que habla abiertamente de su infertilidad y del arrepentimiento que supone no haber congelado sus óvulos a una edad temprana . “Estaba tratando de quedarme embarazada. Fue algo muy retador para mí”, confiesa. “Estaba sometiéndome a un proceso de Fecundación in Vitro (FIV), bebiendo tés chinos, hacía lo que fuese, lo estuve intentando todo”, pero no lo consiguió. A eso se suma que, además, la presión mediática era enorme. Lo que no sabemos es si este proceso fue durante su matrimonio con Brad Pitt, con Justin Theroux o, incluso, con ambos. Ahora bien, la actriz norteamericana nos confiesa que “habría dado cualquier cosa por que alguien me hubiera dicho: congela tus óvulos. Hazte un favor”. Es decir, someterse a un proceso que se conoce como vitrificación de óvulos , más frecuente de lo que pensamos.
El retraso en la maternidad es algo que se ha dado de forma generalizada, afianzándose en las dos últimas décadas como consecuencia de factores sociales, económicos, laborales y también personales. Hoy en día quedarse embarazada a edades avanzadas (o consideradas tardías para la concepción) es bastante habitual y más probable, gracias a las distintas técnicas de reproducción asistida que existen. Pero es que, además, si eres consciente de ello y tienes claro que tu maternidad llegará por detrás de los 36 años, quizás lo más interesante es el procedimiento al que alude la actriz: la vitrificación o congelación de ovocitos. Sobre él, hemos querido hablar con la Dra. Silvia González, ginecólogo de la Clínica IVI de Barcelona.
¿En qué consiste una vitrificación de ovocitos?
Se trata de una técnica que consiste en la congelación ultrarrápida de los óvulos que nos permite preservar las células en un estado de congelación para, posteriormente, poder descongelarlas y utilizarlas con fines reproductivos. Las tasas de embarazo mediante esta técnica son similares a las que se producen en embarazos con óvulos en condiciones normales. El procedimiento conlleva la solidificación de los ovocitos en crioprotectoras que contienen nitrógeno líquido a -196 ºC. Esto hace posible que los ovocitos se congelen de forma ultrarrápida y se puedan almacenar hasta que sean utilizados por la paciente para una posterior FIV, llegando hasta incluso más de 20 años de conservación.
Para ello, la recolección se realiza mediante la estimulación ovárica controlada con gonadotropinas, las hormonas encargadas de los óvulos en los ovarios. Para ello, es necesario comenzar con el tratamiento cuando llega la menstruación. De esta manera, mediante una inyección hormonal, se consigue extraer más de un óvulo por ciclo, permitiendo la congelación de varios y adquiriendo una mayor reserva ovárica. Su extracción se realiza por vía vaginal con sedación en un proceso ambulatorio.
La edad límite puede llegar hasta los 42 años
Según la propia experta, “lo ideal es que, según los estudios publicados, las pacientes vitrifiquen sus ovocitos si no hay un deseo gestacional a corto plazo y que lo hagan antes de los 36 años de edad ”. Esto es así porque, nos dice, todos los estudios que hay referentes a este proceso “nos hablan de todas las mujeres de 35 años o menos, versus las mujeres que ya superan la edad de los 36 años”. Por ello, hay que poner ahí la división, pues hay mucha diferencia a nivel de resultados cuando utilizamos los ovocitos de unas y otras posteriormente en una Fecundación in Vitro.
Sin embargo, esa no es la edad límite para someterse a este proceso. “Sí es la recomendable, pues lo óptimo es que cuanto más joven sea una mujer, mucho mejor”, pero el margen es algo mayor. “Es a los 42 años cuando las tasas de gestación con ovocitos vitrificados son prácticamente inexistentes”, nos comenta.
¿Es aconsejable para todos los casos?
La vitrificación de óvulos es aconsejable, nos dice la doctora, “en aquellas mujeres que no se plantean una maternidad de forma inmediata, tengan o no deseo gestacional”. Pero también es muy importante que todas acudan a sus revisiones ginecológicas, pues exista o no ese deseo, se puede detectar una patología “que pueda influir en una reserva ovárica, siendo esta muy baja, y que nos haga recomendar la congelación de óvulos”. Hablamos, por ejemplo, si vemos quistes ováricos o existen antecedentes familiares de menopausias precoces.
De esta forma, “si se sospecha de una baja reserva en mujer joven, en estos contextos y siempre desde el punto médico, sí que estaría indicado congelar los óvulos, mientras que en aquellas personas que tienen reservas ováricas normales o sus valores hormonales también son los habituales, simplemente, como hemos dicho, se aconsejaria si no tienen un deseo gestacional en un futuro cercano”.
El estado emocional, fundamental en un proceso de vitrificación
Uno de los grandes mayores mitos relacionados con este proceso, nos dice la doctora, es precisamente una de las cosas que más tenemos que tener en cuenta si queremos someternos a él: el aspecto psicológico. Algo que Jennifer Aniston, de hecho, comenta en su entrevista. Es duro y su fracaso, afirma, “genera angustia, ansiedad y un arrepentimiento inmenso en aquellas mujeres que lo sufren, pensando que deberían haberse sometido a un tratamiento de fertilidad en edades tempranas”. Sin embargo, el bienestar emocional tiene tanta importancia como el bienestar físico a la hora de comenzar con él.
De hecho, una de las cosas que cita la actriz es que bebió todos los tés chinos que encontró para conseguir buenos resultados. La ginecóloga, lejos de mitificar este remedio, asegura que “existen situaciones en las que se puede mejorar la calidad del ovocito, como son algunas sustancias antioxidantes o complementos vitamínicos que dan energía a ese ovario”. Sin ser puramente médicos, “los médicos podemos aprovecharnos de ellos”. Pero lo fundamental, advierte, “es mantener un estilo de vida saludable, tanto en alimentación como en actividad física, y un estado emocional óptimo, siendo el descanso muy importante también”. Al margen de todos los remedios que rodean a las técnicas de reproducción asistida, esto es lo que nos dará las condiciones óptimas para ello.