“Los atragantamientos son una causa común de accidentes en menores de cinco años”, afirma rotunda Mi Primera Enfermera, enfermera especialista en pediatría y divulgadora en su perfil de Instagram (@miprimeraenfermera). De hecho, “todos los objetos pequeños pueden obstruir de manera parcial o total las vías respiratorias”, nos dice, con lo que tragarse cualquier objeto o cuerpo extraño (puede ser, incluso, comida) “puede ser peligroso y será necesario valorar la situación en la que se encuentra el niño”. Pero, además, atender también al objeto que intuímos se ha tragado.
Hay que tener especial precaución, nos dice la enfermera, “con los objetos redondos y lisos, pues es la forma que entraña un mayor peligro, pudiendo bloquear completamente la vía respiratoria y hacer un sello firme”. El prototipo de este tipo de objetos son, nos apunta la experta, las canicas. Además de ellos, “los objetos huecos y cilíndricos de menos de un centímetro también presentan un alto riesgo de asfixia, como puede ser el capuchón de un bolígrafo”. Por ello, actualmente la mayoría de estos tapones tienen el extremo perforado, para permitir el paso del aire en caso de aspiración.
Al ser algo que puede ocurrir en todos los hogares con niños pequeños, es importante saber cómo actuar en casa, pero también saber qué hacer si no hemos visto ni el objeto ni lo vemos en la boca del niño.
Tres fases tras la ingesta de un cuerpo extraño
- Episodio inicial: cuando un niño se atraganta o traga algo, “se lleva las manos al cuello de forma instintiva al tener sensación de ahogo”. También presentan, nos dice, “tos violenta y súbita, arcadas para liberar el cuerpo extraño, sonidos o pitidos al inhalar o imposibilidad de articular palabras”. La presencia de moco o secreciones muchas veces es la causante de la salida dificultosa del cuerpo extraño que está obstruyendo la vía aérea. Si la obstrucción fuera más grave que esto, “el niño podría presentar una coloración azulada, pérdida de conocimiento e, incluso, “podría producirse la muerte por asfixia”.
- Intervalo asintomático, cuya duración puede ser de minutos o meses. Aquí suele haber “una fatiga de los reflejos y desaparecen los síntomas irritativos inmediatos”.
- Complicaciones posteriores. Esta fase, nos explica, “resulta de la inflamación e infección como reacción al cuerpo extraño y se puede manifestar como fiebre, tos crónica, hemoptisis (tos con sangre), neumonía y atelectasias (colapso parcial o total de los pulmones).
Por ello, aunque superemos esa fase inicial, haya expulsado el cuerpo extraño o no, debemos realizar un seguimiento.
Mantener la calma es lo más importante
Cuando nuestro hijo se traga un objeto, nos dice la enfermera, “lo más importante es mantener la calma”. Es algo bastante común y necesita de unos padres tranquilos para actuar. Lo siguiente es valorar en qué situación nos encontramos que, según nos explica la experta, pueden ser varias:
- ¿El niño está consciente o inconsciente?
- ¿El niño tose de manera efectiva o no?
Dependiendo de la respuesta que demos a estas dos preguntas, las pautas de actuación son diferentes y la enfermera nos las explica a continuación:
El niño se encuentra consciente y tose de manera efectiva
En este caso, el objeto sigue en las vías respiratorias altas, en la garganta o en la boca y “debemos animarle a que siga tosiendo”, para lo que:
- Le colocaremos en posición incorporada.
- Le animaremos a que siga tosiendo.
- Intentaremos extraer el objeto de la boca con el dedo en forma de gancho, únicamente si es visible, con cuidado de no empujarlo hacia dentro.
Ahora bien, nos advierte la enfermera, “no se deben dar golpes, zarandear ni introducir nada en la boca con la intención de extraer el objeto”-
El niño se encuentra consciente pero la tos no es efectiva
En primer lugar, en este caso, “hay que llamar al 112 para que nos presten toda la ayuda posible”. Y, a continuación:
- Comprobar si se ve el objeto e intentar extraerlo (sólo si es visible).
- Dar 5 golpes secos en la parte alta de la espalda, a la altura de los dos omóplatos. En el caso de que nuestro hijo sea menor de un año, le colocaremos sobre nuestras piernas boca abajo, quedando su cabeza más baja que el resto de su cuerpo.
- A continuación, si vemos que esto no es efectivo, realizamos 5 compresiones. En menores de un año, tras dar 5 golpes en la espalda, daremos la vuelta al niño y con dos dedos realizaremos 5 compresiones torácicas en el centro del pecho, por debajo de la línea imaginaria que une ambos pezones. En mayores de un año, sin embargo, nos colocaremos detrás de él, con el niño de pie y, rodeando su cintura con los brazos, realizaremos 5 compresiones abdominales, situando el puño de la mano en la boca de su estómago (entre el ombligo y el tórax) hacia adentro y hacia arriba (es lo que se conoce como maniobra de Heimlich).
En ambos casos, será necesario repetir estas acciones, pero siempre observando la boca antes. Después, 5 golpes en la espalda y compresiones torácicas o abdominales, hasta que expulse el objeto, respire mejor o pierda el conocimiento.
Si el niño se encuentra inconsciente
- Llamar al 112, sin lugar a dudas.
- Colocar al niño sobre una superficie dura y comprobar si se ve el cuerpo extraño u objeto que se ha tragado. Si el objeto es visible, intentaremos extraerlo con el dedo.
- Abrir la vía aérea. Para ello, colocaremos una mano en la frente y la otra tirando la barbilla hacia arriba abriendo la boca y comprobaremos si respira. Si respira, lo pondremos de lado y esperaremos a los servicios de emergencia. Si no respira, daremos 5 respiraciones de rescate tapando la nariz con la mano e insuflando aire por la boca, observando si se mueve el pecho.
Si vemos que se eleva el tórax, seguiremos. Si no, comenzaremos con las maniobras de resucitación cardiopulmonar: 30 compresiones torácicas y 2 insuflaciones. Cada dos minutos se debe comprar la respiración y, si hay algún objeto visible en la vía aérea.
Actuación en el hospital o ambulatorio
Pasada la fase anterior (el episodio inicial) o, en el caso de que el objeto haya sido tragado por completo, debemos acudir a los servicios médicos para que realicen una valoración de lo sucedido. Para ello, la enfermera nos explica qué pruebas se irán haciendo:
- Anamnesis (evaluación con preguntas) y exploración física.
- Radiografía de tórax.
- Si se confirma la presencia de un cuerpo extraño, se realizará una fibrobroncoscopia o broncoscopia. Esta prueba consiste en la introducción de un broncoscopio (tubo flexible) por la nariz, que lleva un punto de luz y una cámara, con la finalidad de aspirar el causante del atragantamiento.
La mejor actuación es la prevención
Los niños tienen una especial predilección por llevarse todo lo que encuentran a la boca, “es su manera de explorar y analizar el mundo”. Por ello, la mejor manera de prevenir este tipo de accidentes es mantener lejos del alcance de los niños los objetos o alimentos que más riesgo presentan de atragantamiento, como los frutos secos, las pilas y monedas, todas las piezas pequeñas de un juguete, globos y botones, etc. Pero además, existen una serie de recomendaciones importantes que la enfermera nos da:
- Es conveniente que siempre haya un adulto supervisando a los niños pequeños mientras comen.
- Cuando se empiezan a introducir alimentos sólidos, se deben cortar en trozos pequeños, vigilando que el niño lo trague bien.
- Se debe enseñar a los niños a masticar suficientemente la comida.
- También a que no deben meterse objetos extraños en oídos, nariz u otros orificios.
- Es recomendable que los niños permanezcan sentados mientras comen. Si corren o juegan con comida en la boca, pueden atragantarse fácilmente.
- Cuando se compren juguetes, se ha de tener en cuenta la edad recomendada por el fabricante y, en niños menores de cinco años, evitar aquellos que tengan piezas pequeñas.
- Los niños menores de cinco años no deben comer frutos secos (pipas, cacahuetes, avellanas, etc.) ni frutos con hueso, como las cerezas o las aceitunas.
Por último,la Asociación Española de Seguridad Infantil propone un efectivo y sencillo método complementario a las anteriores recomendaciones. Se trata de la construcción de un segurómetro. Esta técnica “consiste en colocar en un pequeño recipiente cualquier objeto potencialmente letal para nuestros pequeños y colocarlo a una altura superior de un 1,20m”.