Es un trastorno que sufre el 1% de la población española, y el 75% de los pacientes están sin diagnosticar. La celiaquía durante el embarazo, diagnosticada y controlada, no tiene por qué acarrear ningún problema, pero si esta no ha sido detectada puede suponer riesgos importantes.
La celiaquía es una de las intolerancias alimentarias más comunes en las últimas décadas. Según datos de la FACE (Federación de Asociaciones de Celíacos de España), esta enfermedad afecta al 1% de la población española, siendo más frecuente en mujeres. Pero, ¿qué ocurre con frecuencia con la celiaquía? Que hasta un 75% de los pacientes están sin diagnosticar ya que esta enfermedad incluso hay casos en los que se presenta de forma asintomática.
La celiaquía durante el embarazo no tiene por qué ser ningún riesgo para la madre ni para el feto, y una dieta sin gluten será todo lo que necesite para tener una vida normal, como cualquier otra persona sin celiaquía. El problema se puede presentar cuando no está diagnosticada o se sospecha de su presencia durante el embarazo, ya que los síntomas pueden ser molestos y además, derivarse otros problemas más serios como abortos espontáneos, partos prematuros, bajo peso al nacer, entre otros…
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La celiaquía en el embarazo no supone riesgos...
Según afirma la nutricionista Silvia Moreno (@silviamoreno.nutricionista): “La celiaquía en una mujer embarazada, diagnosticada, controlada y que sigue una dieta sin gluten no supone riesgo alguno en el embarazo”. Por tanto, una embarazada celíaca puede llevar una vida totalmente normal, por supuesto, sin consumir gluten.
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Qué pasa cuando no está diagnosticada
Sin embargo, en los casos de enfermedad celiaca no diagnosticada, o en aquellas mujeres que, a pesar de estarlo, no siguen una alimentación sin gluten, la experta nos dice que “existen riesgos importantes para el feto: aborto, parto prematuro, retraso del crecimiento, bajo peso al nacer. Problemas que incluso él bebe puede arrastrar durante toda su vida”.
Cuáles son lo síntomas de alerta de la celiaquía
Si comienzas a sospechar que puedes llegar a tener una intolerancia alimentaria, sobre todo si estás embarazada, debes estar muy atenta los síntomas de alerta de la celiaquía, que según la nutricionista son: “hinchazón abdominal, diarrea crónica, estreñimiento, gases, heces blandas, náuseas, vómitos”.
Cómo debe ser la alimentación de una embarazada
“El embarazo no es una enfermedad”, afirma la nutricionista. “Es un estado en la vida de la mujer en el que solo hay que prestar atención al aumento de demanda energética (más hambre) y el aporte de los nutrientes específicos, que se suele hacer mediante suplemento pautado por matrona / ginecóloga, además de tener en cuenta los alimentos que no se recomiendan consumir en el embarazo”, añade.
Por tanto, llevar una dieta equilibrada, sana y con la restricción de alimentos que no se deben ingerir, de forma adecuada, durante el estado de gestación es fundamental.
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Y, ¿de una embarazada celíaca?
La nutricionista asegura que la alimentación de una mujer embarazada celíaca “no tiene que ser diferente a la de una mujer embarazada que no lo es, a excepción, eso sí, del gluten”. Y, en común tienen, haya o no embarazo, que la alimentación “debe ser rica en pescados, frutas y verduras, y se deben evitar los procesados, que nos aportan muchas calorías y de poca calidad”
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¿La celiaquía es hereditaria?
Una de las cuestiones más repetidas es si la celiaquía puede ser hederitaria o si el bebé podría nacer con celiaquía. La experta nos dice que “existe mayor predisposición genética a sufrir celiaquía en los bebés cuyos padres son celíacos, pero solo es uno de los factores que intervienen para que la enfermedad de la cara. De hecho, no todos los bebés con esta predisposición genética son celíacos”.
¿Existe algún tipo de tratamiento?
El tratamiento de la enfermedad celíaca es sencillo a simple vista, “una dieta sin gluten”. Aunque, en la práctica, “hay que estar muy atentos a productos que contienen gluten en su composición o por contaminación cruzada, y que puede pasar desapercibido. Por ello, una dieta basada en alimentos sin procesar es la más adecuada para evitar este ´gluten escondido´”, recomienda la nutricionista.
¿Qué se puede comer en sustitución del gluten?
Entonces, para llevar una dieta lo más parecida posible a una ‘normal’, las personas celíacas pueden comer como sustitución del gluten, “cereales que no lo contienen, como el maíz y el arroz, o aumentar el consumo de legumbres. Además, hoy en día existe en el mercado una amplia variedad de alimentos diseñados especialmente para celíacos. Pero hay que revisar el etiquetado antes de comprarlos, porque no todos son saludables”, advierte la nutricionista.
¿Qué hacer si se sospecha durante el embarazo?
Durante el embarazo, como decíamos, es muy importante que la mujer esté atenta a los síntomas, digestiones… y siempre “comentarlos con la matrona o ginecólogo para poder llegar a un diagnóstico cuanto antes. No se recomienda nunca cambiar a una dieta sin gluten sin haberlo consultado previamente”, concluye la nutricionista.