Cuando buscamos un embarazo , buceamos en Internet sobre lo que puede ayudarnos o no a concebir, algunas acudimos a la consulta de nuestro ginecólogo por si debemos saber algo que se nos escapa y empezamos a leer que existen muchos mitos en torno a la fertilidad , conceptos erróneos que, durante mucho tiempo, se han tenido como ciertos y encontramos otros consejos que parecen tener cierta lógica. Ahora bien, lo que todos sabemos es que, para concebir un embarazo, un espermatozoide debe dar en la diana justo el día en el que se produce la ovulación. Más bien, en las horas en las que se produce, por lo que el margen es bastante pequeño. Por ello, tratamos de estudiar nuestro cuerpo para adivinar en qué momento sucederá. Y esto no es, nada menos, que uno de los métodos más antiguos para conocer nuestra fertilidad y no, no es uno de esos grandes mitos.
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¿En qué consiste el método sintotérmico?
El método sintotérmico, del que tenemos registros desde principios del siglo XIX, consiste, básicamente, “en que la mujer conozca su propio ciclo menstrual para poder orientarse sobre los días que son más o menos fértiles a lo largo de ese ciclo”, nos comenta la Dra. Alexandra Izquierdo, directora médica de Eugin en Madrid. Para ello, lo que hacemos es utilizar una combinación de parámetros, principalmente dos:
- La medición de la temperatura basal corporal .
- La consistencia del moco cervical.
Se pueden asociar, nos explica la doctora, “a otras mediciones adicionales, como la posición del cuello uterino, pero estas resultan mucho más complicadas de observar por la propia mujer en casa”. Pero, ¿cómo se realizan esas dos medidas?
Registro de la temperatura
Para esta primera medición, “tenemos que tomar siempre la misma hora del día, tras haber tenido un reposo de entre seis u ocho horas, antes de iniciar la actividad y de comer, por lo que el mejor momento para ello es nada más despertarnos, estando aún en la cama”, nos explica la experta. Además, “lo ideal es tomar la temperatura vaginal o rectal, que son las más fiables”.
Si realizamos un registro de la temperatura basal a lo largo del ciclo, identificaremos un incremento de la misma entre 0,3 y 0,5 grados tras la ovulación, por el aumento de la hormona de la progesterona. De esta forma, “podemos identificar el periodo más fértil desde tres días antes hasta tres días después de la elevación de la temperatura”.
Consistencia del moco cervical
Algo parecido a lo anterior ocurre con el moco cervical, que tiene una consistencia diferente a lo largo de los diferentes momentos del ciclo: al principio, nos explica la doctora, “es un moco más espeso y, cuando se acerca la ovulación, se vuelve más fluido, más filante, de consistencia semejante a la clara del huevo, lo que permite y favorece el paso de los espermatozoides hacia la cavidad uterina”.
De esta forma, podemos decir que, “cuando se combina la presencia de un moco cervical más fluido con un aumento de la temperatura basal, la mujer está próxima a la ovulación y es su momento más fértil”, asegura la doctora.
Conocer tu ciclo menstrual es fundamental
Una de las preguntas que nos surgen en cuanto a este método es la de si se puede saber con él las mayores o menores probabilidades de quedarse embarazada. Sin embargo, nos dice la doctora, que “la mujer necesita conocer muy bien sus ciclos para que el método como tal funcione correctamente, siendo el principal inconveniente de su uso”. Por ello, para poder utilizarlo con ciertas garantías, “se recomienda haber hecho un trazado de la temperatura basal y de la consistencia del moco cervical de seis a doce ciclos”, es decir, hay que estar entre seis y doce meses siguiendo esos dos parámetros, para poder establecer más o menos un ritmo. Con esto, nos dice la doctora, “la mujer va a conocer mejor qué día empieza a cambiar su moco cervical, qué día empieza a cambiar su temperatura y, por tanto, cuáles son sus días más fértiles”.
¿Y qué ocurre si nuestro ciclo menstrual es irregular? En este caso, “así como en aquellos en los que ha existido una infección que cursa fiebre o una alteración hormonal que condiciona cambios e irregularidades en la ovulación, este método difícilmente va a poder ayudar”, nos dice la doctora. Ahora bien, si la mujer logra hacer un buen calendario de esos seis o doce últimos meses y presenta ciclos regulares, “este método permite mejorar el conocimiento del funcionamiento del propio ciclo, ayudando a orientar mejor las relaciones sexuales para que el embarazo llegue antes”. De esta forma, podemos conseguir “aliviar la sobrecarga de estrés que se produce cuando el embarazo no llega y podemos detectar anomalías del ciclo que requieran el control de un especialista”.
No es un método para medir la fertilidad
Algo que tenemos que tener muy en cuenta, nos explica la doctora, es que este método “no sirve para medir la fertilidad como tal, sino para identificar los días más fértiles de la mujer”, como hemos dicho, orientando mejor las relaciones sexuales. Asimismo, nos permite identificar posibles alteraciones del ciclo normal, como la ausencia de ovulación, lo que podrá indicar a la mujer la necesidad de realizar exámenes más específicos sobre su fertilidad si el embarazo no llega.
Algo que a la experta le parece importante resaltar es que existen publicaciones actuales sobre aplicaciones móviles que permiten asociar todos estos parámetros , mejorando la efectividad del método. “Se introducen de manera fácil datos de la regla, de temperatura y del moco cervical y la aplicación nos ayuda a realizar este cálculo que antes se hacía de manera manual”. Cuando se hace correctamente, esta herramienta puede ayudarnos y es fiable para predecir el momento ed mayor fertilidad, facilitando la consecución de la gestación. Sin embargo, su efectividad dependerá de que la mujer lo registre y lo siga de forma correcta y disciplinada, de que los ciclos sean regulares y mantengan una cierta armonía de un mes a otro.
Tampoco es un método anticonceptivo
Algunos estudios señalan que, en sus inicios, el método sintotérmico estaba más orientado a prevenir embarazos no deseados y a la contracepción natural. “Se estima que puede tener una eficacia del 99% de prevención del embarazo no deseado cuando se utiliza bien”, es decir, que podría llegar a sustituir a otro método anticonceptivo (hormonal o no), siempre y cuando, esto es importante, “se haya realizado ese mapa previo de seis a doce meses y la mujer tenga los ciclos regulares”.
Su principal inconveniente como método anticonceptivo es que resulta bastante estricto en cuanto a los días en los que se debe tener abstinencia, que van desde el primer día de regla hasta tres días después de la ovulación, reduciendo a ocho o diez días al menos los que realmente quedarían libres para mantener relaciones sexuales sin protección. Esto obliga a aplicar otro método anticonceptivo de barrera (como el preservativo) si quieren evitarse los largos periodos de abstinencia.
Referencias
Manhart MD, Duane M. Contraception (2022). A comparison of app-defined fertile days from two fertility tracking apps using identical cycle data .
Klaus H.Obstet Gynecol Surv. (1982). Natural family planning: a review .