Las circunstancias reproductivas de cada pareja son algo privado que no se suele compartir con todo el mundo; sin embargo, a menudo, las que no tienen hijos reciben muchos comentarios a este respecto. Habitualmente las personas que los hacen ni siquiera son conscientes de que puedan molestar, por eso, “lo importante es ser prudentes porque nunca se sabe la realidad de la persona que tenemos enfrente”.
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Así lo señala María José Barquero, psicóloga especializada en infertilidad (www.mariajosebarquero.com). Hay algunas parejas que han decidido no tener descendendencia, pero otras que lo intentan y no lo consiguen. “Vemos la punta del iceberg. Y preguntar algunas cosas puede producir mucho dolor, dependiendo de la historia que haya detrás de la persona o pareja y que no conocemos”, insiste. Hemos repasado con ella algunas de esas frases que se deberían evitar.
La fertilidad de la mujer desciende de forma muy acusada a partir de los 35 años. Es un hecho que hay un momento ideal para conseguir el embarazo. Pero hay parejas que llegan a ese momento y, por diversas circunstancias, no han podido tener un hijo.
“Es una frase que se escucha mucho y es bastante fea porque en infertilidad si hay algo que realmente crea ansiedad y frustración es el paso del tiempo y saber que hay un punto en el que si ya no se ha conseguido no se conseguirá. Esta es una realidad a la que se enfrentan muchas mujeres y esta frase lo único que hace es recordártelo y agobiar más”, explica la experta.
Cuando pasa el tiempo y la pareja no consigue el embarazo, a menudo tiene que escuchar preguntas en este sentido. Esto les cohibe tanto que incluso dejan de ir a actos sociales para no someterse a ellas y tener que responderlas.
Se trata, en todo caso, de una cuestión muy íntima, como apunta la psicóloga, sobre la que no se debería interrogar. “Una pareja no tiene ninguna obligación de dar explicaciones de su vida íntima y privada. Y aquí nuevamente si la pareja lleva tiempo intentándolo lo único que hacemos con esa frase es crear dolor”, subraya.
\'Cuando te relajes y no lo pienses, te quedas embarazada\'
Es una de las frases más habituales en este sentido. “Y no es verdad. Pensar o no pensar no hace ni que te quedes ni que no te quedes. A este tipo de teorías en psicología se les llama distorsiones de pensamiento o errores cognitivos. Y es que damos una explicación errónea a una realidad”, comenta María José Barquero.
“Creemos que podemos controlar la fertilidad con el pensamiento y nada más lejos de la realidad. Este tipo de frases lo único que consiguen es crear un sentimiento de culpa en la mujer y crear el efecto contrario: aumentar la ansiedad”, destaca la divulgadora (@psicologa.infertilidad, en Instagram, donde también cuenta su experiencia como paciente).
Cuando se hacen juicios de valor sobre este tema delante de una pareja sin hijos se puede cometer el error de dar por supuesto que no quieren o han decidido no tener hijos, cuando la realidad puede ser que no han podido. “Muchas personas con infertilidad dicen que no quieren precisamente para no tener que dar más explicaciones que les resultan más dolorosas”, advierte la especialista.
En todo caso, es una decisión muy íntima que no corresponde a nadie juzgar, sea cual sea el motivo. “Cada persona conoce sus deseos, recursos personales, económicos. Cada persona lleva su propia mochila con sus vivencias anteriores y todo esto, entre otras cosas, determinará la decisión. Nadie de fuera debería opinar sobre esto, pues eso sí es egoísta: no tener en cuenta los sentimientos y situación de la persona de enfrente para opinar sobre su vida personal”, concluye.
\'Si no llega el bebé, es porque no tiene que llegar\'
Es otra distorsión cognitiva o error de pensamiento. “Si no tener hijos fuera un producto de nuestro destino ¿qué sentido tienen las técnicas de reproducción asistida? No tendrían éxito y sin embargo sí que lo tienen”, apunta María José Barquero.
“A nadie se le ocurre decir: si has caído enfermo es que es tu destino. No. Las personas vamos al médico. Pues con la infertilidad, igual”, resalta.
\'Te regalo a mis hijos una temporada y se te quitan las ganas\'
Es una frase que en muchas ocasiones se dice para poner humor a una situación, la de la infertilidad, que resulta tan difícil, y como desahogo ante la saturación que a veces provoca la maternidad. Pero no funciona y puede provocar mucho dolor e incluso enfado en los que están enfrente.
En ineficaz, en todo caso, “porque una vez más recordamos que ‘yo sí tengo hijos y tú no’”, destaca María José Barquero, por lo que también hay que evitarla.
\'Hay otras maneras de ser padres como la adopción\'
La adopción no debería ser un plan ‘B’, “porque adoptar no es algo tan sencillo como la gente piensa. Normalmente cuando pensamos en las cosas que no conocemos las idealizamos y con la adopción pasa lo mismo. No es algo fácil”, advierte la psicóloga.
Hay parejas que están preparadas para la paternidad biológica y no para la adoptiva, otras para ambas... Cuando se plantea un adopción hay que tener en cuenta que “un gran porcentaje de niños que son adoptados, debido a su pasado difícil, traen consigo numerosos problemas emocionales y médicos y esto plantea un reto como padres, un saber abordar numerosas dificultades que se plantean y no todo el mundo tiene la capacidad, los recursos o la energía para hacerlo bien. Es un tema muy difícil que no merece una frase que lo aborda de manera tan superficial”, detalla.
\'A ver si os vamos a tener que dar clases de cómo llegan los niños...\'
“Esta es una frase que también genera rabia en quien la escucha. Porque no es un tema de saber, sino de que algo está pasando y hay que investigar a través de la medicina a ver qué es para poder poner medios y solventarlo”, recalca la experta.
En este sentido, lo que puede formularse como una frase graciosa, puede hacer mucho daño a los que están enfrente. Ante la duda de lo que sucede, mejor callarse y no bromear con ello.
Al margen de los problemas de infertilidad, muchas parejas se enfrentan a la dura realidad de un embarazo interrumpido. Comentarios como estos también pueden hacerles mucho daño.
“¿Qué pasa si quien los escucha lleva tiempo intentándolo, pero además acaba de sufrir un aborto? Estas frases son muy dolorosas”, concluye María José Barquero.
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