El miedo al dolor forma parte del ser humano. Y el parto es uno de los grandes momentos vitales que concita un gran temor en ese sentido. Las embarazadas suelen sentirse inquietas ante ese proceso, que se supone que tiene que ir acompañado de molestias de gran intensidad. Pero, además de ayudas como la analgesia epidural, hay otras formas de afrontarlo.
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De ello hemos hablado con Aixa Laxmi, autora del libro El Método Laxmi, 9 claves del parto sin dolor (Ed. Terapias Verdes). ¿Qué factores influyen en tener esta experiencia? ¿Cómo se pueden combatir y revertir?
¿Por qué hay dolor en el parto?
“Hay cuatro factores que provocan dolor en el proceso de parto: físicos, emocionales, mentales y sociales. Todos están conectados entre sí”, apunta la experta.
La idea general es que el parto es algo complicado, difícil y doloroso. De hecho, cuando se habla de dolor, el de parto suele figurar entre los primeros, si no el primero en la lista de dolores que alguien puede llegar a soportar. “Esta expectativa programa a la mujer para tener mucho miedo al dolor en el parto. El miedo es una emoción, pero no se queda solo en lo mental”, apunta.
“El miedo hace que se cierren, literalmente, las fibras musculares del cuello del útero y que las contracciones uterinas sean ineficaces y dolorosas” , destaca Aixa Laxmi.
¿Por qué el útero no debería doler?
“Es curioso que el parto y la menstruación son los dos únicos procesos corporales que se realizan en estado de salud y que producen dolor. Ninguna parte del cuerpo duele cuando realiza el trabajo para el que ha sido diseñado. Decir ‘la menstruación duele’ o ‘parir duele’ es equivalente a decir que hacer la digestión o respirar debería ser doloroso”, indica Aixa Lexmi.
¿Dónde está la causa entonces? “La mayoría de las mujeres tiene lo que se denomina ‘útero espástico’”. Tal como explica, esta espasticidad estaría provocada por un estilo de vida sedentario y estresante “y a que las mujeres vivimos de espaldas a nuestro ciclo menstrual”.
La experta indica cómo hay culturas donde el dolor de parto no existe y de qué forma deberíamos rescatar esos conocimientos ancestrales, a través de técnicas de movimiento, meditación y comprensión sobre cómo funciona el útero y cómo está conectado al sistema nervioso autónomo.
El papel del cuello del útero
Tal como destaca Aixa Laxmi, el cuello del útero es receptor de tensiones y miedos que se van acumulando a lo largo de la vida, y que no tienen que ver con el parto necesariamente. “Es muy similar a lo que ocurre con los músculos de la espalda y el cuello, ¿quién no ha sentido dolor en estas zonas, hasta el punto de contracturarse debido al estrés, las prisas y nuestro estilo de vida sedentario?”, se pregunta.
En el útero ocurriría igual y “ese puede ser el origen tanto del dolor en la menstruación como en el parto. El reto está en que los músculos de la espalda y el cuello los podemos mover y relajar a voluntad. El útero, por el contrario, es un músculo de control involuntario. Pero aun así existen maneras de relajar las tensiones y de fortalecerlo para que realice de una manera más fácil el trabajo para el que ha sido diseñado”, destaca.
Una preparación al parto diferente
Aixa Lexmi aboga por una preparación al parto integrativa, donde “no solamente se informe a la mujer sobre lo que le van a hacer cuando llegue al hospital, sino que entrene su cuerpo, le dé herramientas de gestión de las emociones, le ayude a evitar intervenciones innecesarias, le dé el poder de tomar sus propias decisiones y, sobre todo, mejore las condiciones del útero”.
Así, estos son puntos claves para llegar al parto con una preparación mucho más completa:
- Ir sin miedo al parto.
- Tener el cuerpo bien entrenado, pues el parto supone un gran esfuerzo.
- Trabajar el útero para que esté sano y haga su trabajo con facilidad.
- Evitar intervenciones innecesarias. “Las intervenciones pueden salvar vidas, pero cuando se realizan sin necesidad causan dolor y sufrimiento”.
- Tener un acompañamiento eficaz donde ese acompañante también esté bien preparado.
¿Cómo influye la relación con el equipo médico?
La buena sintonía entre la mujer que va a dar a luz y el equipo médico que la asiste en ese momento es fundamental para que la experiencia resulte en uno u otro sentido. “Si tienes profesionales que te animan a continuar adelante y que apoyan tus decisiones, la experiencia de parto puede ser maravillosa. Sin embargo, en muchas ocasiones se interviene demasiado, llevados por la prisa, el miedo o los protocolos”, destaca la especialista de www.metodolaxmi.com
Así, el dolor en el parto puede estar provocado por el cansancio y por sentirse en un lugar que infunde miedo. Sin embargo, cuando trae a su hijo al mundo la mujer está llevando a cabo uno de los actos más ‘poderosos’ del mundo, por eso es tan importante llegar al parto en las mejores condiciones. “Las mujeres que se entrenan física y emocionalmente, que se sienten en control de su cuerpo, de sus emociones y de sus decisiones suelen tener experiencias de parto preciosas, de las que disfrutan plenamente”, asegura.
¿Cómo influye la meditación en el control del dolor?
“En el caso del parto, además de prepararte para una experiencia positiva de parto, la meditación puede realizar cambios reales en el útero”, cuenta Aixa Laxmi.
En este caso, ayudaría a relajar las tensiones acumuladas en el músculo uterino y, con ello, a relajar también el cuello del útero para favorecer el parto. Todo eso redunda en un mejor control del dolor y la posibilidad de conectar mejor con lo que están viviendo. Así, en el mismo momento del parto, la meditación ayuda a que “entren tanto dentro de sí mismas y del proceso hormonal que viven la experiencia como un estado de sensaciones físicas muy intensas que no son dolorosas”.
Tener conciencia corporal de lo que está sucediendo
La zona corporal que interviene en el proceso de parto suele ser una gran desconocida para la mujer. Pero estar al tanto de lo que ocurre en las zona pélvica, perineal, en el útero y en la vagina puede ayudar en esos momentos.
Así cuenta su experiencia Aixa Laxmi: “Muchas de mis alumnas nos cuentan que sentían exactamente cómo estaba posicionado su bebé durante el parto y, lo que es más importante, sabían qué hacer para facilitar el avance del bebé. Abrir la pelvis para que el bebé tenga más espacio para bajar por el canal del parto, ayudar a dilatar el cuello del útero y relajar el suelo pélvico, permitir que salga el bebé de una manera fluida, protegiendo el periné, evitando desgarros y episiotomías. Es muy bonito cuando una mujer se siente en control hasta ese extremo”.
Las claves del parto ideal (sin sufrir)
Para afrontar un parto ideal la mujer y su pareja deberían prepararse física, emocional y mentalmente. Así, llegará al momento clave dispuesta para vivirlo de otro modo, como detalla la experta:
- Con las primeras contracciones, en lugar de sentir miedo, la mujer siente ilusión porque va a tener muy pronto a su bebé con ella.
- Conforme las contracciones se hacen más intensas y seguidas, la mujer se deja llevar, se mueve, sigue lo que el cuerpo dice, abriendo su pelvis para que el bebé avance.
- Las personas que están a su alrededor la animan, le dicen que lo está haciendo muy bien y la impulsan en los momentos de cansancio o de debilidad.
- La luz en la sala es tenue, no se le impide el libre movimiento y se procura hacer el mínimo de tactos vaginales.
- En el expulsivo adopta la posición que ella desea y los profesionales la acompañan y se ponen a su altura para recibir al bebé.
El primer contacto con el bebé
Tener una buena experiencia de parto ayuda a recibir al bebé de una forma muy especial. “La madre siente un chute enorme de oxitocina endógena en el momento del expulsivo. Y, con ella, un enorme amor. Mira a su bebé y se enamora de él al instante”, comenta la experta.
En estos primeros momentos, madre y bebé no deben separarse (a no ser que alguna urgencia médica lo indique). Se fomenta también el pinzamiento tardío del cordón umbilical y el inicio de la lactancia materna lo antes posible, lo que ayuda a que siga habiendo contracciones y a que la placenta se desprenda con facilidad.
“Muchas veces ponemos mucho tiempo y esfuerzo en cosas que no son tan importantes como un parto. ¿Cuántas casas visitaste antes de comprarte o alquilar la que tienes ahora? ¿Cuánto estudiaste para aprobar tu carrera? ¿Cuántas horas se entrena un atleta para una prueba? El parto y nacimiento son mucho más importante que todo eso. Prepárate al máximo. El parto puede ser una experiencia preciosa”, aconseja Aixa Laxmi.