Muchos bebés adquieren costumbres que nos causan extrañeza y por las que, con razón o sin ella, nos preocupan. Una de las manías que suelen tener cuando cumplen ya unos meses es la de tocarse las orejas. Dirigen sus manos hacia ellas, las frotan, las doblan y las mueven con sus dedos. Cuando hacen esto, lo primero que solemos pensar es que les duele o que, por ejemplo, pueden llegar a tener una infección de oído. Puede ser esta la causa, pero la realidad es que existen otras muchas razones por las que un bebé puede llevarse las manos a las orejas, sobre todo, porque en la mayoría de las ocasiones observamos este comportamiento en momentos concretos: cuando están comiendo o mamando de un pecho o justo antes de que se acerque la hora de irse a la cama .
Por ello, si observas que tu bebé se toca las orejas varias veces al día, sin ningún otro síntoma, en principio, no debes preocuparte. Simplemente observa cómo empieza a hacerlo, en qué momentos del día y cuándo deja de hacerlo. Quizás te den pistas de cuál es el motivo. Los expertos que, sin respuesta científica clara de por qué lo hacen y por qué eligen esta parte de su cuerpo, sí lo han estudiado y nos ofrecen algunas pistas.
El bebé está descubriendo su cuerpo
En un estudio realizado en el Hospital de Estambul (Turquía), los resultados dieron que un 46,1% de los bebés que fueron ingresados para el estudio se tocaban las orejas y su exploración o diagnóstico era totalmente normal. De hecho, es consecuencia del desarrollo y crecimiento de un bebé, que va descubriendo las diferentes partes de su cuerpo y que, igual que puede pasarse muchos minutos mirándose las manos o los pies, puede desarrollar cierto interés por las orejas. Son fáciles de tocar (están a su alcance) y de agarrar.
El cerumen, otra razón por la que un bebé puede tocarse las orejas
El cerumen es algo que producimos todos los seres humanos naturalmente y que es segregado por las glándulas del oído, incluido los bebés. Esta secreción amarillenta nos ayuda a proteger el canal auditivo del polvo y de las bacterias que entran en contacto con él, pero también de lubricarlo adecuadamente. A veces, se acumula demasiado y crea cierta obstrucción, que puede llegar a causar cierta molestia. Y este puede ser el motivo por el que tu bebé se toque las orejas. De hecho, según el estudio mencionado es la segunda razón más común (37,2%).
Si observas que, además de tocarse las orejas, tu bebé está malhumorado o gira la cabeza menos de lo habitual cuando hay un ruido, deberías consultar a tu pediatra, pero nunca intentar arrastrar el cerumen con tus propias manos o un bastoncillo de algodón. Puedes dañar el tímpano de su oído o formar un tapón al empujar la cera hacia el interior del oído.
Y es que, según afirma Ainhoa Baucells, enfermera pediátrica, cuando le preguntamos por este exceso de cerumen y la limpieza de los oídos de un bebé, nos asegura que “esta sirve para proteger el oído ante posibles agresiones y, en el caso de que salga desde el conducto auditivo hacia el pabellón auricular, lo que tenemos que hacer es extraer la parte que queda por fuera con un paño húmedo o una gasa ”. De esta forma, el baño es el mejor momento para hacerlo.
Tocarse las orejas también puede ser signo de fatiga
Otra de las razones más comunes por las que un bebé se toca las orejas puede ser un exceso de cansancio o de que, simplemente, llega la hora de acostarle. En realidad, los signos de cansancio varían mucho entre unos y otros bebés, los hay que se frotan los ojos, otros que buscan las manos de su cuidador o se quedan con la mirada perdida. Pero el tocarse las orejas entra dentro de ellos y es normal, sobre todo, si vemos que comienzan a recostarse y bostezar. No hay que preocuparse, tan solo llevarle a la cama.
¿Y si tiene una infección de oído?
Esta es la tercera razón (16,7%) por la que, según este estudio, los bebés pueden llegar a tocarse compulsivamente las orejas, sobre todo, en el caso de una otitis media con efusión (OME) y otitis media serosa. Se trata de una enfermedad bastante frecuente en los bebés, sobre todo, porque su trompa de Eustaquio (el conducto que comunica la nariz con el oído) es más estrecha que en el caso de los adultos, es más propenso a inflamarse y, por tanto, crear una infección de oído. De hecho, cuando están resfriados puede bloquearse por esta inflamación y quedar más estrecho. Según nos explica el Dr. Iván Carabaño Aguado, profesor asociado de Pediatría en la Universidad Complutense de Madrid, en estos casos “se da con la aparición de un líquido algo denso y pegajoso, creando una forma de otitis crónica por la acumulación anormal de secreciones en el oído medio. Lo habitual es que las mismas drenen hacia la garganta a través de la trompa de Eustaquio”.
Aunque muchas de las infecciones pueden ser muy dolorosas, algunas otras, como las infecciones de oído serosas, comienzan provocando cierta molestia. De ahí que tu bebé se toque el oído de forma recurrente, pero si no se trata a tiempo, podría complicarse. De ahí que es importante vigilar la fiebre y acudir, en su caso, a tu pediatra.
Un síntoma más de que le están saliendo los dientes
Por último, una pregunta que se hacen muchos padres y que no tiene por qué estar desencaminada es que tocarse las orejas sea un signo más de la dentición, como puede ser la irritabilidad, babear en exceso o tener la zona del pañal muy irritada. De hecho, suelen tocar, jugar o estirar la oreja por el lado en el que le están saliendo los dientes.
Referencias
Cakabay T, Üstün Bezgin S, Tarakcioglu MC, Kocyigit M, Serin Keskinege B, Giran Örtekin S, Ozdemir M. (2019). Why do infants pull their ears?