Falsos mitos sobre fertilidad que tienes que desterrar de una vez por todas

Falso. Es uno de los temas más recurrentes en fertilidad. Muchas parejas piensan que conseguir un embarazo a la primera es sencillo, pero no es así. “En una pareja joven, sana y sin problemas de fertilidad, la probabilidad de embarazo en cada ciclo menstrual es de aproximadamente un 25%”, nos dice la Dra. Federica Moffa, especialista en reproducción asistida y Directora Médica de la clínica Fertilab Barcelona.

Ahora bien, al cabo de un año, alrededor del 85% de las parejas que lo intentan suelen conseguirlo. Por ello, no se recomienda acudir a una clínica de reproducción asistida hasta que haya transcurrido un año de relaciones sexuales sin protección anticonceptivas o después de seis meses si la mujer supera los 35 años.

También es falso. La toma prolongada de anticonceptivos hormonales (como puede ser la píldora) no tiene un impacto real sobre la fertilidad. “Los anticonceptivos no afectan ni en positivo ni en negativo al aparato reproductor de la mujer, no son tóxicos tampoco como se dice algunas veces y no afecta a la reserva ovárica”, nos explica la doctora. De hecho, nos dice, “puedes parar de tomarlos y quedarte embarazada al mes siguiente”.

Ten cuidado porque sí puede producirse un embarazo. La posibilidad de que una mujer se quede embarazada, sin duda, es mayor durante su ventana de fertilidad, unos días que no suelen coincidir con los días de la menstruación, “pero hay mujeres que ovulan muy pronto y todavía tienen un rasgo del ciclo en los días fértiles o tienen un ligero sangrado en el momento de la ovulación, es decir, justo en el momento más fértil”, nos explica la doctora. Por tanto, aunque las probabilidades de embarazo durante el embarazo sean escasas, existen.

Sí y no. La situación ideal, nos dice la doctora, “es mantener relaciones sexuales los cinco días previos a la ovulación y los tres días posteriores”. ¿Por qué? Porque los espermatozoides pueden vivir dentro del útero hasta cinco días después del acto sexual. De esta manera, nos explica, “la mejor forma para embarazarse es tener relaciones frecuentes cada dos o tres días durante todo el ciclo, así estamos seguros de cubrir la ovulación”.

En muchas consultas ginecológicas, cuando nos piden un análisis de sangre, vemos un largo listado de siglas entre las que se encuentran: FSH, LH, estrógenos y progesterona; las cuatro hormonas más importantes para el proceso de quedarse embarazada. Sin embargo, no deben estar equilibradas constantemente para conseguir quedarnos embarazadas. Suena a paradoja, pero es así.

De hecho, debido al ciclo menstrual, las hormonas de la mujer pueden variar de un día a otro, e incluso, de una hora del día a otra, por lo que el equilibrio absoluto no se cumple. Por ello, siempre se intenta medir la concentración hormonal al inicio del ciclo menstrual, cuando las hormonas se encuentran en estado basal. Su fluctuación no indica necesariamente una falta de fertilidad.

Si ya es difícil relajarse para la consecución de un embarazo para muchas mujeres, tener otro condicionante más complicaría el proceso muchísimo y puede ser hasta agobiante. Sin embargo, es otro mito que hay que desmentir: el orgasmo femenino no afecta a la concepción de ninguna forma. Es más, para que un orgasmo femenino afectase de manera positiva al transporte del esperma por el interior del útero hasta las trompas de Falopio, éste tendría que ocurrir inmediatamente antes o justo en el momento del orgasmo masculino. Y no, no es algo muy común. Muchas mujeres alcanzan el orgasmo una vez o más antes que su pareja, justo después o, incluso, nunca.

No solo se escucha que aumenta las probabilidades de un parto gemelar, sino de la posibilidad de un parto prematuro. Sin embargo, no es así. Bien es cierto, nos comenta la doctora, “que los antecedentes clínicos de aquellas personas que recurren a la reproducción asistida pueden influir en el proceso del embarazo, especialmente en la fase final del mismo”, pero no en todos los casos. Pero quizás por este motivo se tiene esa creencia. Para ello, “también ha podido influir que, hace unos años, se transferían dos o tres embriones al mismo tiempo, lo que propiciaba los embarazos múltiples que, a su vez, tiene un riesgo de parto prematuro muy alto, pero a día de hoy, suele transferirse un único embrión”, nos dice. No en todos los casos, pero sí en la mayoría de ellos.

Ya nos gustaría, pero esto tampoco es así. A través de la reproducción asistida, el embarazo no está asegurado, ya que cada caso es único y, al igual que en los embarazos naturales, todo depende de muchos otros factores: la edad, la calidad del embrión, el útero o la técnica empleada. Según los datos que manejan en Fertilab Barcelona, nos cifra la doctora, nos dicen:

• Un 86,2% de éxito en Fecundación In Vitro (FIV) con ovodonación.
• Un 41% con óvulos propios tras un solo ciclo.
• Un 45,7% en Inseminación Artificial con donante después de tres intentos.
• Un 68% por transferencia embrionaria de un blastocito con DGP.
• Un 46% por ciclo de adopción de embriones.

Por último, existe otra creencia errónea acerca del sistema reproductivo femenino: la menstruación no tiene por qué doler. Si hay dolor, hay una patología que no estamos viendo. “La menstruación no tiene que doler de una forma que realmente se necesite medicación y te impida hacer vida normal. Este dolor enmascara un problema futuro y se debe investigar cuanto antes”, nos dice la misma doctora.