El chocolate es un alimento que podríamos calificar como ‘adictivo’ tanto para adultos como para niños, y es que, la mayoría de ocasiones, este producto está elaborado con azúcares y edulcorantes nada recomendables para el consumo, sobre todo de los más peques. “El chocolate es un producto que contiene una mezcla de cacao (manteca y pasta) y azúcar, principalmente, aunque en muchas ocasiones contiene leche, grasas refinadas, edulcorantes…”, asegura Elena Toledano, nutricionista en Roots® Mindfoodness.
Lo recomendado por los expertos es no incluir el azúcar en la dieta de los peques hasta mínimo los dos años de edad (y evitarse en la medida de lo posible), y el cacao a partir del año, “podremos introducir pequeñas cantidades de chocolate muy de vez en cuando. Esto debe ser totalmente opcional ya que ni el chocolate ni el cacao son alimentos esenciales en la dieta de un bebé”, añade.
¿Qué chocolate ofrecer a mi bebé?
Aunque como decimos, el cacao no es recomendable en la dieta de un bebé, la nutricionista aconseja que, puestos a ofrecerle, le ofreceremos aquel que tenga un mayor porcentaje de cacao. ¿Por qué? “Esto implica que, a medida que aumenta el porcentaje de cacao, disminuye el de azúcar. Por eso es recomendable que sea, como mínimo, del 80% de cacao”.
Acostúmbrale a todo tipo de sabores
Sin embargo, por otro lado, el cacao con alto porcentaje tiene un sabor amargo y “es bueno que los bebés se acostumbren a experimentar todos los sabores naturales de los alimentos, y que estos no siempre estén ocultos por el azúcar añadido”, argumenta la experta.
¿Cuánta cantidad de azúcar puede consumir un bebé?
La ESPGHAN (European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition) y la OMS (Organización Mundial de la Salud) “recomiendan que el consumo de azúcares libres debe ser cero en bebés hasta los 2 años y después, no debería superar el 5 % de las calorías diarias entre los 2 y los 18 años de edad”, nos cuenta la nutricionista.
Sin embargo, “¿sabías que el niño medio español ha consumido más de 32 kilos de azúcar en el 2017? Es decir… Una media de 90g al día, lo que son 7,5 veces más del máximo recomendado”.
Y es que estamos muy acostumbrados a ver a papás comprar chocolatinas o snacks nada saludables para media mañana o la hora de la merienda, que proporcionan rapidez y certeza de que el niño lo comerá, pero lo cierto es que les estamos haciendo un flaco favor para su salud.
Por qué debemos saber leer etiquetas
Siguiendo el mismo argumento, son muchos los productos que vemos anunciados para menores de 2 años, que promueven una buena alimentación, sana y saludable como, “papillas de cereales, potitos, zumos, batidos, galletas, yogures, postres, cereales de desayuno, bollería… Cuando, su valor como nutriente es cero, no nos aporta proteína, ni fibra, ni vitaminas, ni minerales, ni grasas esenciales. Además, no es necesario para que su cerebro funcione. Los niños no necesitan azúcar, necesitan glucosa, la cual está en alimentos como la fruta”, asegura la nutricionista.
Consecuencias de un consumo de azúcar mayor al recomendado
Según nos cuenta la nutricionista infantil, las consecuencias de un consumo de azúcar descontrolado son:
- Cardiopatías, cáncer, inflamación, obesidad y diabetes infantil.
- Incapacidad de saciar el hambre y regular el apetito.
- Crecimiento continuo de caries dentales.
- Deterioro cognitivo temprano, peor rendimiento escolar, memoria, aprendizaje, ansiedad, depresión, hiperactividad...
- Interrupción de un crecimiento adecuado y sano de órganos vitales.
¿Qué azúcares son los más saludables que podemos ofrecerles?
A la hora de elegir productos y alimentos para peques, es importante diferenciar los tipos de azúcar que la nutricionista nos explica:
1. Los azúcares intrínsecos son aquellos que se encuentran en la matriz del alimento de forma natural, y no suponen un problema.
2. Los azúcares libres son aquellos que se encuentran “sueltos” y suponen un problema muy grave para la salud, de los cuales hay 2 tipos:
- Añadidos: se añaden al producto, en la industria o en casa (galletas, bollería, refrescos...)
- Liberados: eran intrínsecos pero debido a su procesamiento, se liberan (zumos, papillas infantiles, pasta y pan blanco, ...)
Y esto cómo se traduce en alimentos…
Siempre elegiremos aquellos alimentos que contengan azúcares intrínsecos, ya que “les proporcionarán energía de forma progresiva y una matriz alimentaria saludable, como son:fruta, arroz, pasta integral, copos de avena, maíz, legumbres, frutos secos, pan integral… Es importante introducirlos diariamente: 2-3 raciones de fruta, otra de cereales integrales, 2-3 raciones de legumbre a la semana y 3-4 de frutos secos”, recomienda la experta.
Evidentemente, aquellos productos que contienen azúcares añadidos no son recomendables, “pero esto no significa que estén prohibidos”. Lo que es importante que enseñemos a los peques, según la nutricionista es a “no asociar chocolate a “malo” y fruta a “bueno”. Catalogar y etiquetar los alimentos en blancos y negros puede empeorar su relación con la comida en el futuro”.
¿Cuándo se puede introducir el cacao puro?
El cacao es apto a partir de los 12 meses, lo que no implica que sea obligatorio. “Se puede consumir de forma esporádica, pero no diaria”, dice la experta.
Y añade la siguiente anotación importante: “El cacao tiene teobromina, un compuesto que pertenece a la misma familia que la cafeína. No son lo mismo y tienen efectos muy distintos, pero la teobromina es capaz de estimular el sistema nervioso, aunque muchísimo menos que la cafeína. Por eso el cacao puede tomarse, pero de forma ocasional y mezclado con otros alimentos”.
¿Cómo introducir el chocolate? “En crema de cacao casera (triturando avellanas con leche y cacao puro), haciendo un bizcocho de avena, plátano y cacao, en tortitas de avena con chocolate, galletas caseras, mousse o natillas (triturando 2 caquis maduros con 1 cda de cacao, por ejemplo)... O simplemente derretimos una onza de chocolate negro sobre un plátano para darle un toque distinto”, aconseja.
¿Y en niños más mayores? ¿Cuánto chocolate debemos permitirles tomar?
“En la etapa escolar, el consumo de chocolate es apto, siempre y cuando no se exceda en cantidades y, más importante aún, no desplace el consumo de alimentos que sí son esenciales en su día a día, como la fruta”, explica la nutricionista.
Por ejemplo, si nuestro peque merienda fruta y luego quiere chocolate, se lo podemos ofrecer. Pero lo que no sería recomendable es reducir el consumo de fruta porque antes haya comido chocolate. “Un consumo diario y en exceso puede provocar nerviosismo, menor concentración en clase, etc…”, finaliza la experta.