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ona carbonell lo m s duro de la crianza es no saber si est s haciendo lo correcto pero si lo haces con amor y dedicaci n estar bien hecho © Cortesía Ona Carbonell

Crianza

Ona Carbonell: “Lo más duro de la crianza es no saber si estás haciendo lo correcto. Pero si lo haces con amor y dedicación estará bien hecho”

Hablamos con la nadadora olímpica sobre cómo le ha cambiado la maternidad, cómo la vive, cómo son sus peques, sus planes de futuro y ¡mucho más!


20 de octubre de 2022 - 13:21 CEST

Ona Carbonell es todo un hito de la natación sincronizada de nuestro país, toda una leyenda de nuestro deporte avalada por sus 23 mundiales y sus 2 medallas olímpicas. La deportista se encuentra en un momento muy dulce disfrutando al máximo de su familia y, por supuesto, de sus peques, Kai de 2 añitos y Teo, de 3 meses y medio. En nuestra entrevista nos ha confesado que quiere tomarse las cosas mucho más pausadamente que en su primera baja maternal y saborear cada segundo de este tiempo de descanso. Una pausa necesaria para volver a retomar su carrera con fuerza e ilusión, así como otros nuevos proyectos en los que está inmersa la nadadora como deportista, como mamá y actualmente también como embajadora de Fisher-Price. Así es cómo vive la maternidad Ona Carbonell.

¿Cómo ha cambiado la maternidad a Ona Carbonell?

¡Bastante!, (ríe). El cambio más grande fue de 0 a 1 hijo, aunque de 1 a 2 también cambiaron bastantes cosas. Con Kai, el primero, fue bastante duro porque di a luz y al mes ya estaba entrenando para ir a los Juegos Olímpicos de Tokio. Pude disfrutar, pero con mucho cansancio, durmiendo muy poco y estando muchas horas en el agua,  sintiendo esa culpabilidad que tenemos muchas madres por estar poco con los niños,  y por tampoco estar 100% en la piscina… Pero después de Tokio ya pude disfrutar al máximo. Con Teo, lo estoy disfrutando mucho más, de hecho, estoy en Menorca. Llevamos unos 3 meses y nos quedaremos hasta que termine mi baja de maternidad en noviembre. ¡Tú imagínate! Menorca… Estamos todos, mi marido va y viene porque tiene que trabajar, mis padres que también tienen casa aquí. Estoy disfrutando de cada segundo con el bebé y con el mayor.

Qué es lo que más duro te resulta de la crianza

El dormir poco, ¡desde luego!, dice riendo. Pero también, plantearte constantemente a ti misma y con tu pareja: ‘¿Lo estaré haciendo bien?’, ‘¿Habré escogido bien?’ Si hay algo que tengo claro y que he aprendido de mis padres es que hay que ‘ir a una’ y, a veces, a lo mejor estaremos equivocados y tomaremos una decisión errónea, pero si estás unido a tu pareja siempre es mejor. Los niños son muy inteligentes y saben cuándo pueden cuestionar decisiones que tomas… También hay muchos momentos en los que me pregunto: ‘¿Estaré siendo demasiado dura?’ O, al contrario, ‘¿estaré siendo demasiado blanda?’… Lo más duro es nunca saber si estás haciendo siempre lo correcto, al final, los niños son muy dependientes y es muy importante tu papel. Pero si lo haces con cariño, amor, dedicación estará bien hecho.

¿Cómo haces para gestionar situaciones complicadas como rabietas o momentos más irascibles de los pequeños?

El mayor que tiene 2 años, ahora empieza a ser un poco más rebelde, a buscar tus límites, a ser más movido… Es una   época que te reta como padre,  y, a veces, pienso que puede ser por celos del pequeño, pero todo el mundo me dice que no, que los 2 años son complicados, pero Kai es un niño que siempre se ha portado súper bien y las rutinas son muy necesarias para él y para cualquier niño.

Nosotros siempre hemos puesto muchos límites y siempre les prestamos mucha dedicación y creo que esto es básico. A partir de los 2 años es cuando empiezan a reflexionar, a tomar sus propias decisiones, ¡lo pillan todo!... A nosotros nos funciona muy bien el ‘Ratoncito medita conmigo’, un juguete que le ayuda a calmarse y a dormir, hacemos la rutina de la noche con él. Es como su forma de aprender a dormirse, ¡algo que quieren todos los padres!, ríe.

Por ejemplo, por la noche, hasta ahora lo dormía yo, pero ahora tengo que darle el pecho al pequeño y lo hace mi marido. Yo le duermo en la hora de la siesta… y así, nos vamos turnando. Es muy importante que cada uno tenga su momento, no solo para dormirlo, sino también para jugar, para leerle un cuento, pintar… Al pequeñito, Teo, que tiene 3 meses y medio, le ponemos los móviles de cuna y poco a poco ya va empezando a ver más, a descubrir…

Y, ¿tú meditas?

Cuando tengo algo de tiempo para mí sola, que siendo mami es complicado, sí que intento, no sé si meditar, pero sí visualizar. Con el deporte he aprendido a visualizar siempre las rutinas, los objetivos, el escenario, el público… Intento pensar en todo lo que hemos hecho en el día y reflexionar, sobre todo.

Una de las grandes batallas para muchos papás es el sueño de los niños, ¿cómo es la rutina de sueño de Kai?

Como te decía, nos funciona muy bien el ‘Ratoncito Medita Conmigo’, y con eso él ya tiene su rutina de irse a dormir. Se suele levantar una vez por la noche, pero en seguida se vuelve a dormir. Suele dormir desde las 20:30/21 pm hasta las 7 am, más o menos, ¡hay veces que 6 am!, ríe. En el proceso le quitamos el biberón del despertar, por recomendación de la pediatra, y ahí fue un poco duro porque él además no usa chupete, entonces necesitaba morder algo… pero, ¡ahora lo lleva muy bien!

¿Cómo haces para que el peque se centre en hacer tareas, se calme, se entretenga...?

Mi marido y yo cantamos fatal, pero a fatal me refiero, ¡exageradamente mal! Lo típico que cantas y nadie sabe que estás cantando de lo mal que lo haces…, ríe divertida. Pero a Kai le encanta cantar, y es una actividad que le viene muy bien, le relaja mucho. Incluso, las maestras de la escuela infantil me lo dicen. Cantar y los cuentos son dos de las actividades que más hacemos con ellos.

¿Cómo influyó tu paso por Masterchef en la maternidad?

Soy socia del restaurante Nomo, en Madrid (Calle Bárbara de Braganza, 8) y, además, hoy por hoy cocino para los peques en casa y ¡me encanta! Desde los 6 meses hice con mi hijo Kai el método Baby Led Weaning  y, como hace todo el mundo, sacaba ideas de Instagram… no me considero una profesional del tema para nada.

En Masterchef, todos los chefs que nos enseñaban cocina nos decían que para saber cocinar hay que saber comer, es muy importante. Kai nunca ha probado el azúcar, sal solo si come cuando vamos a algún restaurante y come muchísimo de todo: carne, verdura, pescado, cereales, lentejas, garbanzos… ¡come muy bien! Esto también es gracias a Materchef, ya que aprendí a combinar alimentos, texturas, cantidades, salsas… Come todo muy sano y lo mismo que nosotros. Para mí fue una experiencia muy bonita y me ha ayudado mucho en esta etapa de mi vida de crear una familia, y es que hacer comidas y cenas todos los días no es fácil… ¡Te tienes que ir reinventando!, ríe divertida.

Ona Carbonell en la playa con su hijo© Cortesía de Ona Carbonell

Después de la baja maternal, ¿qué planes tienes?

¡No los tengo muy claros ni yo!, ríe. En principio, volver a entrenar y volver a ponerme en forma; aunque ya hablé con la entrenadora que esta vez lo iba a hacer más relajada y pausadamente porque fue ¡muy, muy, muy duro la otra vez! Creo que tanto mi cuerpo como mi mente lo necesitan y, al final, dos niños requieren más tiempo, más atención… Ahora que estoy pudiendo jugar con ellos, leyéndoles cuentos y, en definitiva, haciendo todo con ellos. Esto te da qué pensar y es lo que dice todo el mundo, el tiempo pasa muy rápido y para mí son edades muy importantes. Los niños desde los 0 meses te entienden y es importante estar tiempo con ellos, jugar con ellos… Volveré a la rutina con más pausa.

¿Cuáles son tus proyectos a más corto plazo?

Tengo un proyecto muy emocionante, y es que, junto al Comité Olímpico Español, he creado un curso de maternidad y deporte que no ha existido nunca hasta la fecha. Lo voy a impartir el 8 de noviembre en el COE (Comité Olímpico Español) con la idea de, en un futuro, junto a Alejandro Blanco, el presidente del COE, que me está ayudando mucho, crear un departamento de maternidad y deporte para todas aquellas deportistas que quieran ser madres, o que ya lo sean, y necesiten a profesionales que les ayuden en distintas áreas como pueden ser desde suelo pélvico hasta un preparador físico específico.

O simplemente, ofrecer ayuda a una deportista que, por ejemplo, no sabe cómo compaginar la maternidad con su vida laboral, darle toda la información que necesite, becas… Yo en su momento me sentí muy perdida, y años atrás mis compañeras ni te digo… La idea es facilitar todo y que todas las deportistas que quieran ser madres sepan que no hay que renunciar ni a ser madre ni a ser deportista, y que pueden hacer ambas cosas a la vez.

El problema es que este tema está muy poco visibilizado y hay poca información al respecto, pero la realidad es que ¡se puede hacer! Yo volví a competir en unos Juegos Olímpicos en menos de un año tras dar a luz. Si tienes un equipo de profesionales, los medios y a tu familia, se puede hacer y es importante expresarlo y que las deportistas lo sepan. Es una profesión en la que viajas mucho, trabajas 10 u 11 horas por día… y la conciliación no es nada fácil.

Algunos consejos que creas que pueden ayudar a otros papás

Para mí, es muy importante, que el papá y la mamá ‘vayan a una’, reitero. Hay veces que mi marido dice algo que, a mí, por ejemplo, no me parece, pero le sigo para no entrar en disparidades frente a los niños.

Destinar tiempo a estar con ellos, a jugar… Ahora, por ejemplo, estos meses estando en Menorca he apuntado a Kai en una escuela infantil en la que por las tardes permiten a las familias ir a jugar con los peques. ¡No sabes la ilusión que le hace que vayamos a jugar con él! Nos explica dónde juega, qué hace en cada lugar de la clase… Las maestras nos lo dicen, es súper importante jugar con ellos porque para ellos es ‘su momento’ de diversión. Es importante también que jueguen solos, que desarrollen su imaginación, incluso que se aburran. Hoy en día hay tantos estímulos que también es importante ayudarles a fomentar la creatividad por sí solos. Además, también considero muy importante el darle la importancia y la visibilidad que merece al cuidado de la salud mental, tanto en adultos como en los peques. Escucharlos, observarlos, preguntarles, ver cómo reaccionan… El juego siempre será una buena forma de comunicarnos con ellos.

A los padres primerizos, o a quienes quieran serlo, diría que hay destinar mucho tiempo a jugar y estar con ellos, a criarlos, y eso siempre será un tiempo muy bien invertido.