El president de la Generalitat, Ximo Puig, anunció la semana pasada 78 medidas para el próximo año 2023 entre las que destacan la reforma fiscal, un plan de choque contra las listas de espera sanitarias, más recursos para los pacientes de diabetes , deducciones fiscales en tratamientos de fertilidad o medidas relacionadas con la movilidad. Sin embargo, aunque no sea la que más repercusión tiene, a nosotros nos ha llamado la atención una de ellas: la inclusión del Test Prenatal No Invasivo dentro de la Seguridad Social . De esta forma, toda mujer que se quede embarazada tendrá derecho a solicitarlo, al contrario de lo que ocurre ahora, que solo se indica en algunos casos concretos. Esta prueba de sangre, que ahora solo se aplica al 5% de embarazos de riesgo cromosómico y que, en el sistema privado, tiene un coste de 450 euros, entrará en vigor en el primer semestre de 2023, según informaba Puig. Un hecho que tiene implicaciones importantes para las mujeres embarazadas.
¿En qué consiste un Test Prenatal No Invasivo?
Según nos explica el Dr. José Alberto Rodríguez León, de la Unidad de Obstetricia y Diagnóstico Prenatal en el Hospital QuirónSalud Madrid, “la prueba consiste en una simple analítica de sangre y su resultado suele estar disponible en un plazo aproximado de 3 a 10 días, en función del laboratorio y del tipo de test solicitado”. Se debe realizar siempre a partir de la semana 10 de embarazo, aunque “es aconsejable esperar a los resultados del triple screening ”. El procedimiento, por tanto, sería el siguiente:
- Se realiza una analítica a la madre gestante entre las semanas 8 y 14, aunque, como ha dicho el doctor, lo mejor es esperar, como mínimo a la semana 10 del embarazo.
- A continuación se realiza también una ecografía que se practica entre las semanas 11 y 14, aunque preferiblemente en la semana 12.
Estas dos pruebas serían ese triple screening, que es la prueba más común actualmente. Si el resultado que obtenemos al combinar ambas nos da indicios de una posible anomalía, en vez de realizar una amniocentesis , por tanto, nos iríamos a un tercer paso: el Test Prenatal No Invasivo, también llamado Estudio del ADN Fetal Libre. Es una prueba que consiste, como hemos dicho, en una analítica y que, por tanto, “no es ninguna prueba invasiva ni tampoco innecesaria, no conlleva riesgos”.
¿Qué beneficios tiene la realización del Test Prenatal No Invasivo?
El beneficio más claro que tiene la realización de esta prueba a una mujer embarazada es, como nos explica la Dra. María Elena Pau Espinosa, ginecóloga en la Comunidad Valenciana y especialista en diagnóstico prenatal, “es la de realizar un estudio cromosómico que descarte la presencia de aneuploidías, es decir, quedarnos tranquilos sabiendo que la mujer no gesta un bebé que presente una Trisomía 21 (Síndrome de Down) o una Trisomía 18 (Síndrome de Edwards), entre los más conocidos. Como bien ha dicho el doctor, “se puede realizar a partir de la semana 10, aunque mi consejo es hacerlo tras la exploración que realizamos en la semana 12, con el triple screening, por dos motivos:
- La gestante tendrá una fracción de ADN fetal en sangre materna más elevado, lo que reforzará el resultado de la prueba.
- Si en la ecografía de la semana 12 vemos un riesgo muy elevado de una aneuploidía, podemos proponer también la realización de una biopsia corial o amniocentesis.
Sin embargo, nos aclara la Dra. Leticia Medina, del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela de Madrid, “una de las ventajas es que hay un margen amplio para realizar esta prueba con respecto al triple screening, que está indicado entre las semanas 11 y 13”. De hecho, “consigue disminuir de manera drástica el número de pruebas invasivas y que entrañan cierto riesgo para el embarazo”.
¿Qué ventajas trae su inclusión en la Seguridad Social?
La inclusión en el sistema de sanidad público del Test Prenatal No Invasivo tan solo será realidad en la Comunidad Valenciana, pero, aún así, nos dice la doctora, “las pacientes podrán tener una mayor tranquilidad en cuanto al estado de salud de su bebé”. Actualmente, nos explica, “existen una serie de criterios para la realización de esta prueba”. Entre ellos, destacan “la edad materna y los resultados del triple screening, que combinan esa edad de la madre (el mejor marcador relacionado con la probabilidad de tener un cariotipo alterado) con los datos ecográficos de la semana 12 y una analítica de PAPP y B-hCG”. De esta forma, si esos resultados nos arrojan dudas, tendremos a nuestra disposición una prueba fiable no invasiva.
Sin embargo, ahora mismo, “los recursos económicos de la paciente deben permitirlo”. Por tanto, “si se ha hecho un estudio para calcular el coste de realizar esta prueba a todas las gestantes y se puede llevar a cabo, sin duda, es un paso hacia delante”. Ahora bien, advierte, esto “no debe implicar el dejar a un lado el estudio de la semana 12 del que hemos hablado, porque trae otros muchos estudios asociados, como el posible riesgo de preeclampsia o un examen anatómico pertinente para descartar otro tipo de anomalías”.