beb con mam en el agua en la piscina© AdobeStock

Psicología

‘Mi hijo tiene miedo al agua’, ¿qué hacer para ayudarle a superarlo?

La hidrofobia infantil puede ser evolutiva, heredada o provocada por una mala experiencia del niño


14 de octubre de 2022 - 14:09 CEST

El miedo al agua, o técnicamente conocido como hidrofobia infantil, puede deberse a un  miedo adaptativo  para la supervivencia, que el peque haya vivido alguna mala experiencia en su vida o miedos heredados de los padres o hermanos. Lo que los expertos recomiendan es no menospreciar los miedos del niño ni quitarles importancia porque esto puede provocar precisamente el efecto contrario y hacer que la situación se agrave. Para guiarnos sobre qué es lo mejor que podemos hacer si a nuestro hijo le pasa algo así, hemos hablado con Clara Modrego, coordinadora de actividades acuáticas del Centro Natación Helios, de Zaragoza.

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1. Contar con la máxima información posible sobre la causa

“En primer lugar, debemos tratar de recoger la máxima información posible sobre el caso: cuántos años tiene el pequeño, si el miedo viene originado por alguna experiencia traumática previa, dónde encuentra las limitaciones, cómo responde a distintas situaciones… Cuanta más información dispongamos, mayor será nuestro conocimiento del punto en qué partimos, y mejor podremos atender y ayudar al peque para afrontar sus temores”, asegura la experta. Y es que saber qué le ha pasado al menor es un punto de partida imprescindible para poder emprender el camino a la superación.

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2. Familiarizar al niño con el agua

Desde edades muy tempranas podemos familiarizar al peque con el agua para que vaya cogiendo confianza y cada vez se sienta más seguro en el medio acuático. Y es que, según nos dice la experta: “Teniendo en cuenta que el 70% del planeta en el que vivimos es agua, creo de vital importancia que los pequeños dispongan de mínimas herramientas para sobreponerse ante un posible accidente resolviéndolo de una manera satisfactoria”.

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3. Contacto positivo con el agua

Comenzar desde los primeros meses de vida del bebé y siempre con una figura de apego de referencia como pueden ser papá, mamá o un familiar y un monitor o tutor que les guíe… será una forma de tener un primer contacto positivo con el agua. La experta nos cuenta que “por ejemplo, en nuestro Centro, disponemos de actividades para bebés a partir de los 9 meses en las que los pequeños se familiarizan con el medio junto con un tutor haciendo de ello una primera experiencia de disfrute. Es importante que ese primer contacto sea positivo”.

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4. Evolución natural

Si partimos de la base de que el niño comienza una actividad para la superación del miedo al agua “es muy importante trabajar previamente en la relación de confianza con el monitor y adaptarnos a la evolución natural que nos marquen”, indica.

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5. La matronatación como base

Es una de las mejores formas de que los peques tengan un contacto seguro, saludable y divertido con el agua. Las clases de matronatación pueden comenzarse a partir de los 6 meses y se extienden hasta los niños de 3 años. A partir de los 4 años se considera que los peques ya están preparados para dar sus primeras clases de natación que oficialmente no son obligatorias, pero sí recomendadas por todos los expertos para evitar el riesgo de posibles casos de ahogamiento infantil.

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6. ¿Cómo motivarles?

Tener en cuenta la edad de cada niño, su estado de desarrollo y su evolución en el medio acuático será fundamental para ofrecerle tanto los ejercicios como los juguetes y utensilios propios para cada caso. “Para motivarles podemos recurrir al uso de material atractivo durante la clase, pero lo fundamental es realizar una adecuada elección de objetivos asumibles por los pequeños”, señala la experta.

Si el miedo al agua incluye el baño en casa, puedes ir variando la hora de bañarle, ponerle canciones que le gusten, dejarle meter en la bañera sus juguetes favoritos aptos para el agua, evitar el ‘chorro’ de agua y aclárale con la esponja muy escurrida. Y sobre todo, haz que ese momento sea lo más confortable posible para él con la habitación preparada y caldeada para que no pase frío, poniéndole crema hidratante y dándole un suave masaje después del baño, ponerle su pijamita limpio, etc.

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7. Evita forzarle

Al hilo del punto anterior en el que decíamos que debemos respetar tanto los tiempos como la evolución natural que nos marque el peque, es importante tener en cuenta que no debemos nunca, en ningún caso, forzar al pequeño. Según se vaya sintiendo seguro se irá soltando más e irá avanzando por sí solo.

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8. Aplaude sus logros

Otra de las claves que marcará los avances del niño será ir “haciéndole consciente de sus avances a medida que vayan lográndolos, consiguiendo que gane en autoestima y haciéndoles sentir capaces y confiados”. Y es que este es el mejor regalo y motivación que les puedes dar, felicitarle por sus avances les dará muchísima seguridad.

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9. Tú eres su mayor ejemplo

Y, por último, y muy importante, es que nosotros como padres, así como sus hermanos, primos… serán los ejemplos más cercanos del pequeño para ver cómo os movéis en el medio acuático. Cuanta más confianza y seguridad mostréis, más positiva percibirá el peque la experiencia en el agua.