Querer ser madre la primera vez, y con primera vez nos referimos a un primer embarazo, dista mucho de querer ser madre una segunda. ¿Por qué? Sencillamente porque pasamos del total desconocimiento a tener una experiencia previa, que puede ser más o menos positiva, pero que, sin duda, será la que marcará la decisión de buscar un segundo, un tercer o cuarto… embarazo.
Y es que tomar la decisión de volver a ser madre de nuevo, no es fácil en según qué casos. Ya sea porque el parto fue complicado, el posparto duro o una crianza difícil… la experiencia de la maternidad ha podido ser algo distinto a lo que imaginábamos e idealizábamos en el primer embarazo. Entonces, ¿qué puede ayudarnos a tomar tal decisión? “En primer lugar, es muy necesario atender a los procesos por los que ya se ha transitado. Estos han podido abrir una herida emocional, o incluso, haber desarrollado trastornos a los que es aconsejable atender, necesariamente, antes de iniciar una nueva maternidad. Hacer hincapié en trabajar estos procesos antes de plantearse ser madre de nuevo, es hacer hincapié en la importancia de la salud mental de la madre y en el autocuidado. Algo así como ‘resetear’, integrar toda esa experiencia y emociones para dar paso a un nuevo recorrido”, nos cuenta Sheila Padellaro, Psicóloga Perinatal (@psico.mamamut).
Pero en esta decisión también entran en juego otros factores como son “el deseo materno, la experiencia previa, la estabilidad económica, laboral y la opinión social. La probabilidad de conciliación también juega un papel muy decisivo”, añade. Por lo que si, además, esto está condicionado por una experiencia previa negativa “es difícil que la nueva maternidad se inicie de forma consciente”. La experta asegura que te ayudará preguntarte estas cuestiones y, sobre todo, las respuestas: “¿Desde qué perspectiva tomo la decisión? ¿Cuál es la principal razón que me lleva a querer ser madre de nuevo? ¿Estoy dispuesta a pasar por todos los procesos, aún sin saber si puede volver a repetirse las dificultades de los anteriores?”.
La maternidad sobrepasa, eso es un hecho
Uno de los grandes motivos por los que las mamás quieren volver a serlo es porque la maternidad, por mucho que nos sobrepase, siempre compensa. Y ahí, precisamente, está el quid de la cuestión, en querer ser madre por todas las cosas positivas que aporta.
Pero lo que sí que es cierto es que la maternidad sobrepasa en muchas ocasiones, sobre todo, “cuando aparece el momento en el que el ritmo de vida no corresponde con el que nos pide el cuerpo física y psicológicamente, entonces llega el conflicto. Este conflicto y la ‘maternidad real’ da lugar a las autoexigencias, la culpa, el sentimiento de no llegar a ‘nada’ y a la baja autoestima. Provocando que la maternidad sobrepase en muchos aspectos”. Pero para poder sobrellevarlo, la experta nos da una serie de consejos:
- Parar e intentar ver la situación desde otras perspectivas. Vernos como espectadoras ayuda a analizar la situación con otra visión más permisible.
- Promover el autocuidado personal y tener tiempo de calidad. Un paseo a solas, un baño, meditar, etc. Alguna actividad, por mínima que parezca, que nos proporcione algo de relajación y un cambio deatención por un tiempo limitado.
- Pertenecer a una tribu. Sabemos la importancia que tiene paranuestra salud mental maternar junto a otras madres: el sentirnos apoyadas, sostenidas, es muy beneficioso para gestionar este tipo de emociones. Sentirnos comprendidas y tener un espacio donde poder soltar y compartir experiencias es muy aconsejable en esta etapa. Actualmente, en la mayoría de las ciudades se llevan a cabo grupos de crianza y/o lactancia. Pregunta en tu ayuntamiento o incluso de forma online.
- Por último, si maternamos en compañía, es muy importante la comunicación con el o la acompañante. Hacer hincapié en mostrar nuestros sentimientos y las necesidades que estamos sintiendo es fundamental para una buena convivencia y crianza compartida.
“Quiero tener otro bebé para darle un hermano a mi hijo”
Podríamos decir que esta es una de las frases más repetidas en muchas mamás y papás a la hora de decidir tener más hijos. Y es que, “partimos de la base de que los hijos únicos están rodeados de estereotipos y connotaciones negativas, creencias culturales sin base científica”, dice la experta.
A lo que además hay que añadir las típicas frases, a veces impertinentes como: ‘¿No vas a darle un hermanito?’, ‘Pobrecita/o, seguro que se aburre.’ ‘Seguro que es un malcriado/a, con un hermano aprende a compartir’... “Hay una presión social y patriarcal en la que nadie se pregunta por la salud mental de la madre y sus circunstancias. Todo esto nos vuelve a llevar a un sentimiento de culpa y, sobre todo, de duda, de no saber si lo que hemos decidido es la mejor opción”, afirma la psicóloga.
Si finalmente optamos por no volver a quedarnos embarazadas debemos saber que los “sentimientos de culpabilidad y egoísmo serán totalmente normales debido a lo comentado anteriormente”.
Pero también es necesario mencionar que, “un embarazo no deseado sin haber meditado y afianzado correctamente la decisión de transitar por ello, puede acarrear consecuencias psicológicas negativas en la madre, tanto en el embarazo como en el posparto. Por lo tanto, a la hora de tomar la decisión de si volver a ser madre o no, es necesario ser consciente desde dónde se está decidiendo: desde los estereotipos, la presión social y del entorno, o desde el lugar que se ocupa como madre (que sería lo recomendable)”, concluye la psicóloga.