El vómito es el ascenso involuntario y forzoso de un alimento ingerido. Cuando nos ocurre a un adulto, es muy desagradable. Pero cuando le ocurre a un bebé o un niño muy pequeño, además de desagradable suele preocuparnos bastante, porque no sabemos cómo proceder. En primer lugar, debemos distinguir entre los propios vómitos y la regurgitación , muy propia de ellos. El Dr. Ignacio Domingo (@nachopediatra), pediatra en Clínica NachoPediatra, nos ayuda a distinguirlo: “el vómito generalmente es una expulsión muy brusca y abundante de contenido estomacal, mientras que una regurgitación es una expulsión lenta y muy escasa de este mismo contenido estomacal ”. Además, nos explica, la edad aquí sí es importante, “puesto que las regurgitaciones son habituales en recién nacidos y lactantes, es muy difícil que los niños más mayores expulsen contenidos fuera de la boca de esta forma”.
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La regurgitación, de hecho, suele ocurrir porque el niño se alimenta rápidamente, traga aire o es sobrealimentado, sin una causa aparente. El vómito, sin embargo, suele ser causado por algún trastorno y conocer cuál es el primer paso para saber cómo actuar. Más que nada porque los vómitos pueden causar deshidratación, ya que se pierde mucho líquido, y un bebé puede que no llegue a beber lo suficiente para compensar esa pérdida.
Principales causas por las que vomita un bebé
Según nos explica el doctor, los vómitos por los que un niño puede vomitar pueden tener varias causas, entre las que se encuentran:
- Vómitos relacionados con procesos infecciosos intestinales, como una gastroenteritis o una intoxicación alimentaria.
- Vómitos relacionados con procesos infecciosos respiratorios, con expulsión de mucosidad retenida.
- También hay vómitos que se pueden relacionar con un exceso de alimentación.
- Aquellos que están relacionados con procesos neurológicos graves, con una activación excesiva del centro del vómito por infecciones como la meningitis.
- Vómitos relacionados con mareo, debido a viajes en coche, tren o barco .
Teniendo en cuenta que, en ocasiones, podemos distinguir fácilmente una causa concreta o no, la pregunta que nos surge es saber cuándo debemos acudir al médico.
‘Mi bebé ha vomitado, ¿cuándo acudo a Urgencias?’
Los vómitos, nos advierte el doctor, es un cuadro bastante frecuente en la infancia, pero “es importante que sepamos cuáles son los principales signos de alarma para acudir a Urgencias”:
- Cuando el niño es menor de tres meses, en todos los casos.
- Cuando los vómitos se acompañan de una alteración en el estado de consciencia.
- Vómitos en niños con enfermedades crónicas: neurológicas graves (parálisis cerebral infantil), enfermedades endocrinas como la diabetes o renales como la enfermedad renal crónica.
- Cuando los vómitos son persistentes y nos impiden mantener una adecuada hidratación. Siempre que hay vómitos debemos vigilar que el líquido perdido se repone y, si no es el caso, debemos acudir a Urgencias. Los signos de deshidratación son: ausencia de saliva en la boca, llanto sin lágrima o ausencia de orinas, entre otros.
- Cualquier cuadro de vómitos de más de 48 horas, aunque lleve acompañada una buena hidratación, deberçia ser valorado previa cita con su pediatra.
Aún a pesar de ello, si no consideramos que haya que llevar al bebé o niño al médico, “el aspecto fundamental en casa es evitar la deshidratación y, por tanto, estar pendientes de los signos que pueden aparecer en estos procesos”.
Vómitos en bebés lactantes
En cualquier edad, nos explica el doctor, el tratamiento es exactamente el mismo. Es decir, “utilizar los sueros de rehidratación que se venden en las farmacias para compensar los líquidos perdidos, pero que no sean bebidas azucaradas sin gas en ningún caso, como el típico caso del Aquarius”. Por ello, es además importante “mantener la alimentación habitual, ya sea lactancia materna o lactancia artificial, siendo la sueroterapia algo complementario y siempre que sea bien tolerada”. De todas formas, tras un vómito, siempre es necesario esperar entre 30 o 45 minutos antes de iniciar la tolerancia oral y “siempre en muy pequeñas cantidades”. De esta forma, se conseguirá la mejor tolerancia y será fácil reintroducir la alimentación habitual.
En el caso de que tu bebé ya haya comenzado la alimentación complementaria, hay que seguir las mismas indicaciones que en los bebés alimentados exclusivamente con leche materna o de fórmula, reintroduciendo el alimento cuanto antes. Normalmente, nos explica el doctor, “rechazan los alimentos sólidos y prefieren seguir solo con la lactancia, que la toleran muy bien”. Pero, cuanto antes, debemos ir volviendo a su alimentación habitual, de la misma forma que con los bebés más mayores, incidiendo mucho en la hidratación.
Dieta blanda, no siempre
Cuando un niño vomita, recurrimos siempre a lo que conocemos como dieta blanda. Sin embargo, nos explica el doctor, es que “a la hora de recomendar la alimentación durante los episodios de vómitos, no debemos incidir en una dieta específica”. Más bien, nos dice, “los principales consejos deben ir orientados a retomar de forma precoz la alimentación habitual del bebé, dando como principal instrucción el evitar el exceso de azúcares y grasas”. Por eso, lo mejor es recurrir a alimentos preparados a la plancha, al horno o al vapor, siempre y cuando la evolución del cuadro de vómitos vaya mejorando.