La salida de los dientes temporales , conocidos como dientes de leche, es un momento que, tarde o temprano, acaba por llegar. Suele ser alrededor de los seis meses de vida (si los primeros llegan un poco después, no hay que alarmarse), aunque todo el proceso se puede alargar hasta los tres años. Un camino que para los bebés es doloroso y, para nosotros, se hace largo, sobre todo porque las molestias hace que los pequeños estén mucho más inquietos, irritables y el sueño empeora, tanto para las siestas como por la noche.
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Y es que son dos momentos en los que los niños tienen apenas distracciones, con lo que el dolor se hace más presente para ellos. Por eso, si ayudarles está en nuestra mano, todo remedio es poco. Hablamos con la Dra. Ana Veloso, odontopediatra y asesora ed Oli&Carol, para que nos cuente cómo identificar un dolor por dentición y qué podemos hacer.
¿Cómo identificamos que nuestro bebé ha comenzado ya con los dientes?
La edad de nuestro bebé nos dará la primera pista de que ha podido comenzar una erupción dental, su comportamiento y otros signos que, nos explica la especialista, “son bastante significativos”. Entre ellos, nos enumera:
- Irritabilidad y dolor, que causan llantos habituales.
- Necesidad de morder y masticar todo lo que encuentra para calmar el dolor, como por ejemplo, introduciendo sus manos en la boca o todo objeto que le resulte lo suficientemente duro.
- Un babeo excesivo que es fácil de identificar si observamos las camisetas de los pequeños.
- Inflamación, rojez y sensibilidad de las encías, que deberemos observar abriendo su boca.
- Puede existir, incluso, un rechazo de la comida que se le ofrece .
- Problemas para dormir o sueño interrumpido.
En este último caso, tenemos que explicar, nos dice, “que las noches o siestas son momentos en los que los pequeños suelen estar más inquietos porque no tienen nada que capte su atención, si además existe dolor, expresan más irritación y aparece la dificultad para conciliar el sueño”. Sin embargo, hay que saber que “la dentición no causa ni fiebre ni diarrea”.
Trucos para ayudar a dormir a los bebés con dolor por dentición
Darles un masaje en las encías
Cuando las encías de un bebé están irritadas o doloridas, “se puede aplicar una ligera presión sobre las mismas, en forma de masaje”, nos explica. Basta con frotar con el dedo a lo largo de sus encías cuando se está acostando. Aunque se pueden realizar en cualquier momento del día, “por las noches les ayuda a relajarse y, así, conciliar el sueño más fácilmente”. Por eso, la especialista es partidaria de hacerlo en las noches y antes de las siestas, siempre que les notemos inquietos.
Para ello, nos comenta, “hay que realizar una ligera presión”. Se pueden hacer jugando un poco con el bebé, “veréis que a ellos les gusta y que, incluso, expresan sensación de alivio mordisqueando el dedito”.
Ofrecer alimentos blandos y fríos
Darle al bebé para comer alimentos blandos y fríos, “como compota de manzanas, yogur, trozos de fruta o verdura fría”, nos dice, “ayudará a desinflamar la zona y les proporcionará una sensación de alivio”.
Limpiarles la cara a menudo y proteger su ropa
Aunque te parezca una tontería, el exceso de salivación generado durante la dentición “les genera incomodidad”. Además, tanto la cara como la ropa mojada puede contribuir a la aparición de sarpullidos, lo que aumenta su intranquilidad por la noche. Por tanto, aunque no sea algo que podamos hacer con respecto a sus encías, “esto es otra medida más que les ayudará a conciliar mejor el sueño. Para ello, si es necesario, utiliza baberos que no permitan que se moje la ropa que lleva debajo. Cuando se duerman, si quieres, puedes retirarlos.
A lo largo del día, deja mordedores a la vista
Como hemos visto, existe una necesidad de los bebés a los que les están saliendo los dientes temporales de llevarse objetos a la boca para morderlos. Para ayudarles, ofréceles mordedores que calmen su dolor a lo largo del día y también antes de acostarse. “Deben ser siempre mordedores para bebés, hechos con materiales seguros y flexibles, como el caucho natural, evitando los juguetes que están llenos de gel o líquido, pues si se rompen, pueden resultar peligrosos”, nos explica. Pero además, nos da las características que deberían tener:
- Además de flexibles, deben ser suaves, que es lo que beneficia el dolor de las encías, evitando que se hagan daño.
- Deben ser ligeros, sin mucho peso o volumen, para favorecer que puedan cogerlos.
- Fácil agarre y sin agujeros.
- No deben tener piezas sueltas, para minimizar el riesgo de asfixia.
- Deben poder higienizarse a menudo y fácilmente.
- Si podemos, buscar aquellos que tengan texturas diferentes, para favorecer a su vez la experiencia sensorial de los niños.
Establecer una rutina de sueño que incluya estos consejos
Es de sobra sabido que tener una rutina de sueño ayuda a los bebés a adaptarse a los horarios y conciliar el sueño mucho mejor. Por eso, en la medida de lo posible, “esta debe de mantenerse cuando existe irritabilidad o dolor por dentición, intentando que se sienta lo más cómodo posible, ayudándole a relajarse”. Por eso, podemos introducir los consejos anteriores como un paso más dentro de esa rutina, dándole el masaje, por ejemplo, en la propia cuna.
Un baño relajante como paso previo a irse a la cama
Por último, y muy relacionado con el consejo anterior, darle un baño relajante es buena opción. “Es cierto que no va a ayudarnos a calmar el dolor de las encías, pero, de nuevo, favorece su relajación y, por tanto, su descanso”. Haz que disfrute de él con un juguete para el baño apto para ser mordido de manera segura. En definitiva, cuanto más tranquilo esté, mejor logrará conciliar el sueño.