Tal vez hayas observado cómo algunos niños que van a la escuela infantil signan determinados conceptos o necesidades, antes de haber adquirido la capacidad de hablar. Lo hacen gracias al lenguaje bimodal, y no porque tengan problemas de audición, sino porque se les enseña para que puedan comunicarse cuando aún no pueden hacerlo de forma oral mediante palabras.
También algunas familias lo aprenden para dotar a sus bebés de la capacidad de transmitirle sensaciones, deseos... Por ejemplo, si el pequeño tiene hambre, puede llorar para pedirlo o, si sabe, puede signar que quiere comer.
Pero el lenguaje bimodal es igualmente una gran ayuda para niños con discapacidad que tardan en adquirir el habla o que no la adquieren nunca. Aprendiendo sus signos pueden comunicar lo que quieren, sus estados de ánimo... Es, por tanto, una herramienta muy valiosa para ellos y su entorno, que les permite adquirir competencias lingüísticas para enfrentarse a la lengua oral.
¿Es igual que la lengua de signos?
El lenguaje bimodal es un método de comunicación de los denominados aumentativos, porque amplifica la capacidad de la palabra, y se basa “en el uso simultáneo del habla y de signos”, como indica Raquel Coronado, de la Asociación Mediación Comunicativa Madrid, que imparte cursos sobre esta herramienta.
Así, “en este sistema, son signadas algunas palabras (sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios, ya que tiene contenido semántico), sin eliminar ninguna parte de la oración. El sistema bimodal sigue el orden y la estructura de la lengua oral”, explica. En este sentido, aunque se empleen las manos para signar, no tiene más características comunes a la lengua de signos, que posee su propia gramática y sigue otras normas.
¿Puede interferir en el aprendizaje de la lengua oral?
El lenguaje bimodal no interfiere ni retrasa la adquisición del lenguaje oral por parte del bebé, sino que le proporciona otras herramientas para comunicarse hasta que esté preparado para hablar. De hecho, sucede al contrario: “Al signar siguiendo la estructura de la lengua oral estimula la comprensión y el orden de la lengua oral”, destacan desde www.mediacioncomunicativamadrid.es.
En el caso de los niños con discapacidad o dificultades en la expresión, el lenguaje bimodal les permite comunicarse hasta que superen sus problemas, momento en el que ellos mismos irán retirando el signo para quedarse solo con la palabra. De hecho, tal como destaca la experta, el lenguaje bimodal estimula el aprendizaje de la lengua oral.
“La adquisición del lenguaje varía en función de cada niño, por ello cuanto antes comencemos, mejor será la adquisición del lenguaje, y dado que los sistemas aumentativos y/o alternativos de comunicación no son incompatibles con la lengua oral, y el sistema bimodal sigue la gramática y el orden del lengua oral no hay ningún inconveniente en trabajar con este sistema desde edad muy temprana”, recomienda.
¿Qué ventajas tiene el lenguaje bimodal?
Cuando el niño tiene discapacidad y dificultades para hablar, los beneficios del lenguaje bimodal son claros, pues le ofrece una manera de comunicarse con su entorno.
Pero en los niños sin alteraciones y que van a hablar normalmente, el lenguaje bimodal también ofrece algunos beneficios, tal como indican los especialistas de Mediación Comunicativa Madrid:
- Posibilita la comunicación con otros niños con dificultades con todo lo que eso conlleva, pues los menores pueden relacionarse con ellos, entenderlos y empatizar con su situación, al entender que hay distintas realidades.
- Ayuda en la expresión facial, gestual y corporal, ya que implica un movimiento del cuerpo y las manos.
- Trabaja la percepción visual y auditiva a la vez, pues el niño escucha la palabra, observa el movimiento de los labios cuando esta es emitida, y a la vez se fija en las manos que están signando.
- Activa la memoria secuencial visual. Al encadenar varios signos, el pequeño trabaja mentalmente para construir una frase con signficado completo, aunque también se puede expresar solo un signo, como ‘comer’, ‘beber’, ‘jugar’...
Solo si se observa que el niño sin dificultades se ‘acomoda’ al lenguaje bimodal y deja de esforzarse por hablar a favor del signo, habría que valorar su conveniencia, pero lo habitual es que este método sea un apoyo y un complemento que les sirve en una etapa determinada y que ellos mismos abandonarán a favor del lenguaje oral.
Para introducir el lenguaje bimodal es conveniente que el niño esté en situación receptiva y hacerlo en rutinas del día a día, con canciones o cuentos que le motiven.