“Las sensaciones en el bajo vientre durante el embarazo pueden darse desde el primer trimestre hasta el último trimestre, en el cual se acentúa en la mayor parte de los embarazos. Una de las razones que puede incrementar su aparición precoz es la multiparidad, es decir, más de uno y dos embarazos . Siendo en primerizas más frecuente de la semana 34 a la 41-42”, nos cuenta Crys Dyaz, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y entrenadora personal de Crys Dyaz & CO.
Los motivos por los que aparecen estas molestias en el bajo vientre de las embarazadas pueden deberse a diferentes causas, sobre todo, muchas de ellas, ocasionadas por los cambios fisiológicos que se originan en la mamá. “El aumento de peso del abdomen y más en bebés grandes o placentas anteriores, puede generar esa sensación de forma fisiológica sin necesidad de que haya patología”, apunta la experta. Aunque siempre lo más apropiado es consultar con un “ginecólogo, matrón/a o fisioterapeuta obstétrico para valorar cada caso, ya que pueden existir diversos motivos e incluso, coexistir entre ellos”.
¿Qué puede provocar estas molestias?
La fisioterapeuta nos da un listado de las posibles causas que pueden generar esta sensación de presión en el bajo vientre de la embarazada:
- Una de las razones más frecuentes es la debilidad de la musculatura abdominal, con o sin diástasis abdominal, y la debilidad de suelo pélvico . La falta de musculatura y el trabajo de sostén constante que se ven obligadas a realizar puede generar esa sintomatología.
- También puede darse esa pesadez por problemas circulatorios: vasculares y linfático. Igual que las varices en piernas es frecuente que aumenten en el embarazo, existen varices uterinas, pélvicas, vulvares y edemas importantes en la zona pélvica.
- Los prolapsos o caídas de vísceras: útero, vejiga o recto también pueden generar ese peso, por razones mecánicas del propio peso del bebé y/o razones hormonales por el aumento de elasticidad, pueden dar más la cara en esta etapa de la mujer.
- Las pubalgias o diástasis de pubis, generan un dolor muy limitante en la zona del bajo vientre normalmente, ante cambios de posición o caminatas prolongadas, la fisioterapia y los cinturones pélvicos aquí son el mejor aliado.
- Y como última y, no por ello menos importante, el estrés. Es frecuente que mujeres desde el primer trimestre noten tirantez en el bajo vientre al final del día después de jornadas intensas de trabajo. Tras muchas horas sentadas en la misma posición o de pie, después de largos eventos o jornadas importantes de viaje… Por ello, te animamos a priorizar en esta etapa en tu cuidado y el de tu bebé, permitiéndote más que nunca un descanso más consciente.
Cómo podemos aliviar esta molestia
Es importante saber que si esto ocurre no debemos por qué alertarnos ni preocuparnos en exceso, ya que “ninguna de las causas mencionadas anteriormente es grave”, nos cuenta la experta. Lo que es fundamental es poner remedio cuanto antes para minimizar los síntomas según avanza el embarazo, y tener “una mejor experiencia de esas últimas semanas sintiéndote bien, ilusionada y tranquila para preparar la llegada del bebé”. Pero esto no exime de realizar una consulta al especialista para descartar posibles problemas y, al mismo tiempo, que ofrezca las herramientas pertinentes en cada caso para su tratamiento y dichas molestias no condicionen el ánimo de la mamá ni su calidad de vida.
¿Qué podemos hacer para aliviar los síntomas? La experta es clara: “El gran consejo es… ¡al agua patos! La piscina puede ser tu gran aliada mejorando la circulación, además, el trabajo en descarga del peso y la horizontalidad generan un gran alivio. El cinturón pélvico como un sostén de la zona también puede ayudar cuando hay mucha debilidad o pubalgia”.
La fisioterapia especializada será otra gran ayuda ya que “puede poner muchos remedios a este síntoma con masaje, trabajo de relajación, de fortalecimiento, drenajes linfáticos o la técnica necesaria en función de la causa”, explica.
Y, por supuesto, el ejercicio, también será un gran aliado “siempre que se haga por parte de profesionales especializados que priorizarán posiciones horizontales y de descarga para favorecer ese alivio tan necesitado por la madre, lo que ayudará al control del peso”, asegura.
Y, por último, ¿hasta cuándo durarán estas molestias? ¿remitirán a lo largo del embarazo? Pues esto dependerá siempre de la causa que lo origine por lo que la experta finaliza explicándonos que “si es una razón de estrés o debilidad, se puede solventar con trabajo muscular, descanso y priorizando en una misma. Otras causas pueden llegar a remitir del todo si se pone tratamiento como las pubalgias o los prolapsos. Pero si la razón es el aumento de peso o las varices pélvicas, es frecuente que vaya en aumento en vez de remitir, y que no ceda hasta unos días después del parto”.