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ni o con la mano en la nariz© AdobeStock

Bebés

¡Vuelven los mocos! Así es cómo se hace un buen lavado nasal

Y como cada curso, los mocos han hecho su aparición de forma apoteósica durante las primeras semanas de clase. ¿Qué hacer para ayudar al peque a respirar mejor? ¿Cómo hacer un buen lavado nasal? Aquí tienes todas las repuestas.


4 de octubre de 2022 - 18:12 CEST

¡Cómo no! Tan solo han pasado unas semanas de la ‘vuelta al cole’ y los peques  ya están ‘llenos de mocos’ . Y es que, es el contacto diario en escuelas infantiles y colegios lo que hace que  los virus proliferen  y aparezcan los temidos mocos, cuya función, en realidad, es defensiva.

¿Qué es lo primero que debemos hacer cuando veamos aparecer los primeros mocos en nuestro bebé? “Lo primero es localizar los primeros síntomas, que normalmente es la aparición de mocos transparentes en cantidad, lo que se conoce como rinorrea. Una vez aparece este cuadro, es importante iniciar con lavados nasales, con un buen producto, incorporar el colchón entre 12 y 15 grados y dar mucha agua, en caso de que haya iniciado la alimentación complementaria, o dar lactancia a demanda a menudo en caso de ser aún lactante exclusivo”, dice Lucía Álvarez Fdez, Fisioterapia infantil pediátrica, respiratoria y neurológica (@babyfisio_lucia).

Cómo realizar un buen lavado nasal

Y es que los mocos pueden llegar a ser muy incómodos para el peque en su día a día así que un buen lavado nasal será fundamental para ayudar a disminuir el cuadro de rinorrea. “El lavado nasal es ideal para mantener una buena hidratación de la adenoides y epitelio nasal, que es la base fundamental para minimizar los mocos. Es por esto que la idea de lavado nasal por arrastre a presión con suero cada vez está más lejos de ser lo ideal, dando paso a lavado nasal respetuoso con el epitelio con una ducha nasal de microgotas de agua de mar”, recomienda la fisioterapeuta.

A la hora de realizar el lavado nasal tendemos a colocar al niño tumbado, cuando en realidad esto será más perjudicial para el peque, según nos cuenta la experta: “La posición del niño ideal es siempre sentado, si no tiene aún sostén cefálico la cabeza se sujetará con la mano. El riesgo de hacer los lavados nasales tumbado de lado es fomentar que el moco se vaya por trompa de Eustaquio hasta el oído medio, aumentando así la probabilidad de tener  otitis serosa media de repetición ”.

Pero de nada sirve hacer lavados nasales al niño de vez en cuando, ya que los mocos no desaparecerán de un día para otro. “La clave final del lavado nasal por sedimentación con un buen producto (ya sea agua de mar isotónica o suero hipertónico combinado con ácido hialurónico) es la constancia: es ideal iniciar con una media de entre 3 y 4 veces al día durante al menos 1 semana”, aconseja.

Qué hacer para que no le entorpezca el sueño

La congestión nasal siempre es mala compañera por la noche y es que la obstrucción de mocos puede ser tal que afecte al niño al dormir, ya sea en sus  siestas diurnas  o durante la noche. Esto, además de la incomodidad, puede traer otras consecuencias como una mayor irritabilidad, cansancio constante, falta de apetito o problemas a la hora de comer o mamar debido a la congestión… ¿Qué hacer en estos casos? “Si esta mucosidad lleva a dificultar el sueño o la cantidad de ingesta de alimento, es momento de una valoración por un especialista en fisioterapia respiratoria para que ajuste el tratamiento ideal para cada caso. Y, sobre todo, si lo que dificulta el sueño es la tos, hace falta una valoración particular”, advierte la fisioterapeuta.

En definitiva, tener un diagnóstico apropiado del niño será la mejor forma y más efectiva para tratarle. La fisioterapeuta pediátrica nos da una serie de consejos para sobrellevar lo mejor posible la situación:

  • El mejor consejo para sobrellevar esta época es conocer el estado real del peque, para distinguir cuando son síntomas leves, moderados o graves.
  • Mantener al niño bien hidratado.
  • Vigilar que su estado general no empeore.
  • Tener un tratamiento o contacto con un buen fisioterapeuta respiratorio y pediatra.
Bebé en el fisioterapeuta© AdobeStock

Cómo puede ayudarle la fisioterapia respiratoria

Valorar llevar al niño a un fisioterapeuta respiratorio puede ser definitivo para ayudar a una mejor y más eficaz extracción de mocos. Hablando técnicamente: “La fisioterapia respiratoria consiste en una serie de técnicas de aclaramiento mucociliar, es decir, maniobras que ayudan al drenaje de secreciones, a sacar los mocos fuera del árbol bronquial”, explica la experta. “Lo que ayuda a mejorar los cuadros de patologías respiratorias en el momento del alta domiciliaria o estadios leves y moderados como  bronquitis , neumonías, asma… entre muchas otras más”, añade.

Lo que se consigue con ello es “reducir no solo el número de crisis, sino también el tiempo entre ellas, trabajando de la mano con una ideal dosis de medicación, pautada por el pediatra o neumólogo, y una buena calidad de fisioterapia respiratoria actualizada”, finaliza.