objetos de estimulaci n temprana de 0 a 6 meses © AdobeStock

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Objetos de estimulación temprana para bebés de 0 a 6 meses

Siguiendo la pedagogía Montessori, esta primera etapa en un bebé es tan importante para su desarrollo que debemos crear estímulos sensoriales adaptados a su cerebro, ¿quieres saber con qué puedes hacerlo?


28 de septiembre de 2022 - 17:00 CEST

La importancia de la  estimulación temprana en los bebés  se considera ya, por parte de expertos y pediatras, en un requisito básico para el correcto desarrollo del niño, pues con ella conseguimos potenciar sus funciones cerebrales a todos los niveles: cognitivo, lingüístico, motor y social. Para que nuestro cerebro se enriquezca necesita información, y su crecimiento depende de la cantidad, el tipo y la calidad de esa información. Por ello,  es fundamental que el bebé reciba estímulos regulares desde su nacimiento . Sin embargo, cuando pensamos en un recién nacido, que apenas pasa tiempo despierto, ¿qué estímulos podemos darle? Uno muy sencillo y eficaz es la voz, que estimula su sentido del oído.  Basta con cantarle . Pero hay otros muchos.

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Entre ellos, se encuentran los sonajeros, los móviles colgantes o los mordedores. Todos ellos son juguetes aptos para los más pequeños, desde los 0 a los 6 meses. Una etapa del desarrollo para la que la  filosofía Montessori  también ha creado opciones, con unos beneficios que suman enteros a ese desarrollo de las capacidades:

  • Se distinguen del resto de juguetes porque no contienen plásticos ni luces ni colores. Tampoco hay sonidos y no suelen llevar pilas. Una pista que te ayudará a reconocerlos.
  • Son juguetes pensados para mantener, en todo momento, la seguridad del bebé.
  • Los materiales que utilizan son naturales, como la madera o lana.
  • Son respetuosos con el medio ambiente, no suelen tener relación con el mundo de la fantasía y fomenta el juego libre, es decir, los niños aprenden a partir de su propia experiencia.

Además, en concreto, los juguetes para bebés están pensados para que mejoren, sobre todo, sus habilidades motoras, para trabajar la coordinación y desarrollar la imaginación. Ahora bien, no hay que olvidar que son bebés de muy pocos meses y lo que necesitan es ir poco a poco aumentando esos estímulos sensoriales, empezando por cosas muy sencillas.

© Sonrisas de Papel (Etsy)

Un móvil de cuna en blanco y negro

Al principio, el movimiento de los ojos por parte de un recién nacido no se controla. Por eso, los móviles visuales para bebés son una herramienta de ayuda para que comiencen a desarrollar sus movimientos oculares, el enfoque de los objetos en movimiento y la profundidad espacial. Poco a poco irá ganando agilidad visual. Uno de los móviles que se recomienda al principio es aquel que, sin sonidos, muestra figuras planas en blanco y negro, buscando el contraste, pues los bebés al principio no aprecian apenas los colores (su mundo es en claro y oscuro), tan solo el contraste. ¿No te recuerdan a las figuras del artista Alexander Calder? La idea es esa.

© MontessoriProducts (Etsy)

Un móvil de cuna de octaedros

Una vez han pasado ya los primeros meses, el bebé ya comienza a apreciar los colores y se fija más en las formas que tienen los objetos. Por eso, ya está preparado para pasar a otro móvil como el de la foto. Puedes plantearlo a partir de las cinco o seis semanas. Este móvil está compuesto de tres octaedros brillantes con los colores primarios situados a diferentes alturas, ya que el bebé comienza a distinguir primero el rojo (es el color más brillante para ellos y, por eso, se sitúa más arriba), después el amarillo y, el más bajito es el azul. Además, es mejor que las figuras tengan diferente tamaño, para introducir el volumen.

© TaraTreasuresAU (Etsy)

Un móvil de cuna de una misma gama cromática

Cuando el bebé ya distingue los colores primarios, podemos comenzar a ofrecerle diferentes gamas de color en lo que se denomina un móvil gobbi, que recoge una especie de pompones en las diferentes tonalidades de un color: azul, amarillo, rosa o morado, por ejemplo. Se puede hacer en casa con bolas de poliespán y un poco de hilo muy fino, no es algo demasiado laborioso, aunque requiere paciencia. Si te animas, puedes ir cambiando el color de las bolas.

© SKLUM

Un gimnasio en madera

Una vez nuestro bebé ya nos pide más movimiento, podemos pasarle al suelo, para practicar el movimiento libre y utilizar lo que se conocen como gimnasio para bebés. En esta etapa, además, buscaremos ir despertando sus demás sentidos. Al de la vista sumaremos también el tacto, por lo que debe ser capaz de llegar a tocar sus formas. Los gimnasios tipo Montessori son fácilmente reconocibles porque no existen materiales de plástico, sino que son estructuras de madera natural de la que cuelgan objetos muy sencillos también de madera.

© Vera Mum&ßaby

Un sonajero de madera natural

Ahora que ya tenemos el sentido de la vista y del tacto, vamos a sumarle un estímulo auditivo con un sonajero que, además, ya comenzará a agarrar si tú se lo ofreces. Debe ser fácil de agarrar y agitar, pero también se debe poder morder y chupar. Este, por ejemplo, está fabricado en madera de haya y su diseño es sencillo y ligero, dos cualidades importantes para la manipulación de los más pequeños, porque es así como comenzarán a desarrollar sus psicomotricidad fina . Muévelo tú primero y luego déjaselo a él.

© Greenable

Un mordedor en dos materiales

De nuevo, es importante mantener la madera como elemento principal en el objeto de estimulación temprana, pero le añadimos la silicona libre de BPA y más suave para la boca de un bebé. Según pasen los meses, verás que comienza a llevarse todos los objetos a la boca, pues el sentido del gusto es una forma que tienen para conocer el mundo. Por ello, estimularlo es también fundamental. Es la hora, entonces, de incluir un mordedor entre sus juguetes. Los que siguen la filosofía Montessori son mucho más resistentes y se adaptan a las etapas de cada bebé. Por eso, los primeros, siempre cuentan con diferentes anillas, para su fácil sujección.

© Waldorf

Una cinta de viento Waldorf

Las cintas de viento son muy sencillas de elaborar en casa, con una anilla de madera y varios lazos de colores. El aro, eso sí, no debe ser pesado ni demasiado grande, todo lo contrario. Y las cintas, por seguridad, deben estar bien anudadas. Las cintas de viento Waldorf o cometas de mano son objetos sensoriales que a los más pequeños suele fascinar y mantenerles muy entretenidos, de nuevo, trabajando su psicomotricidad fina, pues sus dedos y manos irán buscando los diferentes lazos. Es mejor ofrecérselo a tu bebé cuando ya tenga unos meses y sea capaz de mantenerse incorporado, si no, puedes colgárselo.

© Clementoni

Un libro de tela en blanco, negro y algún otro color

En realidad, el mejor móvil de cuna para estimular la visión de un bebé es el que se pinta de blanco, negro y algún detalle en rojo. Pero, cuando ya tiene cierta soltura y es capaz de jugar libremente en el suelo, agarrar un libro de tela y sentir curiosidad por él, podemos mantener la base en blanco y negro, buscando el detalle en otro color. El bebé podría ir abriéndolo y viendo las diferentes imágenes que hay en cada página, ayudando, no solo a su percepción visual, sino también auditiva y estimulando su sentido del tacto.

© Grimm's

Una rueda de madera

Por último, una rueda de madera es un objeto estupendo para la manipulación y manipulación del mundo. Está pensada, sobre todo, para los bebés que ya han llegado o rozan los seis meses, pues necesita de cierta experiencia con el movimiento en el suelo. Suelen estar fabricados en madera, con diferentes colores y, en su interior, tienen bolas de madera y cascabeles que se pueden tocar gracias a la distancia de las barras, cogiéndolas para agitarlo y estimular los primeros gateos.