La pregunta de ¿me compras un móvil? llega mucho antes de lo que nos gustaría. Y la respuesta correcta no nos la sabemos. Son mucha las dudas que nos surgen para decirle sí o no a nuestro hijo, pero debes saber que ni hay una edad correcta ni puedes ofrecérselo como premio o negárselo como castigo . Así nos lo explica María José Abad Villagra, coordinadora de la Escuela de Empantallados, una plataforma para padres y profesionales, que, junto a Rocío García de Leániz, Luisfer Martínez Alhama y José Martín Aguado, miembros esta escuela, han escrito Empantallados (Editorial Vergara), un libro en el que nos ayudan a saber, entre otras muchas cosas, cómo comportarnos con nuestros hijos en su relación con las nuevas tecnologías y en cuándo ofrecerle su primer móvil a un niño . Aunque, para responder a nuestra pregunta, nos dice, “solo el padre o la madre sabe cuándo su hijo está realmente preparado para adquirir esta nueva responsabilidad”.
Porque tener un teléfono móvil propio es una responsabilidad propia de los adultos. Y no nos engañemos, nos explica, “a veces somos los propios padres quienes decidimos darles el móvil para estar más tranquilos, para tenerlos localizados (porque van al colegio, por ejemplo, en transporte público)”. Si este es nuestro caso, está bien, pero lo que sí puedes hacer es no darle un Smartphone, sino un móvil más sencillo. De hecho, nos apunta, “Nokia ha rescatado recientemente su mítico modelo 3310, solo para llamar y escribir mensajes de texto”. Pero, ¿qué más necesitamos saber para tomar esta decisión?
La edad ideal para darle a tu hijo su primer móvil
Es una pregunta, nos dicen los autores, “para la que nadie puede contestar correctamente, salvo los propios padres”. Según algunos expertos, la recomendación de edad se sitúa en torno a los catorce años, aunque las cifras nos están demostrando que no se cumple en la vida real. Por ello, se niegan a darte una edad ideal, porque cada hijo es único, diferente “y hay cuestiones que no dependen solo de la edad”, nos comentan, sino que dependen de multitud de factores.
Ahora bien, hay ciertas pistas que pueden ayudarnos a tomar esta decisión y que serían, por ejemplo, si nuestro hijo ordena su cuarto. Si lo hace, “es porque sabe que cada cosa tiene una función y un lugar en el que guardarse”. Según nos explican los autores, “el orden guarda relación con un porqué y un para qué”, dos de las bases necesarias para saber usar correctamente un teléfono móvil. Además, el orden refleja cierta autonomía, algo que es importante que el niño haya adquirido previamente.
Todos sus compañeros tienen teléfonos móviles, ¿se lo doy ya?
El número de amigos de nuestro hijo que tienen teléfono móvil “no debería ser un criterio suficiente para determinar si ha llegado el momento de comprárselo”, nos explican los expertos. Ni al contrario, que nadie lo tenga no significa tampoco que yo no pueda dárselo a mi hijo. Sin embargo, nos dicen, “sí puede ser un indicativo para saber cuándo es el momento, no de dárselo, sino de plantearse la cuestion”.
En la actualidad, mal que nos pese, las relaciones sociales pasan también por lo digital y nuestros hijos quizás necesiten, además de contacto físico, un contacto digital. Lo importante, en este caso, es saber cuál es el uso apropiado y positivo de estos dispositivos y las consecuencias negativas que pueden llegar a tener.
¿De qué forma podemos darle su primer móvil?
De la misma forma que en el caso anterior, no hay una forma ideal de ofrecerle un teléfono móvil a un niño, pero sí que es bueno que “se le acerque paulatinamente a la tecnología”, nos dicen. No de golpe. Los hábitos sobre el buen uso de las pantallas se adquieren, en realidad, en los primeros años de vida. Por ello, “no hay que utilizar el teléfono desde pequeños ni como niñera tecnológica ni como un apaganiños”. Pueden jugar bajo tu supervisión y con apps elegidas por ti, si han ayudado, por ejemplo, con las tareas de casa. Esto sí sería lo ideal, el que supiesen de antemano lo que supone un buen uso de este tipo de dispositivos.
Una vez que os habéis decidido a dárselo, tengan o no esta base de la que hablamos, es importante:
Poner límites es fundamental
Recordarles que tener un teléfono móvil no significa “barra libre”, es decir, “será necesario determinar el tiempo que pasan con él”, nos explican los autores. Algo muy importante. No es a tiempo completo y sin limitaciones. Al igual que con la comida, bebida o cualquier otro aspecto de nuestra vida, nos dicen, “se trata de buscar el equilibrio y enseñarles a usar estos dispositivos de forma moderada y responsable”. Para lograrlo, podemos seguir pautas para limitar y orientar el uso de las nuevas tecnologías en nuestros hijos.
Mucha comunicación previa
Habla con ellos de algunos temas que van relacionados con la entrega de uno de estos dispositivos y que cuentan con conexión a Internet, como es la pornografía o la preocupació excesiva por el físico. Un móvil es, nos dice, “una apertura completa al mundo exterior”. De hecho, en el caso de la pornografía, advierten los autores, “es muy probable que la consuman, pues hay numerosos estudios que afirman que el 90% de chicos y chicas de entre 13 y 14 años ha visto este tipo de contenidos”.
La trampa del móvil que antes era tuyo
Algo de lo que nos advierten los autores es que, como hacemos muchos padres, acabamos dándole a nuestros hijos un teléfono móvil de alta gama que antes era nuestro. Renovarlo y dárselo a nuestro hijo, porque es antiguo, es todo un clásico. Pero piénsalo bien, nos dicen, “si te parece un despropósito comprarle a tu hijo un primer móvil de alta gama, ¿por qué le entregamos uno de ese valor con la excusa de que está usado?”. No es un buen mensaje y, además, seguramente su valor económico siga siendo elevado.
Las pantallas no deben ser fuente absoluta de diversión
Asegúrate y hazles ver que existen otras muchas actividades para pasar un rato divertido, como leer o practicar algún deporte. Deben saber que tener su primer móvil “no es motivo para desatender otro tipo de actividades que enriquecen su desarrollo y os hacen pasar tiempo juntos”, nos explican.
Además, hoy en día, la mayoría de los juegos que no implican un esfuerzo físico tienen su versión digital. Aunque puede tener muchas ventajas, “es importante estimular a nuestros hijos que jueguen a los de toda la vida, de forma real y no virtual”, nos explican, pueden comenzar a abusar o hacer un uso inadecuado del dispositivo con esta excusa.
Haz el día de la entrada especial
Si lo haces, “asumirán que tienen entre sus manos una nueva responsabilidad y es importante que lo aprecien así desde el principio”, nos explican los autores. Una buena idea sería, por ejemplo, “quedar a comer a solas con él, sin que interfiera ningún hermano pequeño con posibles celos” De esta forma, entenderán que se les exige “madurez y responsabilidad, es una entrega de un adulto a otro adulto”.
Además, una buena idea que nos dan los autores y que podemos hacer es llevar con nosotros un contrato descargable para móviles, explicándoles en qué consiste un buen uso del mismo y firmadlo con vuestro compromiso. Estableced un parking en el que depositarlo a la hora de comer o antes de irse a dormir, cuando debe estar apagado. “Estas dos herramientas puede ser un primer paso para el buen uso del móvil”, nos dicen.
Configuración de la seguridad del dispositivo
Un teléfono móvil almacena una gran cantidad de información personal, por lo que configurarlo para sentirnos seguros es esencial (tanto los niños como los adultos) y puede ser una tarea que realizar conjuntamente. Hay que hacerles entender que “los riesgos a los que nos enfrentamos por no proteger bien el móvil pueden ser desde los daños provocados por un virus hasta los ataques a nuestra intimidad y reputación”. Por eso, es también importante enseñarle a crear contraseñas seguras.