Pasear con tu bebé puede hacerse de muchas formas diferentes. Puedes llevarle en brazos, en su propio carrito o porteándole . Esta última opción, que se está poniendo cada vez más de moda entre los padres, permite llevar a tu hijo cerca del corazón y proporcionarle múltiples beneficios en cuanto a su desarrollo físico y emocional. Por ejemplo:
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
- Fomenta el desarrollo psicomotor del bebé, ayudándole con su equilibrio y orientación espacial.
- Les ayuda a mantener una postura correcta.
- Disminuye el riesgo de padecer plagiocefalia .
- Favorece la lactancia materna.
- Favorece también la creación de un vínculo de apego con tu bebé .
- Disminuye el riesgo de padecer el temido cólico del lactante.
- Les aporta calma y seguridad.
Es una técnica sencilla y natural con la que llevas a tu bebé delante o detrás de tu cuerpo, incluso a los lados, pero que tiene un sinfín de posibilidades. Tanto en la forma de portear como en los materiales que eliges para hacerlo. Una elección que, a priori, puede parecerte que no tiene importancia, pero que has de tener en cuenta. Porque no es lo mismo que haga mucho calor, como en el caso de este pasado verano, o que empiece la temporada de lluvias y la sensación térmica disminuya. Por eso, hemos preparado una pequeña guía de los materiales que existen y cuáles son los más recomendables para portear, con la ayuda de Beatriz Moreno Montilla, enfermera y directora de la Escuela de porteo Kangurearte.
Siempre hay que priorizar los materiales naturales
Según nos dice nuestra experta, las mochilas, por ejemplo, “son buenas opciones, pero siempre hay que intentar que estén realizadas en tejidos naturales”. Entre ellos, se encuentran el algodón, el bambú y el lino. Sin embargo, hay que tener cuidado, pues de cara al otoño o al invierno “pueden ser opciones algo fresquitas”, y saber qué diferencias hay entre ellos para saber cuál elegir:
- Lino: es un material muy transpirable y, a la vez, resistente. Así, con una capa delgada de este material conseguimos una resistencia suficiente como para llevar a nuestro bebé. Además, es un tejido muy transpirable, con lo que se convierte en una opción estupenda para los meses de verano, pero no tanto para los más fríos del año. Tendrías que contar, en su caso, con una capa de abrigo extra.
- Algodón: en este caso, hablamos de un material con una trama más cerrada que el anterior, lo que consigue soportar mucho más peso y, además, suele tener un mayor gramaje, dando sensación de ser un tejido más envolvente y, por tanto, mejor para los meses más fríos del año, como los que nos llegan.
- Bambú: es un tejido fresco y muy suave, además de termo-regulable y que puede llegar a actuar como filtro UV, por sus propiedades naturales. Por ello, es un tejido estupendo para afrontar las altas temperaturas.
Por tanto, deberíamos huir de tejidos como el elastán, el nylon o el poliéster, salvo que tengamos algún objetivo concreto y puntual, como meternos en el agua con nuestro bebé. Pero, en invierno, no será muy habitual.
Si el bebé es un recién nacido, presta atención al gramaje
En el caso de que queramos buscar una opción para un recién nacido, nos dice la experta, “o si es un bebé muy pequeño, debemos prestar atención al grosor de la tela, intentando utilizar tejidos light o ligeros, pues hace que el producto sea menos pesado” y, en casa, puede ser una muy buena opción. Por ejemplo, podemos elegir un fular de gasa de algodón o mezcla de tejidos, si queremos que sea un poco más calentito, de algodón y bambú.
¿Y en el caso de querer un fular elástico?
El fular elástico es uno de los portabebés que más gusta a las familias que comienzan a portear con su recién nacido. Suelen ser muy gustosos, se adaptan bien al cuerpo (tanto del progenitor como del bebé) y son blandos. Además, suelen ser más económicos que los totalmente rígidos y pueden anudarse con antelación, lo que facilita mucho el ponérselo y quitárselo cuando no tenemos mucha experiencia. Después, introduces al bebé. Y es muy cómodo para amamantar sin tener que sacarlo.
Sin embargo, hay que tener cuidado con su composición. Aquellos que llevan elastano en la mezcla, nos explica la experta, “no son una buena opción en verano, ya que su tejido es muy caluroso, no solo por el entramado y grosor de su tela, sino porque las mezclas de fulares con tejidos sintéticos al no transpirar bien hace que se concentre el calor”. Por eso, para invierno, no son mala idea. De todas formas, siempre se puede utilizar este tipo de fular “con mezclas de elastán con algodón y bambú para suavizar un poco y que sea más transpirable, aunque seguirá dando calor, porque no hemos eliminado el factor elastano”.
Por último, otra opción en estos casos son los fulares semielásticos, “con un tejido similar al de una camiseta y sin elastano, con lo que son más transpirables” o aquellos que han sido elaborados “con viscosa de bambú, que además son muy suaves”.