Los especialistas en lactancia siempre insisten en la importancia de que tanto la mamá como el bebé estén cómodos durante el amamantamiento. De ello depende una buena transferencia de leche , un buen agarre… pero, sobre todo, que la experiencia de dar el pecho sea positiva y agradable para ambos.
Son muchos los accesorios que han aparecido alrededor del mundo de la lactancia para facilitar las cosas a las mamás, entre ellos uno de los más famosos es el cojín de lactancia. “El cojín de lactancia es un cojín o almohada con una forma especial para rodear a la madre en su vientre y favorecer así el poder apoyar al bebé mientras mama sin la necesidad de sostener su peso con los brazos. Otro de sus usos es conseguir elevar al bebé hasta el pecho sin esfuerzo y evitar, por tanto, esa carga durante todo el tiempo que dura una toma”, nos dice la asesora de lactancia Patricia Feijóo (@babylactancia).
Pero, ¿realmente es necesario un cojín de lactancia para que dar el pecho funcione? La experta nos responde: “El cojín de lactancia es algo que se ha popularizado mucho y, a priori, podría parecer un indispensable para aquellas madres que desean amamantar y quieren que sus tomas sean más ‘cómodas’ o que el bebé descanse mejor y tenga una buena colocación. Pero, lo cierto es que, dependerá del pecho de la madre que el cojín pueda ser necesario o no y también dependerá de las necesidades de la mamá en cuanto a posturas. Un cojín puede favorecer ciertas posiciones como la de cuna, rugby, cuna invertida...pero no sería necesario para la posición de tumbada, biológica, caballito… Habrá veces que algunas lactancias requieran buscar posturas específicas por alguna circunstancia concreta, y el cojín no nos aporte nada ahí”.
¿Qué tipos de cojines de lactancia existen?
El marketing que existen alrededor del cojín de lactancia es tal que muchas mamás lo ponen en sus listas de imprescindibles , sin saber todavía cómo irá su lactancia ni si se sentirán cómodas con él. Para empezar, debemos saber qué tipos de cojines de lactancia existen, qué usos podemos darles y cuál será el que mejor encaje con nuestras necesidades.
La experta nos explica los tipos de cojín de lactancia que existen: “Por un lado está el cojín en forma de U o herradura, que hace que encaje en el vientre de la madre. Y por otro, el que tiene forma de serpiente o cojín alargado, que es un cojín más blando y largo que puede ser utilizado desde el embarazo para colocar entre las piernas al dormir, adquirir posturas cómodas abrazada a él... Este último es un sistema que puede tener más usos en el tiempo. Sin embargo, en este tipo de cojín conviene tener en cuenta no colocarlo por la espalda, pues impedirá el poder apoyarse hacia atrás y que la toma sea más descansada. La espalda siempre debe estar libre para poder reclinarnos y descansar y, por tanto, la función del cojín es que podamos apoyar los brazos y el bebé, y no tener que sostener ese peso”, advierte la experta.
Pero al igual que las formas, los rellenos de los cojines también serán importantes ya que una mayor o menor consistencia puede ayudarnos en mayor o menor medida a adquirir la postura más ideal para dar el pecho. “Los hay con una especie de bolitas que personalmente no me convencen, pues con el paso de tiempo pueden hacer que ese relleno se mueva y se vaya perdiendo la posición del bebé, o incluso el agarre. Y los hay con otro relleno más blando que puede ser más fácil de manejar y más estático durante la toma”, indica.
Para qué mamás puede ser beneficioso un cojín de lactancia
Del mismo modo que cada bebé es un mundo, cada mamá también es diferente, así como su lactancia. En aquellos casos más generales en los que las mamás tengan unos pechos no muy voluminosos y el embarazo haya sido único, el usar o no cojín de lactancia dependerá de la decisión personal de la mamá y del uso que le quiera dar. “Si solo se va a usar el cojín para amamantar, este debería ser algo más compacto. El cojín en U o herradura, puede ser una buena opción ya que también se le puede dar uso desde el embarazo. El de serpiente también es otra buena alternativa para ellas, aunque sea más grande y pueda parecer más aparatoso”, recomienda la asesora.
Para aquellos casos de embarazos múltiples la experta lo tiene claro y rotundamente sí lo aconseja: “Recomiendo uno que sea expresamente diseñado para gemelos o mellizos, suelen ser más grandes para poder colocar a dos bebés a la vez, uno a cada lado, y que así puedan sentirse más cómodas amamantando”.
Sin embargo, para aquellas mamás con pecho muy voluminoso la asesora de lactancia lo desaconseja ya que “una de las premisas que vamos a tener en cuenta para un buen agarre en los pechos de gran volumen es que imaginemos una línea recta que vaya desde el pezón hacia la cabeza del bebé mientras mama, y esta salga por la coronilla del peque. Esto es debido a que en un pecho voluminoso el pezón queda muy bajo, y si se usa cojín el bebé se eleva y, a veces, incluso el bebé puede quedar más alto que el propio pecho, de forma que estaríamos comprometiendo ese agarre, pues esa línea imaginaria no saldría por su coronilla”, explica.
Ventajas y desventajas del cojín de lactancia
La finalidad de un cojín de lactancia siempre será hacer sentir descansada a la mamá y ayudarla a no tener que sostener el peso del bebé mientras este mama. “El gran beneficio es que ayuda a tener menos tensión en los trapecios, menos dolor de espalda, sensación de más descanso en las tomas... pero siempre que se use de manera correcta”, indica la experta. Sin embargo, estos cojines no tienen porque ser todo beneficios ya que, incluso, para algunas mujeres, sobre todo, aquellas que tengan un gran pecho, “pueden sentirse hasta incómodas con él y preferir un cojín de casa o no tener que colocar nada”.
Por último, la experta también nos comenta que algunos de estos artículos pueden tener precios muy elevados, sobre todo, y dudemos si comprarlo “cuando no tenemos claro si realmente le vamos a sacar partido”. Por ello “una opción muy útil en el caso de cojines gemelares que aún incrementan más su precio, podría ser la compra-venta de segunda mano”, sugiere.
Para finalizar la experta en lactancia anima a todas las mamás a probar distintas posturas y a dar el pecho sin cojín, aunque lo tengan, ya que “muchas veces puede generar tal dependencia que parece que una toma sin cojín es un imposible, cuando en realidad no lo es, solo es una ayuda que conforme crezca el bebé dejará de ser necesaria”, concluye.