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dolor de espalda cr nico en adolescentes © Istock

Salud

Si a tu hijo le duele la espalda, no tardes en ponerle remedio

Los últimos datos hablan de que uno de cada cuatro adolescentes de menos de 15 años tiene dolor de espalda crónico. Atender a la ‘llamada de auxilio’ de tu hijo es fundamental para que no engrose estas cifras.


22 de septiembre de 2022 - 13:35 CEST

¿Sabes cuál es el primer problema de salud crónico en España? Nada más y nada menos que  el dolor de espalda  que, además, es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. De hecho, según los datos de la Asociación Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), durante la adolescencia (concretamente, antes de los 15 años de edad),  más de la mitad de los niños y niñas ya han experimentado algún tipo de dolor de espalda en su vida . Unos datos que van en aumento y que, según nos dice el Dr. Antonio Mascarell, traumatólogo de Vithas Valencia 9 de Octubre, “se debe a varios factores que son fácilmente reconocibles”. Uno de ellos, cómo no, el peso de las mochilas. Pero hay otros tantos que, como padres, debemos controlar para que ese dolor no vaya en aumento o, en el caso de que nuestro hijo no lo haya tenido aún, aparezca por primera vez y se quede para siempre, es decir, se haga crónico.

Saber elegir la mochila correcta es fundamental

Según nos dice el doctor, la elección correcta de las mochilas escolares es clave para evitar:

  1. La aparición de contracturas.
  2. Posibles alteraciones posturales.
  3. Patologías más graves como una escoliosis.

Y es que, como nos confirma, “una sobrecarga de peso (algo muy habitual en la edad escolar) suele producir dolor y problemas tanto en la espalda de los niños como en los hombros”. Por eso, al margen de los gustos de nuestros hijos a la hora de hacernos con una u otra mochila, que también deben estar presentes, debemos tener en cuenta una serie de consejos:

  • Meter en la mochila solo lo que se necesita a diario. La mochila, en sí, no hace daño, lo que nos provoca dolor es el exceso de peso que incluimos en ella.
  • La mochila debe poder graduarse según la altura del niño.
  • No se puede llevar sobre un solo hombro, se deben colocar las dos asas bien, cada una en uno de ellos, apoyando en la zona dorsal y atendiendo que el final de la mochila queda en la zona lumbar, “nunca colgando por debajo de estos segmentos de la columna vertebral, es decir, que la parte inferior no puede quedar por debajo de la cintura ni por encima del cuello”.
  • Una recomendación extra del doctor es que “tenga un soporte lumbar acolchado”.

En cuanto al peso que podemos colocar en ella, según la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Asociación Española de Productos para la Infancia, “ no debe superar nunca el 15% del peso corporal del niño ”. Esto es porque, de no ser así, nos dice el doctor, “acabamos con una mochila escolar pesada que impone un excesivo esfuerzo en la espalda y hombros del niño, causando un sobreesfuerzo y fatiga muscular”. El primer paso para la aparición del dolor del que hablamos que, además, “les conduce a adoptar hábitos posturales incorrectos desde muy pequeños”. El siguiente factor a tener en cuenta.

Educar para una correcta postura

Otro de los factores que debemos tener en cuenta y que deriva del anterior es el de cómo cargar con la mochila. Para ello, nos explica el doctor, “hay que realizar un movimiento adecuado, levantándola con calma, doblando siempre las rodillas y haciendo fuerza con las piernas en el momento en el que colocamos la mochila en la espalda”. Y este movimiento se entrena. Y es que, nos dice, “la adquisición de malos hábitos posturales (como puede ser este) pueden desencadenar en un fuerte dolor de espalda”. Por eso, nos pide prestar atención:

  • A la postura de nuestros hijos cuando llevan mucho tiempo en la misma posición, por ejemplo, sentados haciendo los deberes. El sedentarismo, aunque no nos lo creamos, “fomenta la aparición de dolores de espalda”
  • En aquellos movimientos que realizan de manera repetitiva, como puede ser colocarse la mochila a la espalda o bajarse de la cama por la mañana.
  • Posturas forzadas o mantenidas que vemos de manera habitual en sus quehaceres diarios.
  • Si realizan, por ejemplo, deportes o ejercicios de fuerza, pues en este caso “la postura es fundamental”.

En todos estos casos, es muy importante “corregir las posturas y movimientos, educarlos para que se sienten o que se levanten correctamente”, porque así conseguiremos ir reduciendo el dolor y evitar su aparición posterior.

El deporte previene el dolor de espalda

Por otra parte, no se nos puede olvidar que una de las mejores formas de prevenir el dolor de espalda es “la práctica de ejercicio físico y el deporte, rutinas indispensables en cualquier niño de edad escolar, no solo para esto, sino para su salud física y psíquica en general”. Esto es así porque cualquier deporte fortalece la musculatura de la espalda, “haciéndola más potente, resistente y elástica”, nos dice el especialista.

Por eso, le hemos preguntado por qué deportes son más recomendables con el fin de prevenir estos dolores. De entre todos los que se pueden practicar, nos dice:

  • Natación: es una actividad física completa y sin apenas impacto sobre nuestro cuerpo, lo que reduce el número de lesiones y, por tanto, la aparición de dolor lumbar o dorsal.
  • Yoga, porque ayuda a prevenir la aparición de dolores de espalda, al mejorar la flexibilidad corporal, el equilibrio y la fuerza muscular.
  • Pilates, porque fortalece la columna vertebral y, además, trabaja en disociación de músculos y articulaciones, utilizando la respiración para ello. De esta forma, mejora la postura del cuerpo de manera global.

Por otro lado, algunos deportes que pueden empeorar o fomentar la aparición de dolor de espalda son, por ejemplo, el ciclismo, el tenis o pádel y el golf. No por ello debemos dejar de practicarlos, pero sí asegurarnos de que se hace de una manera correcta y controlada.