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Vacuna del rotavirus: cuál elegir y cómo evitar riesgos en bebés y padres

Actualmente existen dos vacunas en el mercado contra el rotavirus, una infección muy frecuente en la infancia. ¿Hay alguna más aconsejada que otra? ¿Cuántas dosis hay que poner y en qué momento? ¿Es conveniente seguir alguna precaución básica?


21 de septiembre de 2022 - 19:29 CEST

El rotavirus es una enfermedad vírica que causa gastroenteritis. De hecho, es la causa principal de ingreso hospitalario por diarrea en niños, fundamentalmente por deshidratación. Se trata de una infección muy frecuente, que se estima que pasarán todos los menores al menos una vez antes de cumplir los dos años de edad.

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Para protegerse del rotavirus, hay dos vacunas. Le hemos preguntado al Dr. Pepe Serrano Marchuet, pediatra del Atención Primaria y miembro del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (AEP), por ellas.

Una vacuna no financiada, pero sí aconsejada

La vacuna contra el rotavirus no está financiada por la Seguridad Social. Así, son los padres los que tienen que hacerse cargo de su coste. Sin embargo, organismos internacionales como la OMS (Organización Mundial de la Salud) o la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica, entre muchas otras, y además de la propia AEP, la recomiendan para todos los lactantes, “ya que todos ellos están expuestos a la enfermedad”.

Solo hay una excepción en cuanto a la financiación de la vacuna, y es  en los prematuros, para los que sí está cubierta  por el sistema nacional de salud, pues se consideran de alto riesgo para contagiarse de la enfermedad.

“Se recomienda iniciar la vacunación lo más precozmente posible; con cualquiera de los preparados se puede hacer desde el inicio de la sexta semana de vida, ya que cuanto más pequeño es el bebé más grave es la enfermedad”, destaca el experto.

Las dos vacunas contra el rotavirus

Actualmente, hay dos vacunas contra el rotavirus con distinta composición y modo de administración. Son las siguientes:

  • Rotarix. Tiene un solo componente y consta de dos dosis. La primera dosis no debe ponerse más allá de la semana 19 de vida y la segunda y última ha de administrarse antes de las 24 semanas de vida.
  • RotaTeq. Tiene cinco componentes y tres dosis. Su administración no se debe iniciar después de las 12 semanas de vida y la pauta tiene que completarse antes de la semana 32 de vida del bebé.

En ambos casos, entre cada dosis hay que aguardar un intervalo de cuatro semanas y las dos se administran por vía oral. Pero, ¿hay alguna más recomendable que otra? “Ambas han demostrado perfiles de eficacia y seguridad superponibles, por lo tanto no se aconseja ninguna de ellas por encima de la otra”, subraya el Dr. Serrano.

¿Puede administrarse junto a otras vacunas?

La vacuna del rotavirus (ambos preparados) puede administrarse junto a otras incluidas en el calendario vacunal. No se altera ni su eficacia ni su perfil de seguridad. Es más, esta vacuna  contiene sacarosa (azúcar) que puede incluso servir para que el niño note menos dolor con el pinchazo  de las otras vacunas, “por lo que es buena idea administrarlas inmediatamente antes de las vacunas inyectables”.

La vacuna se adquiere en farmacias, previa prescripción médica, y se conserva en frío hasta su traslado al centro de salud. “Pese a ser un preparado de administración oral, al ser una vacuna tiene consideración de producto biológico y su administración siempre debe hacerse en un centro sanitario acreditado para ello”, apunta el especialista del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría.

No hay contraindicaciones para ponerla, salvo que el niño tenga un proceso activo, por ejemplo con diarrea, vómitos o fiebre, o algunas muy poco frecuentes condiciones médicas, como una invaginación intestinal previa.

Los efectos secundarios para el niño... y sus padres

La vacuna del rotavirus puede provocar  algunos efectos secundarios que son poco frecuentes, como la diarrea y la fiebre.  Suelen durar unas pocas horas, “siendo aconsejable el empleo de paracetamol para mejorar el estado general del bebé”, indica el pediatra.

Especialmente con la primera dosis, hay una pequeña cantidad de virus vacunal que se puede eliminar a través de las heces del bebé. Esto en ocasiones puede contagiar a los padres, especialmente si estos no siguen determinadas normas básicas de higiene tras el cambio de pañal. Así, hay que lavarse muy bien las manos y limpiar las superficies que hayan estado en contacto con el pañal, además de eliminar este lo más precozmente posible. De este modo, la posibilidad de contagio queda minimizada.

No es una probabilidad alta, pero sí existe, y por ello hay que conocerla para poner las precauciones necesarias. En todo caso, el beneficio de la vacunación es muy superior a este potencial riesgo. De hecho, la vacuna se recomienda en entornos en los que el bebé convive con una persona con inmunodeficiencias o con una embarazada. Solo hay que seguir las cautelas ya expuestas para que el virus no contagie a los cuidadores del niño tras la inmunización.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.