Las dificultades socio económicas cada vez están provocando que haya una menor natalidad en nuestro país. El envejecimiento de la población y el progresivo descenso de la natalidad dan como resultado el primer semestre con menos bebés nacidos (no llegan a 160.000) desde 1941, según el INE. A estas causas, también hay que sumar la preocupación por la COVID-19, otro de los motivos por los que se duda sobre la decisión de ser padres. Por lo que podríamos decir que “contrariamente a lo que sucedía años atrás, las familias con hijos únicos son cada vez más habituales, ya que los índices de natalidad son muy bajos . Criar a un hijo único es muy distinto a criar a un hijo/a en una familia numerosa, estas familias cuentan ahora con más recursos y también se apoyan entre ellas”, aseguran desde la Asociación de Disciplina Positiva España.
Falsas creencias en torno a los hijos únicos
Son muchos los mitos que van asociados a los hijos únicos. Y es que lo que comúnmente se cree es que los niños que no tienen hermanos suelen ser más cómodos, más dependientes, menos competitivos, más egoístas… Sin embargo, “los mitos son construcciones sociales que no tienen porqué coincidir con la realidad, pero que puede que nos estén afectando sin darnos cuenta. Dicho esto, sí que hay algunas características que pueden darse de forma más probable en los hijos únicos. Reflexionar sobre los mitos asociados a los hijos únicos y contrastarlos con la realidad, puede ayudarnos a criarlos de forma más consciente y abrir muchas más posibilidades, ya sean nuestros propios hijos, sobrinos, nietos, alumnos…”, sugieren desde la Asociación.
Pero lo realmente alentador será mirar a nuestro ‘hijo único’ como una “persona única y especial que es, y no lo etiquetemos con ideas negativas que nos pueden predisponer a educar en base a miedos o creencias limitantes”, recomiendan.
Hay que saber que independientemente de nuestra condición, orden de nacimiento o el número de hermanos que se tenga lo más importante es “cómo cada uno interpreta su lugar en la familia y lo que aporta”, algo que explica “Adler, el padre de la Disciplina Positiva, quien nos ayudó a comprender que todos necesitamos sentir que pertenecemos y somos una persona importante para el grupo, la familia inicialmente”, dicen las expertas.
Ventajas y desventajas de ser hijo único
La importancia de formar parte de ese grupo es crucial y, en este aspecto, normalmente, “con un solo hijo/a se suele cubrir sin problema ya que se tienen en cuenta sus necesidades, se les involucra en muchas de las decisiones familiares y los padres pueden dedicarles atención en exclusiva”, aseguran los especialistas en disciplina positiva.
Pero ser hijo único conlleva una serie de comportamientos en los padres que pueden ser inconscientes como, por ejemplo, “es fácil caer en la sobreprotección , ‘rescatarle’ cuando tiene una dificultad y que la vida familiar gire de forma casi exclusiva en torno al niño/a. Esto puede conllevar que el pequeño no aprenda a resolver sus problemas o tenga dificultades de adaptación personal en otros contextos”, señalan.
Pero también existe otra desventaja y es que, en ocasiones, los papás de hijos únicos quieran que su hijo sea el mejor en todo precisamente por eso, porque es el único que tienen. Y es que “las expectativas que todos los padres tenemos en relación a los hijos, varían si tienes varios y cada uno es de una forma distinta y aporta algo especial. Si sólo tienes uno puedes caer en la trampa de esperar que el hijo único sea un ‘todo en uno’: simpático, responsable, deportista, estudioso, sensible… y esto no es realista ni justo”, aseguran.
Consejos para criar hijos únicos en el bienestar emocional
Después de haber mencionado los conceptos anteriores es imprescindible criar a los hijos únicos dándoles su propio espacio para que puedan desarrollar por sí mismos “habilidades socioemocionales y aprendan a asumir responsabilidades” y, además, según las expertas en disciplina positiva:
- Fomentar su autonomía : no hagas nada por él/ella que pueda hacer por sí mismo Es importante que tenga la oportunidad de contribuir y darse cuenta de que es capaz.
- Afrontar y resolver juntos los conflictos de convivencia, aunque sólo sean dos o tres en casa. Esto le ayudará a adquirir valiosas habilidades de vida y tener en consideración a los demás.
- Generar oportunidades para que pueda convivir con otros niños/as: con otras familias, equipos deportivos o en contextos y planes de ocio infantil como campamentos, grupos scouts…
- Buscar alternativas a que juegue solo. Al jugar solos pueden desarrollar una gran imaginación, pero actualmente, hemos de vigilar en no caer en un uso abusivo de las pantallas. Los juegos de mesa pueden ser un buen aliado, hacer deporte juntos, manualidades u otras aficiones con las que podáis pasar un buen rato.
- Buscar apoyo externo: es fácil caer en preocupaciones en bucle cuando tu energía se concentra en un solo hijo/a. Si sientes que estás ahí, busca ayuda.
- Como con cualquier otro hijo/a, pero especialmente con los hijos únicos, “es importante educar desde la confianza y no desde el miedo, combinando amor y firmeza”, añaden las expertas para concluir.