Rosa Jové es una autora de mucho éxito. Ha vendido más de 200.000 ejemplares con obras como Dormir sin lágrimas, La crianza feliz, Ni rabietas ni conflictos o Dormir con cuentos. En su última obra da un paso más. Así, en La crianza sostenible (Ed. La Esfera de los Libros) ofrece ideas prácticas y consejos para que cualquier familia pueda aproximarse a un ‘residuo cero’ en el cuidado de sus hijos.
Cada niño viene con un ‘plástico’ bajo el brazo, comenta en el libro, por eso señala la importancia de reducir, en la medida en que se pueda, esa huella medioambiental. Hemos charlado con la psicóloga y psicopedagoga para que nos oriente sobre cómo debe ser esa crianza más natural y cuidadosa con el planeta.
Los bebés multiplican por cuatro los residuos de un adulto, tal como citas en tu obra. ¿Qué es lo más peligroso?
El principal problema es que hay muchos residuos y que no se degradan. Los pañales tardan 500 años en degradarse. Aunque solo hubiera uno ya sería un problema, pero es que, además, hay muchos y son muy difíciles de eliminar. Igual pasa con los juguetes, que se fabrican con un plástico duro que no se va nunca del planeta. Al final hay muchos y tardan mucho en ‘marcharse’.
Ahora, por ejemplo, ya venden pañales de usar y tirar, pero hechos de fibras de bambú por fuera para que se degraden más fácilmente. De hecho, todo el pañal es compostable, menos el velcro o los corchetes. Es un gran avance.
¿Cómo de realista es aspirar a una crianza con ‘residuo cero’? ¿De qué manera aproximarnos a ese objetivo?
Ahora no se puede. Se podría si solamente dieras teta, tuvieras pañales de tela y no te compraran juguetes. Pero ¿a qué niño no le compras uno? Es muy difícil, pero hay que empezar por algo. La aproximación sería usar pañales reutilizables o desechables, pero fabricados con fibra que a los siete años se van. Luego, mantener la lactancia materna el máximo tiempo que se pueda y, con respecto a los juguetes, priorizar los de cartón, trapo o madera frente a los de plástico. Y, por último, eliminar lo que no hace falta y no comprar nada más que lo imprescindible. No necesitas dos o tres sillitas de paseo...
La lactancia materna es ecológica y sostenible, pero ¿qué se puede recomendar en este sentido para los niños que toman biberón?
Si te decides por la lactancia artificial, necesitarás biberones, tetinas y alguna cosa más. Recomiendo los biberones de cristal para no usar plásticos y mejor las tetinas de silicona, que se degradan más fácilmente. También comprar una lata grande de leche (o mejor en cajas) en lugar de cinco pequeñas para generar menos residuos... No se trata de llegar a cero, es una tarea demasiado ardua, pero sí podemos rebajar mucho.
Señalas que es mucho más importante el juego que el juguete, ¿cómo podemos hacer más sostenible esta actividad básica del niño?
Lo fundamental es cambiar, siempre que se pueda, el plástico por otro material. No hay que volver siempre al pasado, pero en el aspecto de no dejar residuos sí. Hay muñecas de trapo, los puzles ya son de cartón, hay muchos juegos didácticos en madera... Y también es importante que la madera sea de bosques cercanos, de bosques cultivados. Es cuestión de que las jugueteras cambien el chip. Por ahora el plástico sale muy barato a las industrias y es muy fácil de moldear.
Aunque abogas por intentar reciclar todo lo posible, explicas que la silla de auto es el único objeto imprescindible para el bebé
Si no tienes coche, hasta eso es prescindible, pero si tienes coche es obligatorio que lleves a tu hijo en una sillita homologada con la certificación de la Unión Europea. Esto no te lo puedes saltar. Es obligatorio para todos los que tengan automóvil.
Cada familia hace un consumo equivalente a seis árboles al año. ¿Cómo podemos compensar esa huella medioambiental?
A los niños les gusta pintar y hacer manualidades. Se les puede ofrecer una pizarra (antes era con tizas y ahora con rotuladores borrables) para que no gasten papel. Se puede cambiar el papel normal por el reciclado, usar las dos caras, comprobar que el papel procede de bosques sostenibles, utilizar los medios digitales para poner notas en lugar de hacerlo sobre papel... Es cuestión de imaginación.
Propones que los niños reciban formación en el colegio sobre reciclaje...
Sí, porque pocas cosas hay tan importantes ahora como enseñar a reciclar. Puede que un niño no sepa pintar bien en clase de Plástica y no sé si el planeta echaría de menos su arte, pero si no recicla bien, la Tierra sí lo notará. Todas las asignaturas son importantes, pero se podría también destinar un tiempo a ello.
Este libro nace con la idea de que los padres enseñen a sus hijos a ser más sostenibles. Tengo muchos padres concienciados con el medio ambiente y es la manera de que transmitan esto a sus hijos y de que llegue al resto de padres. El reciclaje siempre va a más. Todo el mundo que empieza a reciclar se compromete de manera más intensa con el tiempo.