La sudoración excesiva, también conocida como hiperhidrosis es un problema no muy frecuente en la infancia, pero en aquellos casos que se presenta, puede afectar mucho a la calidad de vida del niño.
La hiperhidrosis palmar es aquella que aparece en las manos, de forma bilateral y simétrica y la más común, aunque también puede ocurrir que suceda en pies y en otras partes del cuerpo. La peculiaridad es que dicha sudoración se da en momentos de actividad normal y con temperaturas ambientales que no son elevadas, o no se considera que puedan provocar un calor excesivo. “La hiperhidrosis es una sudoración excesiva que puede afectar a zonas localizadas del cuerpo como las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas… o bien, de manera general, a todo el cuerpo, como consecuencia de alguna enfermedad que la provoca como síntoma”, detalla Armando Bastida, Enfermero Pediátrico y CEO en @criarconsentidocomun.
¿Cuándo es primaria y cuándo es secundaria?
Existen dos tipos de hiperhidrosis, la primaria y la secundaria. Hay estudios que han determinado que una de las causas de la hiperhidrosis puede tener un factor hederitario, aunque los expertos aseguran que, en el caso de la primaria se considera una afección benigna de origen desconocido originada por una disfunción del sistema nervioso .
“La hiperhidrosis primaria no tiene una causa conocida, y se considera que puede deberse a una respuesta exagerada del sistema nervioso central ante un estrés emocionalnormal. Es decir, en las situaciones que nos generan cierto estrés, en vez de reaccionar con un poco de sudor o malestar, quien tiene hiperhidrosis primaria suda de manera excesiva en alguna o varias de las zonas localizadas antes mencionadas (palmas de manos y pies y axilas)”, explica el enfermero. Pero, además, el sudor localizado puede conllevar otro tipo de problemas en la piel como son dermatitis irritativas, así como, otro tipo de infecciones secundarias.
La hiperhidrosis primaria suele aparecer normalmente en la infancia, aunque hay casos en los que no se da hasta llegada la adolescencia y persiste toda la vida. Concretamente, el experto nos dice que “cuando es primaria, se trata de una sudoración excesiva localizada y suele darse por primera vez entre los 14 y los 25 años”.
Mientras que, si la hipersudoración excesiva es por causa secundaria por una enfermedad, “puede ser por una de origen infeccioso, metabólico o bien endocrino, de cuáles, las más habituales serían el hipertiroidismo y la diabetes mellitus. En estos casos, habría que hacer un buen diagnóstico porque podría tener remedio tratando la enfermedad que lo origina. Y, por otro lado, es importante dar visibilidad a su tratamiento ya que la hiperhidrosis es muy molesta física y socialmente”, asegura el enfermero pediátrico, quién además especifica que “cuando la sudoración excesiva es por causa secundaria a una enfermedad, la edad de inicio dependerá del momento en el que se desarrolla la patología”.
Consecuencias emocionales de la hiperhidrosis en niños
Una de las peores consecuencias que desencadena la hiperhidrosis es la inestabilidad emocional y los problemas de autoestima que genera en los niños y adolescentes que la sufren, ya que sus relaciones sociales se ven muy coartadas. “Un peque o adolescente con hiperhidrosis puede sentir vergüenza y malestar, tratando de socializar poco y de ocultar lo que le sucede. Hay niños que intentan relacionarse lo menos posible para que no descubran sus síntomas, y para reducir los momentos de ansiedad que los provocan”, asegura el enfermero.
Los niños que sufren de sudoración excesiva se tienen que enfrentar a diario a situaciones desagradables como tener humedad permanente en las manos hasta llegar a mojar su material escolar, el miedo al contacto con otros compañeros, sobre todo practicando deportes en equipo o en la propia convivencia del día a día, ya que provocar su rechazo. Todo ello altera el estado de ánimo del pequeño le hace sentirse inseguros, por ello, “es importante que los adultos que están al cuidado de estos menores conozcan el trastorno, los síntomas que provoca y hagan un correcto acompañamiento para que pueda tener unas relaciones saludables y respetuosas con sus iguales. Además, puede ir bien, aparte de buscar posibles tratamientos, trabajar la autoconfianza y la autoestima con un terapeuta”, recomienda.
Tratamientos para la hiperhidrosis en niños
“La hiperhidrosis es una enfermedad infradiagnosticada y hay pocos estudios en los que se evalúen los riesgos en niños y/o adolescentes. La recomendación es la de estudiar cada caso de manera individualizada para ver qué abordaje puede ser el idóneo ya que se pueden usar aerosoles específicos, fármacos (no exentos de efectos secundarios), inyecciones de bótox o incluso cirugía en los casos más extremos”, nos dice el experto. Esto se podría traducir en tratamientos no quirúrgicos, tópicos o sistémicos de los que se duda de su efectividad por su inconstancia y efectos secundarios, mientras que, en el caso de los tratamientos quirúrgicos, los niños deben ser valorados detalladamente por un profesional.
En cuanto a si la hiperhidrosis puede llegar a desaparecer de forma natural, Armando Bastida es muy claro: “Depende de cada caso. Sí puede disminuir un poco al llegar a la edad adulta, pero no puede decirse que suceda siempre, ni podemos saber cuándo ya que en realidad es una enfermedad que tiene la misma incidencia en adolescentes que en adultos”, concluye.