La cicatrización de una cirugía mayor como es la de una cesárea es lenta y puede llegar a durar hasta dos años. Y es que, al igual que cualquier otra cicatriz, “en el proceso de remodelación estas generan un tejido patológico”, nos cuenta Laura Fernández García, Fisioterapeuta especializada en Ginecología y Obstetricia, de la Clínica Juan Marcos Fisioterapia, en Ciudad Real.
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Cuando la fisioterapeuta dice “tejido patológico” se refiere a que una cicatriz siempre crea una disfunción en el cuerpo en mayor o menor grado, y con mayor o menor repercusión a largo plazo, ya que esto va a depender de varios factores como son: los hereditarios, epigenéticos, adquiridos…
En la cirugía de una cesárea “se seccionan hasta 7 capas (piel, grasa, fascia, musculatura abdominal, peritoneo, útero y saco amniótico) que se cosen después en sentido inverso. Siempre es recomendable tratarse la cicatriz debido a la alta manifestación de colágeno tipo III, inicialmente, que luego se transforma en colágeno tipo I, el cual genera más tensión en la estructura y puede provocar las llamadas ‘adherencias’ (el colágeno es una de las proteínas principales en los procesos de cicatrización, además de las fibrinas, fibronectinas, proteoglicanos, glicosaminoglicanos, etc.)”, explica la experta.
Precisamente son estas adherencias las causantes de las llamadas “bandas de tejido cicatricial”, y las causantes de posibles complicaciones, ya que hacen que las capas que se seccionan (anteriormente citadas), “se peguen unas a otras y pierdan el deslizamiento necesario para un buen funcionamiento”, asegura.
Cómo tratar la cicatriz de una cesárea
Para evitar que esto suceda a nivel interno, y que, además, estéticamente se logre difuminar lo máximo posible la cicatriz, existen una serie de tratamientos y cuidados recomendados, que, según la fisioterapeuta, son los siguientes:
- Diatermia: radiofrecuencia que se utiliza desde los primeros días, es un tratamiento indoloro que ayuda a la regeneración celular y a través de la revascularización del tejido disminuye la inflamación y el edema. Es la reina del tratamiento inmediato en cesáreas, por los buenos resultados y la aplicación indolora.
- Inducción miofascial: tratamiento global donde a través de técnicas manuales conseguimos un mejor deslizamiento entre planos (capas) y disminución de la restricción del tejido.
- Neuromodulación: para trabajo de la sensibilidad y dolor de la zona y recuperación de los nervios abdominales.
- Punción seca: para tratamiento de la musculatura abdominal y de la cesárea.
- Ventosas: para despegar los planos y hacer un efecto “succión”
- Maniobras manuales de despegue de cicatriz.
- Ejercicio terapéutico para que, a través de corrección postural, potenciación de suelo pélvico, trabajo abdominal, etc… consigamos que la cicatriz vaya aceptando diferentes tensiones y no busque ese acortamiento por la cicatrización.
¿Cuándo comenzar a tratar la cicatriz de cesárea?
“Lo mejor es que acudan lo antes posible para una valoración y que un profesional les oriente sobre cuándo empezar y qué tratamiento realizar”, indica la experta. Tenemos entendido que la cuarentena siempre es la guía para que las mamás inicien cualquier tipo de actividad después del parto , y así es en términos generales, pero, en el caso de los cuidados de la cicatriz de cesárea, los expertos recomiendan que cuanto antes se comience a tratar mejor.
Los tiempos que se consideran, por tanto, aconsejables para iniciar el tratamiento son los siguientes: “Se puede comenzar (si es posible) con la diatermia, pero esto se decidirá según el método de sutura. Si es con grapas, cuando las quitan, es decir, a los 10-12 días ya se puede empezar. Si suturan con intradérmica se podría comenzar el tratamiento incluso antes, porque se trabaja todo el abdomen no solo la zona de la cicatriz”, explica la fisioterapeuta.
Debemos recordar que la cicatrización de la piel siempre es un proceso lento y que consta de varias fases. Al principio es normal que la cicatriz esté roja e inflamada e, incluso, genere alguna molestia, picores… pero a medida que pase el tiempo irá adquiriendo un color más homogéneo y las molestias irán desapareciendo.
¿Qué podemos hacer para cuidar la cicatriz en casa (una vez quitados los puntos)? Los expertos recomiendan lavarla con agua y jabón, mantenerla bien hidratada, por ejemplo, utilizando la misma crema antiestrías que utilizaste durante el embarazo, protegerla de roces con la ropa y dándote masajes a diario para evitar las adherencias.
Es un proceso en el que hay que tener paciencia para su recuperación, pero, sobre todo, hay que saber, que “la duración del tratamiento depende de cada persona porque el tipo de cicatrización es diferente en cada uno”, señala la experta. Y añade: “Normalmente, se necesitan unas 8-10 sesiones y se suelen espaciar en el tiempo (no se realiza tratamiento todos los días) por lo que tarda unos meses en recuperarse. Hasta los 6-8 meses no se recomienda hacer ejercicio, o al menos si no es con supervisión, por lo que también es importante que la figura del fisioterapeuta o profesional sanitario especializado en posparto acompañe en esa incorporación a su vida deportiva ”.