Los gases en los lactantes son algo habitual y bastante molestos para ellos por lo que al ser bebés necesitan que les ayudemos a expulsarlos. Esto es debido a que por su inexperiencia normalmente tragan aire cuando comen, ya que no controlan todavía la succión ya sea del pecho de la madre como del biberón , en el caso de lactancia artificial.
Y es que durante los primeros tres meses de vida será el momento en el cual estos gases hagan su aparición, etapa en la que el bebe está aprendiendo a comer y gestionar el alimento por primera vez. Asimimo, “el sistema digestivo del bebé está totalmente inmaduro y hasta ese momento no ha tenido que trabajar, por lo que debe habituarse tanto a hacer la digestión del alimento como a gestionar las heces y los gases”, nos comenta Francisco J. Díaz, Fisioterapeuta Pediátrico y Director del Centro Marec Salud.
Tipos de gases en los lactantes
Hay que saber que existen dos tipos de gases, los intestinales y los estomacales. Y el experto nos explica que estos pueden ser provocados por “el aire que el bebé puede ingerir a la hora de mamar en el pecho o tomar el biberón y, por otro lado, los gases generados y derivados de la propia digestión del alimento”.
En el primer caso, son varios los factores que produzca un filtrado de aire en el momento del agarre al pecho, y que este se ingiera. “Las causas más comunes suelen ser problemas perinatales durante el parto (partos instrumentales, realización de la maniobra de Kristeller, expulsivos muy rápidos o cesáreas), existencia de frenillo limitante o una mala postura al mamar. En el caso de lactancia artificial encontrar un biberón adecuado a nuestro bebé será la clave para prevenir la entrada de aire”, explica el experto.
En el segundo caso, es decir, en el aire producido durante la digestión, “lo que hace que el bebé se encuentre incómodo es el exceso de ese gas que puede producirse debido a una asimilación demasiado lenta del alimento, a una inmadurez del propio sistema digestivo del bebé o incluso a una intolerancia o alergia hacia la leche. Cuando hablamos de una lactancia artificial, la clave para evitar estos dos problemas es elegir una leche adecuada y que nuestro bebé tolere, elegir un buen biberón de flujo lento escapando de la cantidad de oferta que actualmente existe de biberones ‘anti cólicos’ y de ‘flujo lento” que realmente no lo son, y usarlo mediante el método Kassing . Y es que cuabdi hablamos de biberón, la aplicación del método Kassing disminuye en un 80% la cantidad de aire que se filtra al comer”, recomienda el fisioterapeuta.
Cómo ayudarles a expulsarlos: mejores posturas
Como decíamos los bebés son todavía muy inmaduros para saber cómo gestionar y expulsar los gases por lo que cuanta más información dispongamos sobre cómo ayudarles a sacarlos de la manera más fácil y rápida. Pero, ante todo, el fisioterapeuta pediátrico asegura que “la mejor forma de lidiar con los gases es prevenirlos”. ¿Cómo? “Tal y como mencionamos anteriormente, conseguir un buen agarre al pecho o usar un biberón adecuado ayudarán a prevenir la ingesta de éstos. ¡Una vez terminada la toma, siempre debemos emplear de 2 a 4 minutos para que nuestro bebé eche el aire que haya podido ingerir durante la toma. Podemos hacerlo apoyándolo erguido sobre nuestro pecho-hombro, o erguido y sentado sobre nuestro regazo sujetando suavemente la cabeza desde la barbilla”, aconseja.
Para aquellos gases que se encuentren en el abdomen, “algo que nos ayudará mucho será portear tanto dentro como fuera de casa. La postura en el porteo ayuda a mover y evacuar gases y hace que este proceso sea menos doloroso”, asegura.
Por otro lado, otra buena manera de ayudarles a expulsar estos incómodos gases será “dedicar ratitos cortos a lo largo del día a ayudar a mover el contenido del intestino también clave para prevenirlos y que nuestro bebé no llegue a sentirse mal. Esto podemos hacerlo de varias formas: botando sobre una fitball mientras tenemos a nuestro bebé semisentado sobre nuestro regazo, masajeando el abdomen de forma profunda mediante masajes en el sentido de las agujas del reloj, y ¡muy importante! Poniendo a nuestro bebé boca abajo durante bastantes ratos y cortos a lo largo del día”, indica el experto.
De todos modos, esto no son más que recomendaciones generales que pueden servir en una primera instancia, pero no todos los bebés se comportan igual, ni nacen en las mismas circunstancias, “por lo que siempre es adecuado tras el nacimiento una revisión por parte de un/a especialista en neurodesarrollo y lactancia, que puede ayudar y apoyar a cada familia de forma individualizada según las características de su bebé”, concluye el fisioterapeuta pediátrico.