Las primeras etapas de la vida de un bebé son momentos en el que, además de no dejar de mirarle, queremos estimular su aprendizaje y correcto desarrollo. La capacidad de adaptación al entorno que tienen los más pequeños, además de sus habilidades sensoriales, son bastantes altas a una edad muy temprana. De ahí que hablemos de estimulación temprana de los bebés, algo fundamental y que, además, se ha puesto de moda desde que la filosofía Montessori llegó a nuestras vidas.
Pero no es algo que aparezca con ella, sino que siempre se ha intentado, de una manera u otra, potenciar el aprendizaje de los más pequeños con herramientas dispares y, en muchos casos, caseras. Por ello, hemos querido recopilar unas cuantas ideas de juguetes DIY (Do It Yourself) para que fomentar su desarrollo sea fácil y económico. Muchas veces, en los materiales más básicos está la respuesta.
Antes de comenzar, ten en cuenta lo siguiente:
Intenta utilizar texturas variadas, incluyendo aquellas que nos proporcionan olores y sonidos. Cuanto mayor sea la variedad, más tendrá para explorar y estimular su capacidad sensorial.
Asegura siempre las piezas pequeñas; recuerda que los bebés se lo llevan todo a la boca, produciendo asfixia o atragantamiento.
Desinfecta el juguete después de confeccionarlo.
Escoge materiales adecuados, seguros e hipoalergénicos en la medida de lo posible.
No te lo pierdas
Botellas sensoriales variadas
En primer lugar, empezamos mostrando lo que es una botella sensorial y, para ello, hemos cogido prestadas estas que nos encantan de Petit Boum. Es un juguete estupendo para estimular la vista de los más pequeños, pero también ayudarles a relajarse y fomentar su concentración. Para conseguir una de elaboración casera, necesitarás una botella de plástico transparente (intenta que sean libres de metales, BPA y aftalatos, pues los niños pueden llevárselas a la boca) con un tapón que cierre bien. Para rellenarlas, vaselina líquida o agua y elementos decorativos variados para que floten, hasta maíz o semillas (que, además, estimularán su sentido del oído), con botones, pompones y todas las piezas de colores que se te ocurran.
Cuando hayas elegido tus materiales, trata de que ocupen entre un 10% y un 20% del espacio que hay en el interior de la botella. Cuanta más variedad, mejor. Rellena el resto con agua o con vaselina líquida y cierra muy bien la botella.
Un semillero muy concurrido
En esta ocasión, le damos una vuelta a los contenedores sensoriales que hemos visto en las redes sociales y que se suelen realizar sobre una mesa preparada para tal fin. Nos vale con una caja grande de plástico, como las que solemos utilizar para guardar la ropa de una estación a otra o una bandeja con buen fondo. Sobre ella, esparce tu base que, dependiendo de la edad del bebé, puede ser una u otra -arroz previamente teñido, por ejemplo, o maíz en crudo-, y reparte juguetes sobre ella. Dale una cuchara para que pueda ir recogiendo los elementos y llevándolos a un cubo situado justo al lado.
Globos de arena y pompones de lana
Estas dos propuestas quizás sean las más sencillas de hacer y, además, las primeras que puedes ofrecerle a tu bebé, pues su sentido del tacto está muy pendiente de lo que tiene a su alrededor y es fundamental estimularlo.
Para los globos rellenos de arena o harina, necesitaremos globos de agua (son de menor tamaño que los globos normales), harina o cualquier otro relleno que quieras utilizar. Introduce el contenido dentro del globo, buscando no estirarlo demasiado para que pueda moldearse y ciérralos bien. Ya tienes unas pequeñas pelotas antiestrés para tu bebé.
Para los pompones de lana, hay cientos de tutoriales en Internet que te indican cómo hacerlos, pero es tan sencillo como:
Recortar dos circunferencias de cartón y, dentro de cada una de ellas, otra más pequeña, creando una especie de anilla.
Girar y girar la lana elegida hasta cubrir toda la circunferencia y, además, rellenar el círculo interior.
Recortar con una tijera todo el perímetro de la circunferencia, por la propia lana, separando ambos cartones y, antes de tirar de ellos, anudar con otro trozo de cordón.
Retira los cartones y dale forma a tus pompones.
Un bloque de hielo animal
Otra caja sensorial, pero algo distinta y muy veraniega, es esta que te proponemos con hielo. Ahora bien, es recomendable que sea utilizada bajo la supervisión de un adulto. Para hacerla, coloca un molde en el congelador con agua. Si quieres, puedes teñirla con un poco de colorante alimentario. Deposita elementos sobre ella, como pueden ser animales (en la imagen) o cualquier otro tipo de figura decorativa y, cuando esté todo congelado, sácalo y deja que tu bebé juegue con él sobre una bandeja, viendo cómo se deshace y sacando las figuras. Eso sí, deja que se atempere un poco y esté algo derretido, dirigiendo sus manitas, para que no se queme con el frío.
Te recomendamos
Encuentra el color en la naturaleza
Uno de los juegos de estimulación temprana que más gusta a los pequeños son aquellos en los que tienen que encontrar el color acertado para los diversos materiales que se le entregan. En esta ocasión, con un objetivo sostenible, lo hemos hecho con materiales reciclados: una huevera grande y hojas o flores que encontramos en la naturaleza.
Para ello, coge una de las hueveras de cartón que llevas a casa en cada una de tus compras en el supermercado y limpiala bien. Cuando se seque, pinta cada uno de los compartimentos en un color diferente y, para jugar, ofrécele a tu hijo hojas y flores que encontréis para que luego, en casa, tenga que colocarlas en el hueco que más se acerque a su color.
Mini huevos de crochet
Como hemos visto, la lana es uno de los mejores materiales que podemos ofrecerle a nuestros hijos para que comiencen con la estimulación temprana, pues es natural y suave. Para este juguete que te proponemos, necesitarás saber hacer croché. Pero es muy sencillo, porque lo que hay debajo de él es la sorpresa de los huevos de chocolate o, al menos, la cápsula de plástico en las que suelen venir. También puedes utilizarlos, forrándolos de otros materiales o con otras técnicas, pero tienen el tamaño perfecto para las manitas más pequeñas.
Una tortuga de colores variados
Otra de las ideas que hemos pensado, con materiales reciclados, es la de esta tortuga cuyo caparazón es muy colorido y formado por suaves pompones. Para ello necesitarás: una cartulina verde, un poco de cartón, además de un lápiz, tijeras y pegamento, dos rollos de papel higiénico y pompones.
Recorta la figura del cuerpo de la tortuga en la cartulina verde, después de haberla dibujado.
Ahora, recorta el caparazón de la misma en el cartón.
Recorta los rollos de papel higiénico en cuatro anillos iguales. Pega sobre el cuerpo verde de la tortuga el caparazón y, sobre él, los rollos de papel higiénico recortados como en la imagen.
A continuación, dale a tu hijo unos pompones y pídele que rellene cada una de los huecos. Podéis seguir una dinámica o hacerlo de manera libre.
Sonajeros con lazos y mucho más
Seguramente que tu hijo cuente ya con un sonajero, suele ser un regalo muy recurrente para hacer a un bebé. Pero estos que te proponemos son un poco diferentes, porque los haces tú y porque tiene los elementos que más te gustan para su estimulación. Los aros con los que están hechos son de cortina. Una vez los has conseguido, será tu libertad creativa la que disponga los demás elementos: pueden ser lazos, también cascabeles si quieres que suenen o, por ejemplo, unas bolas de Navidad. En esta ocasión, asegúrate de que todo está bien agarrado y firme, para que no se suelte nada.
Alfombras sensoriales en formato mini
Por último, te proponemos hacer una alfombra sensorial pero en formato pequeño, para poder tener varias y guardarlas cómodamente, que no estén siempre estiradas en el suelo. Estas herramientas son muy populares y fomentan el descubrimiento sensorial del niño, gracias a los estímulos que le llegan y que conectan todos sus sentidos.
Para ello, escoge cuadrículas de cartón y, sobre cada una de ellas, pega elementos decorativos que nos ofrezcan diferentes texturas y colores. Por ejemplo, una la puedes llenar de lana bien pegada de diferentes colores, otra con pompones y otra con botones.