El estrabismo aparece en un 3-6% de la población en general, siendo más frecuente en niños. Se trata de una desviación de uno o de los dos ojos que impide que estos estén alineados. El más alineado de ellos se convierte en ojo dominante cuya conexión con el cerebro es correcta, mientras que, en el ojo más afectado, esta conexión es más débil, lo que provoca un mal enfoque. Para hablar con propiedad sobre el estrabismo infantil, hemos preguntado a la doctora Isabel Pascual Camps, Oftalmóloga (@oftalmologalavista). “Llamamos estrabismo a la alteración de la función de los movimientos oculares, que puede tener múltiples causas; muchas veces se asocia a alteraciones en el desarrollo de la visión binocular (con los dos ojos a la vez) y habitualmente se detecta cuando observamos que un ojo se desvía hacia dentro o hacia fuera y ‘no mira recto’, aunque existen también otras manifestaciones menos características”, nos cuenta la doctora.
Son múltiples las causas por las que aparece el estrabismo, “a veces existen problemas de graduación, otras veces enfermedades de los ojos que hacen que se desvíen, pero en muchos casos, existe una falta de coordinación de los movimientos oculares y una falta de desarrollo de la visión con los dos ojos a la vez (visión binocular), que desencadena o perpetúa esa desviación ocular”, explica.
Cómo saber si mi peque tiene estrabismo
Durante los primeros meses de vida de un bebé puede que notes que este desvía uno o los dos ojos en algunas ocasiones, incluso que se mueven de forma independiente. En este caso, se trata de algo totalmente normal y no hay nada por lo que preocuparse. El estrabismo del recién nacido ocurre debido a que sus ojos todavía se están ejercitando, está aprendiendo a controlar los músculos de alrededor de sus ojos y es normal que no enfoque bien con ellos; con el paso de los meses se corrige solo.
Cuando sí debemos alertarnos es cuando notemos en niños más mayores, normalmente a partir de los seis meses en adelante, que sus ojos no están alineados o tienen movimientos dispares. “Algunas cosas en las que nos podemos fijar son, principalmente, observar si el niño desvía algún ojo, es decir ‘no mira recto’ o fijarnos si pone la cabeza en alguna posición especial, sobre todo, cuando quiere fijar la vista en algo, por ejemplo, eleva el mentón o mira de lado. Esos son los dos signos principales que nos pueden hacer sospechar la presencia de un estrabismo”, señala la oftalmóloga.
Lo importante es no ‘dejar pasar’ las cosas, es decir, si sospechamos y vemos algo fuera de lo normal en la visión de nuestros hijos, lo recomendable es “sin duda una revisión oftalmológica para detectar la desviación y sus posibles causas”, dice la experta. “En ocasiones son solo percepciones visuales, sensación de que un ojo se desvía y el niño viene a consulta y descartamos que haya un problema de los movimientos oculares”, explica la doctora.
En cualquier caso, añade que “lo recomendable es seguir los controles pediátricos (entre sus exploraciones, hay algunas básicas de oftalmología que ayudan a detectar estas y otras alteraciones) y acudir a revisión por un oftalmólogo para su detección precoz, así como, descartar otras anomalías de las estructuras oculares . En ocasiones, se trata de estrabismos sutiles que no llaman la atención y si se detectan de forma tardía pueden alterar el desarrollo de la agudeza visual y la visión binocular”, advierte.
¿El estrabismo se puede curar?
Según la causa y las características del estrabismo existen diferentes tratamientos, y estos deben estar siempre personalizados para cada caso ya que, incluso, se pueden llegar a combinar algunos de ellos. La doctora nos indica que, a grandes rasgos, existen cuatro tratamientos:
- Gafas: muchos estrabismos aparecen porque se intenta compensar una alta graduación presente en el niño y al poner las gafas , se corrige la desviación.
- Terapia visual: son unos ejercicios especiales habitualmente llevados a cabo por optometristas especializados que ayudan a mejorar, o incluso, controlar completamente la desviación del ojo y también la visión binocular.
- Medicación: ciertas medicaciones, como la infiltración de toxina botulínica pueden ayudarnos en el control de estas alteraciones.
- Cirugía: en ocasiones, es necesario operar para poder centrar los ojos.
“Con estas opciones terapéuticas conseguimos tratar la mayoría de casos pudiendo llegar a la normalidad completa o parcial de los movimientos oculares y la visión binocular. Pero, todavía existen algunos tipos de estrabismos en los que, pese a múltiples tratamientos, no se consiguen corregir del todo estas alteraciones”, concluye la Dra. Pascual.