utensilios necesarios para hacer blw © AdobeStock

alimentación complementaria

Estas son las herramientas que necesitas para un BLW con éxito

Es una técnica de alimentación complementaria que promueve la autogestión del bebé a la hora de sentarse a la mesa. Sin embargo, necesitará unos cuantos utensilios adaptados.


29 de agosto de 2022 - 12:27 CEST

Para comenzar con la  alimentación complementaria , puedes elegir varios métodos. Desde hacerlo con triturados, guiando la cuchara hasta la boca de tu bebé, hasta elegir los alimentos en sí, presentados en su forma natural y dejar que el pequeño decida qué llevarse a la boca. Este último método  es el que conocemos como Baby Led-Weaning (BLW), cada vez son más los padres que lo intentan con él y, por tanto, se preguntan qué necesitan para llevarlo a cabo. En realidad, la respuesta sería que nada en especial, salvo los alimentos en sí. Y quizás dos cosas:

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  1. Mucha información, para saber si nuestro hijo  está ya preparado para comenzar con la alimentación complementaria , además de tener algunas nociones de primeros auxilios. Aún a pesar de ser un método seguro -muchos estudios demuestran que no hay un mayor número de atragantamientos en este método-, os dará tranquilidad.
  2. Grandes dosis de paciencia, porque habrá días que se lo lleven todo a la boca y otros que no quieran nada más que jugar con la comida y su biberón de leche (que sigue siendo su alimento principal). Además, tendrás que limpiar bastante.

Sin embargo, en la práctica veréis que sí sería recomendable contar con algunos utensilios adaptados a vuestro bebé, sobre todo, para hacerlo todo mucho más sencillo. Así, las herramientas que os recomendamos no son imprescindibles, pero sí recomendables para comenzar con la alimentación complementaria mejor equipados.

© IKEA

Una trona que sea cómoda y fácil de limpiar

Las opciones son tan variadas y dispares, que saber acertar con la trona es algo muy personal. Las hay muy sencillas, pero también evolutivas, que permiten que el bebé vaya cambiando de posición según va creciendo y adquiriendo autonomía. Para realizar BLW, las más recomendadas son aquellas que tienen una zona de soporte en plástico o madera, pero siempre fácil de limpiar (se va a ensuciar mucho) y que, además, tenga los bordes con relieve, para que puedas dejar los alimentos directamente sobre ella. También puedes escoger una que permita que el bebé se apoye sobre la mesa y se integre con la familia. La que aparece en la imagen, por ejemplo, cumple con estos requisitos.

© Liewood

La vajilla básica: un plato con divisiones

Una de las premisas de las que parte el método BLW es el de la presentación de los alimentos en su estado natural, pero también el de ofrecer todos los alimentos al mismo tiempo y en el mismo plato. Sí, la verdura o la proteína van junto al postre. Se trata, como hemos dicho, de que sea el bebé quien guíe su propia alimentación. En este caso, es recomendable contar con un plato que venga dividido en tres, pues te será mucho más fácil saber qué cantidad ofrecer de cada uno de los grupos nutritivos : así, en la parte más grande, pondremos los alimentos que aportan energía, mientras que en las dos partes más pequeñas, los alimentos ricos en hierro y vitaminas. Además, otra recomendación es que sean de silicona o materiales como el bambú, ya que el bebé lo moverá mucho, y que se fije bien con una ventosa a la superficie de la mesa.

© NumNum

Unos cubiertos pequeños y adaptados a sus manos

Aunque los cubiertos son un utensilio que, en los primeros momentos, tu bebé no utilizará (más que nada, porque no sabrá cómo hacerlo), es recomendable ponérselos a mano para que, por iniciativa propia, comiencen a cogerlos. Si nos ven a nosotros, por imitación, querrán ponerse manos a la obra. Para ello, también deben estar adaptados. Hay muchas opciones en el mercado, pero intenta, sobre todo, que su tamaño sea adaptado y su peso ligero. Las pre-cucharas, como las de la imagen, no son unos cubiertos al uso, pero sí que se adaptan a la manera de comer de los más pequeños de una manera perfecta . ¿Por qué? Porque los niños están acostumbrados a darle la vuelta a la cuchara antes de meterla en la boca, por lo que unos cubiertos con ambas caras iguales se lo harán mucho más fácil.

© Tutete

Un cuenco para los triturados

Este método de alimentación complementaria no niega, ni mucho menos, la introducción de triturados o alimentos en compota o papilla. Todo lo contrario, anima a las familias a que los niños acaben por acostumbrarse a los menús que se preparan en la familia. Si hay una crema de verduras, ellos deben comerla también. Por eso, el plato que hemos presentado quizás se nos queda un poco corto, con lo que contar con un cuenco, con las mismas características, puede ser una buena idea para, por ejemplo, un porridge de avena .

© BabyBjörn

Un babero que recoja los alimentos

Dependiendo de si has sido una madre que le ha ofrecido lactancia materna a tu bebé o, por el contrario, lactancia mixta o artificial, estarás más o menos familiarizada con el uso de un babero. Aunque los expertos en este método de alimentación aseguran que lo mejor es sentar a tu hijo en la trona desprovisto de ropa, a veces, la temperatura no lo permitirá. Por eso, cubrirle con un babero puede ayudarte a evitar grandes manchas, sobre todo, según vaya teniendo más dominio en la coordinación de los dedos y las manos. Si nos tenemos que quedar con alguno, elegimos este con sistema de recogida de alimentos al final. Además, busca que el cierre sea ajustable y seguro, el material cómodo pero impermeable. Así, no tendrás que lavarlo y esperar que se seque, basta con un poco de agua y jabón y lo tendrás listo para la siguiente comida.

© Twistshake

Un babero-camiseta para los primeros días

Por otro lado, puede ser que el babero que te hemos mencionado se te quede algo corto, sobre todo, si has comenzado con la alimentación complementaria hace apenas unos días. ¿Por qué? Porque tu bebé pone la comida en todos los lugares que se le ocurren, menos en la boca, desde la cabeza hasta el ombligo. Por eso, han comenzado a salir estos baberos que son, en realidad, camisetas fabricadas en PVC y que te permiten cubrir por completo a tu hijo. Después, se lo retiras por las mangas (suelen venir con una abertura por la espalda, porque hasta ahí, seguramente, aún no lleguen) y a lavar en el fregadero. Eso sí, ajusta bien la abertura del cuello, si no, no tendrás nada que hacer.

© Done by Deer

Su primer vaso para el agua

Otra de las recomendaciones que nos hacen los pediatras en cuanto a alimentación complementaria, es que los bebés tengan agua siempre a su alcance, no solo cuando come, sino durante todo el día. Ellos podrán regular su hidratación pidiendo que les acerques su propio vaso, pues si tienen uno, sabrán identificarlo. Y es que, el agua, se puede introducir a partir de los seis meses de edad . Lo mejor es comprar uno que tenga dos asas y una boquilla, para que poco a poco aprendan a beber por sí mismos. De nuevo, la silicona se convierte en un buen material, por su ligereza.

© Béaba

Recipientes para llevar contigo la comida

Aunque la mayoría de los días la alimentación de tu bebé sea en casa, nunca sabes cuando tendrás que ofrecérsela fuera de ella. Puedes salir a comer a un restaurante y no estar preocupada por lo que come o deja de comer tu bebé si ya lo llevas preparado. Para ello, hazte con unos cuantos recipientes con tapa de cierre hermético en el que puedas transportar esos pequeños alimentos que tu bebé comerá. Ahora, intenta que su abertura sea lo más ancha posible, si quieres que tu hijo coja los alimentos directamente del recipiente, si no, les puede resultar difícil. Y una cosa más, que se puedan meter en el microondas, frigorífico y congelador.

© InnovaGoods

Una vaporera para cocinar la comida de tu bebé

Por último, aunque no es un utensilio destinado al bebé, sí que es importante que lo tengas en mente. Esta metodología de alimentación necesita, según los expertos, que la cocción de los alimentos sea la mínima posible, pero que alcance el punto de textura con la que el bebé no se atragante (esa que, al presionar el alimento con la lengua contra tu paladar, se deshaga). Además, es mejor cocinar con poca agua, para conservar todos los nutrientes. Por eso, la cocción al vapor es la más recomendada. Para ello, una vaporera para microondas, doble y pequeña, te facilitará mucho la tarea, que ya tendrás que dedicarle bastante tiempo a sentar con tu hijo en la mesa.