¡Enhorabuena! Si estás leyendo esto es porque seguramente ya has superado la etapa de la alimentación complementaria con tu peque. Los inicios quizás fueron algo complicados e inciertos por todas las dudas que genera el comenzar a introducir alimentos a tu bebé, pero con el paso de los meses, todo va siendo más fácil. Sea el método que sea por el que optaste, Baby Led Weaning (BLW) o triturados, tu bebé ha llegado a los 12 meses y es a partir de esta edad cuando comenzará a tener unas necesidades nutricionales distintas. ¿Por qué ocurre esto? “A partir de los 12 meses la velocidad de crecimiento disminuye, lo que produce un pequeño descenso en las necesidades nutricionales y, por consiguiente, una baja fisiológica en el apetito. Por eso es esperado que veamos que los niños tienen menos ganas de comer o se interesan mayoritariamente por la marcha o algunos juegos antes que por la comida”, nos explica la nutricionista infantil, Fernanda Faundez.
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¿Qué comenzar a comer a partir de 1 año?
La leche había sido hasta entonces la base de su alimentación, ya sea materna o de fórmula, pero a partir del año de vida, el pequeño necesitará consumir otros tipos de alimentos (aunque seguramente muchos ya los consumía) y aumentar la variedad de estos. Asimismo, cabe destacar que a partir de esta edad se puede comenzar a ofrecer leche de vaca y recordar que la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda seguir ofreciendo la leche materna como primera opción hasta los 2 años, siempre que la mamá y el bebé así lo deseen. “ Verduras , frutas, semillas y granos, legumbres y carnes, huevos y pescado… teniendo en cuenta que aún a los 12 meses se recomienda evitar los alimentos procesados y adicionar sal (de 1 a 3 años se recomienda 2 g/día (0,8 g de sodio) o azúcar en sus comidas. Además, a partir del año de vida las necesidades de hierro disminuyen levemente, dejando de ser necesaria la suplementacion en caso que el bebé se alimentara con lactancia materna, y este requerimiento es cubierto a través de la dieta, con alimentos como cereales fortificados, algunas legumbres y carnes”, añade la experta.
En realidad, estos alimentos ya los ofrecíamos al inicio de la alimentación complementaria, pero ahora se presentarán más parecidos a cómo los come un adulto (siempre con cortes adaptados a su edad). Además, la nutricionista infantil nos dice que esto es posible debido a “la erupción dentaria y la madurez de las funciones bucales que se produce a partir de 1 año de vida, ya que permiten que los niños estén en condiciones de recibir alimentos más enteros. Recordemos que, actualmente existen dos métodos de inicio de alimentación complementaria: tradicional o papillas y BLW, pero cualquiera que sea el método que hayas seleccionado, debemos ofrecer nuevos desafíos en términos de formas y consistencia de los alimentos”, aconseja.
Otras de las grandes preguntas que se hacen los padres a partir de que el niño cumple un añito es: ¿cómo deben ser las raciones?, ¿debo ofrecerle más comida?, ¿cuántas veces al día debería comer? La experta nos responde: “Las porciones por tiempo de comida deben ser en relación al tamaño del estómago del niño, el cual, a los 12 meses, es aproximadamente del puño de su propia mano. Entregar porciones adecuadas les permite evitar el sobreconsumo de alimentos y regular más fácilmente sus señales de hambre y saciedad”, asegura. Mientras que la rutina de alimentación de los peques a los 12 meses “debería considerar 3 comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) más 1 o 2 colaciones pequeñas que pueden ser, por ejemplo, una fruta o una porción de lácteo”, recomienda la nutricionista. Los expertos recomiendan que en general su menú diario debería estar compuesto de: unos 25 a 30 gr/día de proteínas, 100 a 160 gr/día de hidratos de carbono y 35 a 45 gr/día de grasas.
Consejos para papás: cómo hacer esta transición
A continuación, la experta en nutrición infantil nos da una serie de consejos que son básicos para comenzar a introducir alimentos en la dieta de tu bebé a partir de los 12 meses, toma nota de todo:
- Los niños y las niñas necesitan rutinas claras para poder reducir el estrés y la ansiedad en los cambios de actividad, por lo que es útil apoyarse en recursos visuales como imagenes o pictogramas para organizar el día y que tengamos definidos, al igual que con otras tareas, los momentos de alimentación de la jornada.
- Evita el uso de distractores como televisión, juguetes o móvil en el momento de la alimentación. Los seres humanos necesitamos poner atención plena al momento de comer para que nuestro cerebro reconozca esta acción y logremos conectar con nuestras señales de hambre/saciedad.
- ¡No pierdas la calma! Habrá días en que tu hijo/a tendrá menos apetito, y mientras su estado nutricional se mantenga saludable estará siendo fisiológico.
- Como tendrá posiblemente menos interés en los alimentos, tendrás ganas de hacer un Art Attack en tus platos para tentarlo, pero ¿podrás hacer eso durante meses? Mejor motívalo a comer sentándote junto a él o cambiando de espacios donde cenamos, por ejemplo, la terraza de casa o el parque.
- La importancia está en la calidad de los alimentos que consume más que en la cantidad de estos, por lo que selecciona muy bien lo que le vas a ofrecer.
- Incorpora agua fresca entre comidas, esto será de estímulo para la alimentación y le ayudará a tener una adecuada digestión.
- Evita los picoteos entre comidas, estos pueden afectar en el apetito de las comidas centrales.
- Recuerda enseñar con el ejemplo, si queremos que coma vegetales, debemos partir por comerlos nosotros.
- Y, por último, no olvides que la alimentación al igual que caminar, hablar o pintar es un proceso de aprendizaje que requiere nuestro acompañamiento, paciencia y amor.