Pies y piernas hinchadas en el posparto, ¿por qué pasa esto?

Si ya has pasado por un parto, ya  sea natural o por cesárea , sabrás de lo que estamos hablando. Los pies y piernas hinchadas tras dar a luz son uno de los síntomas más frecuentes en el posparto. Lo cierto es que, al principio, puede incluso asustar el tamaño que llegan a adquirir la zona de los tobillos, pies, piernas… Algo muy similar a lo que ocurre las  últimas semanas de embarazo , pero, ¿por qué esto se repite en el postparto? El doctor Dr. Juan Modesto Caballero, Ginecólogo en el Sistema Cántabro de Salud y Miembro fundador del proyecto docente www.aulaginecologia.com: “Durante el tercer trimestre del embarazo se producen una serie de cambios en la madre, destinados a mejorar el aporte de nutrientes al feto. Algunos de estos cambios son el aumento de la tensión arterial y la vasodilatación”.

Y añade: “Debido a estos dos mecanismos principalmente, pueden aparecer edemas durante los últimos meses de embarazo. Estos edemas, (acumulación de líquido), son más llamativos en las piernas y en los pies debido puramente al efecto de la gravedad, al ser estas las zonas más declives. Parece lógico esperar que, una vez se produce el parto, todo vuelva a la normalidad. Y, efectivamente, esto es así en la mayoría de los casos. Sin embargo, este retorno a la normalidad no es siempre inmediato. De hecho, la vasodilatación y el aumento de la tensión arterial pueden no sólo mejorar, sino empeorar en los primeros días tras el parto, aumentando por ello los edemas”.

¿Por qué estos síntomas de hinchazón empeoran con las cesáreas?

Según nos explica el doctor, la musculatura de las piernas de la mujer funciona como una ‘bomba natural’ que impulsa el líquido desde estas hacia el resto del organismo. Tras  una cesárea  “lo habitual es que la madre se mueva menos que tras un parto vaginal, al menos las primeras horas, reduciendo el efecto beneficioso del movimiento. Además, en la cesárea, como en todas las cirugías importantes, se administra líquido por vía intravenosa, sobre todo, para ‘adelantarnos’ a la pérdida sangre durante la operación. Este ‘exceso’ de líquido puede favorecer la aparición de edemas en las primeras horas”.

Otro de los factores que puede empeorar dicha hinchazón es la época del año ya, en este caso,  el verano favorece la aparición de edemas debido a que “el calor produce vasodilatación y, por lo tanto, retención de líquido”, asegura del Dr. Modesto.

Lo más importante es entender que esta hinchazón se trata de un proceso natural que el cuerpo sufre, que no conlleva mayor gravedad y que mejorará pocos días después del parto. No obstante, existen algunas medidas a tomar para mejorar los síntomas que son “puramente físicas”, nos explica el doctor, entre las cuales están:

• Poner las piernas en alto con relativa frecuencia
• Realizar actividad física (moderada como paseos diarios, por ejemplo)
• Aplicar frío local

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¿Qué hacer en caso de que la hinchazón persista?

Sin embargo, si pasan los días y vemos que la hinchazón persiste debemos acudir al ginécologo para que valore la situación, puesto que “los edemas en las piernas no son siempre fisiológicos y pueden suponer un signo que algo no va bien. Por ello es conveniente conocer las señales de alarma que deben hacernos sospechar que la situación deja de ser normal”, indica el Dr. Modesto y nos enumera las posibles situaciones:

• Persistencia de los edemas. Lo habitual es que los edemas hayan desaparecido o, al menos mejorado considerablemente, a las dos semanas del parto.
• Asimetría. Si una pierna está mucho más hinchada que la otra, se debe consultar con un médico.
• Dolor. Los edemas en las piernas pueden molestar, pero no es habitual que duelan.
• Frío o calor. Si una de las dos piernas está claramente más fría o más caliente que la otra debemos pensar que algo no va bien. El calor puede indicar una infección y el frío una alteración en el flujo sanguíneo.
• Hipertensión. Si los edemas en las piernas son muy llamativos, puede ser una buena idea tomarnos la tensión, ya sea en casa, en la farmacia o en el centro de salud. Si la tensión está elevada, (más de 140/90 en reposo, repetido en dos tomas), debemos  acudir a urgencias  para descartar una preeclampsia. Esta enfermedad podría debutar en el postparto, aunque la tensión haya sido normal en el embarazo.