“La embriodonación es una técnica que permite conseguir el embarazo en pacientes o parejas que, por distintas circunstancias, necesitan la donación (en el caso de los gametos óvulo y espermatozoide, en cuyo caso es la ovodonación) de embriones ya fecundados”, nos explica el Doctor Manuel Muñoz, Director Médico de IVI Alicante. Según nos continúa contando el doctor, estos embriones proceden de pacientes o parejas que, “habiendo conseguido sus embarazos mediante técnicas de reproducción asistida , tienen embriones sobrantes que ceden a otras parejas que lo necesitan”.
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Hay que recordar que la embriodonación es un procedimiento totalmente legal y perfectamente regulado en nuestro país por la Ley Española de Reproducción Asistida, y dichas donaciones tienen como principales características ser anónimas y altruistas, es decir, la regulación asegura que los pacientes receptores de los embriones no conozcan la identidad de la pareja que los dona, ni viceversa. Además, “para que unos embriones puedan ser donados deben cumplir una serie de requisitos, que son los mismos que se exigen a los candidatos donantes, tanto de óvulos como de espermatozoides. Por tanto, la clínica en la que están congelados estos embriones debe garantizar que cumplen esos requisitos para poder proceder a su donación”, asegura el doctor.
“En los últimos 5 años en nuestras clínicas IVI en España, hemos realizado una media de 400 tratamientos al año con embriones donados”, señala el Dr. Muñoz. Una técnica de la que también conviene saber que, según la ley, solo permite un máximo de tres embriones por ciclo en cada mujer.
En qué casos se recomienda la embriodonación
Cuando una pareja se plantea ser padres inician un camino que para muchos conlleva demasiados obstáculos para conseguirlo de forma natural, por lo que se plantean acudir a las clínicas de reproducción para someterse a algún tratamiento de fertilidad . Pero, realizarse una inseminación artificial o una fecundación in vitro no es sinónimo de conseguir el embarazo a la primera, incluso, hay parejas que nunca lo consiguen, pero para estos casos existen otras posibilidades como es la embriodonación. Asimismo, este tratamiento puede ser una solución para aquellas mujeres que deseen ser madres solteras y es que, según el doctor: “La embriodonación es un recurso frecuentemente utilizado por mujeres que buscan la maternidad en solitario (sin pareja masculina), y que tampoco tienen posibilidades de poder conseguir el embarazo con óvulos propios, bien por razones de edad (habiendo disminuido o desaparecido la capacidad de respuesta de los ovarios a un tratamiento) o bien, por cualquier otro motivo médico que haya hecho desaparecer la reserva ovárica. Este tratamiento también puede ser utilizado por parejas que necesitarían una doble donación, tanto de óvulos como de espermatozoides. En este caso contarían con los embriones previamente generados y puestos a su disposición por otras pacientes o parejas”.
La embriodonación, la esperanza para ser padres
El primer paso para que una embriodonación se lleve a cabo sería la vitrificación de los embriones de la pareja donante que se realiza mediante un proceso de congelación ultrarrápida en nitrógeno líquido, en el cual se conservan en el mismo estado y mismas condiciones con las que se congelan. Por su parte, los requisitos para que una mujer pueda ser donante deben ser:
- Que la mujer sea menor de 35 años.
- Que no haya antecedentes familiares con riesgos genéticos ni de la mujer, con riesgos infecciosos.
Pero, ¿cómo comienza el proceso? En primer lugar, con una selección de embriones en función de la similitud de los fenotipos de la pareja que dona y la pareja o mujer receptora. Para saber cómo es el tratamiento propiamente dicho, el doctor nos explica que “consiste en realizar la transferencia del embrión seleccionado en el útero, en el momento en el que el mismo está preparado para recibirlo. Si la paciente tiene reglas regulares se puede utilizar su ciclo natural, pero también existe el recurso de utilizar medicación para preparar el endometrio, es decir, la mucosa que recubre la cavidad uterina y donde el embrión debe implantar, si es que la paciente no tiene ciclos regulares o incluso si tiene ausencia de los mismos (ha entrado en el período de menopausia)”.
Este proceso también puede conllevar la atención psicológica para los receptores de los embriones ya que estamos hablando de que son parejas que han debido aceptar que no podrán tener hijos por sí mismos, un proceso que también conlleva su duelo y, por tanto, asumirlo y aceptarlo no es fácil, pero se logra superar. Lo que sí es cierto, es que, la medicina moderna, hoy en día, permite que muchas parejas puedan lograr el sueño de ser padres con tratamientos como la embriodonación, pero también sobre todo, esto es posible gracias a la acción desinteresada de otras parejas.