“Los estudios demuestran que, por encima de los 35°C, disminuye el número de espermatozoides y se deteriora la calidad del semen ”, nos explica el Dr. Vicente Badajoz, director del laboratorio de la Clínica Ginefiv, expertos en fertilidad y reproducción asistida. Por ello, una exposición alargada en el tiempo o continua a altas temperaturas puede afectar (y de hecho afecta) a la fertilidad masculina . Pero, ¿cuál es la causa de que esto se produzca? ¿El calor tiene los mismos efectos sobre los hombres que sobre las mujeres? Para responder a estas preguntas y saber hasta qué punto deberíamos preocuparnos o tener en cuenta que, con mucho calor, la gestación podría ser un poco más difícil de producirse, hemos hablado con él.
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Así afecta el calor excesivo a la fertilidad masculina
El calor, como nos explica el doctor, “favorece la fragmentación del ADN de los espermatozoides, que es un parámetro asociado a la capacidad que tiene el esperma de fecundar un óvulo y que, además, se vincula a un posible aumento del riesgo de abortos ”. Para explicar el por qué, debemos partir de la base, nos dice el experto, “de que los testículos se sitúan fuera del cuerpo, no como en el caso de los ovarios, y tiene una razón muy concreta: necesitan estar a una temperatura específica”. Es decir, no valen los 36,5°C que, por lo general, se atribuye a la temperatura corporal media. Este es el motivo principal por el que los testículos son extracorpóreos.
Y es que, nos comenta el doctor, “en aquellos individuos en que los espermatozoides han estado demasiado tiempo o más del tiempo normal dentro de la cavidad abdominal -como puede ser en el caso de los conocidos testículos en ascensor o una criptorquidia prolongada durante la pubertad (descenso incompleto de uno o ambos testículos)-, se ve mermada, muy seriamente, su producción espermática y, por lo tanto, su capacidad reproductiva”. Así, una elevación de temperatura o un pico de calor se va a traducir, en este caso, en una menor producción de espermatozoides y una peor movilidad de los mismos, además de cambios morfológicos en ellos o, incluso, en su ADN.
¿El calor del verano puede afectar a la capacidad reproductiva del hombre?
Si le preguntamos a nuestro experto en relación al calor que estamos sufriendo este verano y si podemos considerarlo como un pico de larga duración que podría afectar a la calidad del semen de los hombres, la respuesta es que “probablemente sí”. Y matiza, “digo probablemente, porque, al final, tienes que contrastar esa disminución de la calidad espermática de la que hablamos con el pico de temperatura concreto”. Algo que sí pueden realizar con aquellos pacientes que incluyen a la clínica, por ejemplo, los donantes de esperma, pero que no pueden hacer con el resto de hombres que presentan problemas de fertilidad.
En los pacientes que acuden a un laboratorio de fertilidad o están sometidos a un procedimiento de Fecundación in Vitro (FIV) es más sencillo, comprobándose “menores tasas de fecundación, peor calidad embrionaria, además de mayores tasas en abortos o no gestaciones”. Pero la complejidad de dar con un método “es contrastar estos resultados que tenemos con los pacientes, digamos, de la calle”.
Además, no vale con realizar la comprobación un día, sino que las consecuencias de la elevación de la temperatura duran en torno a los 75 días, por lo que tendría que existir un “valor previo de calidad seminal, después un seguimiento seriado y semanal, comprobando la producción posteriormente”. Si fuese fácil, nos dice, “existirían protocolos concretos cuando tenemos estos picos de altas temperaturas”, y no es así.
A pesar de ello, los espermatozoides tienen la capacidad de regenerarse cada tres meses. Por ello, es recomendable vigilar las altas temperaturas, sobre todo, si se está intentando tener hijos, porque puede ser muy frustrante para la pareja no conseguir el embarazo. Habría que evitar, por ejemplo, exposiciones prolongadas en una sauna o realizar trabajos bajo el sol a altas temperaturas o sin aire acondicionado durante demasiado tiempo, pero también mantener unos hábitos saludables, evitando sustancias tóxicas y comiendo bien.
Hombres y mujeres, ¿igualmente afectados?
En este caso, el ovocito, que es el gameto femenino, es muy sensible a las variaciones de temperatura. Por ello, nos explica el doctor, “cuando trabajamos con él en alguno de nuestros tratamientos, intentamos que la temperatura sea constante en absolutamente toda la manipulación”. Sin embargo, la principal diferencia con el espermatozoide es el lugar en el que se aloja el ovocito, que no es otro que el ovario, una cavidad interna de la mujer. Por ello, las subidas y bajadas de temperatura, nos dice el doctor, “son mucho más infrecuentes que en el caso de los hombres, salvo en casos extremos, por ejemplo, de un golpe de calor, pero, en este momento, peligra incluso la vida de la paciente”.
Por último, nos dice, aún a pesar de las altas temperaturas, “el verano sigue siendo un momento idóneo para la reproducción”. Ya no porque lo es para muchas especies de animales, que deciden reproducirse en primavera y verano, porque adquieren más alimentos de cara al otoño e invierno, asegurando su supervivencia, sino porque, “en el caso de los seres humanos (que tenemos alimentos todo el año y las condiciones ambientales nos afectan menos), durante el verano y la primavera, estamos muchos más receptivos a las relaciones sexuales”.