La educación integral de los niños cada vez es algo más extendido y, con ello, la realización de actividades extraescolares con la finalidad de lograr facilitar la incorporación del pequeño a la vida adulta.
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Entre otros beneficios les ayudan a despertar su interés por su futuro profesional, a desarrollar su creatividad , su socialización, el trabajo en equipo… Pero, ¿cómo podemos saber cuáles son las más indicadas para nuestros hijos?
“Lo ideal es basarnos en los gustos y preferencias de los menores, ya que esto hará que estén involucrados en la actividad. Los niños ya van a la escuela las horas necesarias. Estas actividades ayudan a complementar su currículum y a potenciar aquellos aspectos que en el ámbito escolar están menos presentes, como, por ejemplo, estudios de música o actividades deportivas. En muchas ocasiones, caemos en el error de escoger actividades por frustraciones propias. Es decir, le quiero apuntar a clases de piano porque yo de pequeña nunca las tuve y creo que es una gran oportunidad. Debemos presentarles todas las opciones y de forma consensuada escoger aquellas que a toda la familia nos satisfaga”, recomienda la profesora Eva Soto, de CEAC y Deusto Salud, área Educación & Psicología en CEAC y área Desarrollo personal & profesional en Deusto Salud.
Pero tan bueno es que las realicen como respetar la opción de que no quieran hacer nada más fuera de su horario escolar. “Lo principal y primordial es que nuestros hijos e hijas estén bien atendidos. No es imprescindible hacer extraescolares y no tenemos por qué sentirnos mal si no queremos llevarlos o si nuestros hijos e hijas verbalizan que no quieren hacerlas. Como el nombre lo indica son actividades fuera del horario lectivo y escolar. Lo complementan, pero en no es obligado ni imprescindible. Dicho esto, debemos analizar cada menor de forma aislada. En muchas ocasiones, veremos que realizar actividades extraescolares puede ser muy beneficioso para ellos. Por ejemplo, en casos de menores que tengan problemas para socializarse, podemos encontrar actividades de equipo que pueden favorecer este aspecto”, sugiere la experta.
Medita las razones a la hora de elegir
Son varias las razones por las que los padres deciden apuntar a sus hijos a actividades extraescolares, en cualquier caso, y según asegura la experta, la decisión siempre debe ser algo consensuado en la familia, ya que es importante que ese tiempo ayude a mantener un equilibrio y no a la inversa. “Hay muchos motivos y muy diversos por los que se escogen las actividades extraescolares. Uno muy habitual es la falta de conciliación parental que nos obliga a aumentar las horas de actividades del menor para que los padres o tutores puedan trabajar. Pero también puede ser para facilitar la logística familiar con el resto de hermanos o, por decisión propia del menor que solicita hacer una actividad concreta”, especifica.
Añadir responsabilidades al núcleo familiar apuntando al niño a actividades extraescolares solo por ‘pasar el rato’, es un error que puede suponer la aparición de otros problemas: que los horarios sean muy ajustados con la salida de los padres del trabajo, que no nos de tiempo de llevar al niño de una actividad a otra, que le quite tiempo para hacer los deberes cuando necesita prestar más atención en alguna materia… Por eso, debemos pararnos a pensar si apuntarle a determinadas actividades extraescolares va a conllevar más inconvenientes que soluciones. Estas situaciones “generarán más estrés y ansiedad y justamente es lo que deberíamos minimizar”, afirma la educadora. ¡Medita bien a qué quieres apuntarle antes de tomar decisiones!
¿A qué edad es recomendable comenzar con actividades extraescolares?
Apuntar al niño a numerosas actividades extraescolares porque así creemos que es mucho mejor para su desarrollo o aprendizaje, pero que luego su rendimiento escolar sea bajo porque no tiene tiempo de estudiar, se agobia o está muy cansado cuando llega a casa es contraproducente, así que lo mejor es invertir en que su tiempo de aprendizaje fuera del aula sea de calidad.
Para ello, como decíamos, debemos elegir bien el tipo de actividad que el niño va a hacer y, sobre todo, decidir a nivel familiar, y siempre consensuado con el pequeño. ¿Qué queremos conseguir durante ese tiempo?, ¿que el pequeño se distraiga y se entretenga?, ¿que gane destreza en alguna materia?, ¿que refuerce conocimientos o que realice una mayor actividad física? ¡La decisión es muy personal!
Según nos dice la experta, “no hay un número de actividades extraescolares recomendable para todos, ya que se debe valorar las características propias de cada menor. Yo, personalmente, no soy partidaria de las extraescolares antes del segundo curso de infantil y prefiero iniciarlas en la escuela primaria. Pero, es una cuestión personal. Considero que ya pasan mucho tiempo en el centro escolar y lo mejor para ellos es que puedan disfrutar del componente pedagógico de jugar en casa con sus familiares”, recomienda la educadora.
Lo cierto es que la realidad laboral de muchas familias impide que esto sea posible siempre, por lo tanto, la experta aconseja “empezar si se puede a partir del segundo curso de infantil con una actividad extraescolar e ir aumentando en función de las características personales de cada menor. Siempre teniendo en cuenta sus gustos, preferencias y las dinámicas familiares, para favorecer así el clima positivo y la adherencia del menor a dicha actividad”.