Se acerca el verano y, con él, una de las opciones de ocio favorita para todo niño: ir a la piscina. Nadar, tirarse a bomba, jugar con los amigos… horas y horas de diversión y entretenimiento para los más pequeños (que por algo llevan todo el año esperando). Pero, las largas horas a remojo y los juegos que conllevan que los niños pasen tanto tiempo dentro del agua, se agarren del bordillo una y otra vez, o lo pisen con frecuencia para tirarse a la piscina pueden hacer estragos en su piel.
La dermatitis palmar juvenil o conocida más comúnmente por pulpitis de las piscinas es típica del verano y, normalmente, la sufren los niños debido a todo el tiempo que pasan jugando en la piscina. Se presenta en forma de manchas rojas en las palmas de las manos, y también pueden aparecer en las plantas de los pies. “La pulpitis de las piscinas o dactilitis es una dermatitis irritativa de contacto provocada por el roce constante de la piel húmeda de las manos con superficies rugosas de las piscinas. Los baños prolongados y el constante subir y bajar del bordillo áspero de la piscina causan una fricción y una secundaria irritación epidérmica, que se inflama y llega a provocar dolor”, nos explica el Dr. Francisco Recio Valcarce, pediatra de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid y divulgador en pediatría en su cuenta de Instagram @frpediatria.
“Es más frecuente en niños pequeños que en adolescentes porque los primeros suelen pasar más tiempo jugando dentro de la piscina. Se relaciona con pieles con tendencia atópica y, sin embargo, no se ha relacionado con los productos químicos habituales del agua de piscina”, aclara además el doctor.
¿Cómo son las lesiones típicas de las pulpitis?
Las lesiones se suelen presentar en las manos, y también en las plantas de los pies, aunque esto ocurre de forma menos frecuente. Dichas lesiones suelen ser manchas rojas o de color violáceo brillante, y las pulpitis también puede provocar ampollas, aunque esto pasa en raras ocasiones. Normalmente no suelen causar ningún dolor, pero sí pueden aparecer molestias en aquellos casos que tengan una mayor irritación en sus manos o pies provocando picor o escozor. “El signo más característico es el enrojecimiento selectivo y simétrico de las yemas de los dedos conocidas como pulpejos. Ocasionalmente, puede extenderse a otras zonas más proximales del dedo y de la palma de las manos. Se produce de forma característica en las manos, siendo menos frecuente encontrarlo en los pies”, nos detalla el pediatra.
¿Qué hacer si mi hijo tiene pulpitis?: evitar los baños prolongados y el roce con el bordillo de la piscina
Antes de nada, debemos descartar que se trate de otra patología más molesta como puede ser una dermatitis, sobre todo, si el niño tiene tendencia atópica. Pero, en cualquier caso, los expertos nos aseguran que no debemos asustarnos porque “se trata de una patología leve y autolimitada que suele desaparecer sin tratamiento. Lo más importante es cesar las actividades en la piscina hasta que las lesiones mejoren. En caso de presentar alguna molestia se pueden aplicar cremas hidratantes una o dos veces al día”, sugiere el Dr. Recio.
Aunque quizás el mayor reto que se te presentará como padre será el de mantener a tu hijo alejado, el mayor tiempo posible, de la piscina porque esa es la única manera de que las lesiones mejoren y se curen. Pero, ¡no te asustes! porque no hace falta suprimir por completo los baños de los niños. Lo que sí es recomendable “para prevenir estas lesiones es evitar que los baños de los pequeños sean prolongados y que jueguen también fuera del agua, para así evitar el roce continuo así como el contacto con el bordillo de la piscina. Si limitamos el tiempo de fricción, reducimos el riesgo de que aparezcan estas lesiones”, asegura el doctor.
Si vemos que las manchas empeoran o no desaparecen entonces será cuando debamos alertarnos y llevar al niño al pediatra para su valoración. El Dr. Recio recomienda que “si las molestias son muy intensas o las lesiones están muy inflamadas es recomendable acudir al pediatra para valorar asociar una crema con corticoides. Es muy raro que ocurra, pero si aparecen ampollas, también sería recomendable acudir para ser valorado por un médico”.