Las vacaciones suponen un tiempo de libertad y de disfrute en familia que pequeños y mayores echan mucho de menos cuando vuelven a las obligaciones del curso. Todas esas rutinas que han de ir adoptándose cuando se inicia el colegio se pueden ir emprendiendo poco a poco para que no les suponga un choque muy intenso.
Para saber cómo hacerlo le hemos preguntado a José Ramón Azcona, psicólogo y responsable del Grupo ‘Psicología Educativa’ de la Delegación de Cádiz del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental (COP-AO).
¿Sufren los niños el denominado síndrome post-vacacional?
No solo los adultos se sienten fuera de lugar cuando tienen que volver al trabajo tras las vacaciones. Para los niños, el inicio del curso escolar puede suponer un periodo de adaptación difícil. Así, tal como comenta el experto, podrían presentar síntomas físicos, fatiga, falta de apetito, vómitos o diarrea y alteraciones del sueño. Pero la cosa no queda ahí, pues igualmente hay manifestaciones emocionales, como “irritabilidad, llanto, tristeza o episodios de angustia”.
Todo ello puede hacer que el niño rechace ir al colegio o en los primeros días o semanas muestre alteraciones de conducta o falta de concentración en clase. No obstante, habitualmente no es preocupante, pues “los efectos suelen durar pocos días y se van desvaneciendo a medida que se entra en la rutina escolar”, destaca José Ramón Azcona.
¿Cómo retomar los hábitos del colegio?
La vuelta al cole debería planificarse, al menos, una semana antes del inicio de las clases. Estas son las recomendaciones del psicólogo para que la readapatación a las rutinas escolares sea un éxito.
Vuelta a los horarios habituales
“Podemos ir retomando gradualmente las rutinas de sueño, horarios de comidas, baños, un desayuno lo más parecido al que hacen durante el curso y ayudarles a preparar el material escolar, los libros o la ropa”, aconseja el especialista. “El cuerpo necesita varios días de repetición de un horario para acostumbrarse y conseguir que las horas de sueño sean más reparadoras y de mayor calidad”, subraya.
Asumir responsabilidades
Además, también puede ayudar dejarles que asuman responsabilidades de forma progresiva: la introducción de pequeñas tareas y objetivos es bueno para “ir adaptando la mente a las responsabilidades que esperan a la vuelta del descanso”, explica José Ramón Azcona. Juegos de matemáticas, cartas, lectura, pasatiempos o pintura son entretenimientos que estimulan su capacidad cognitiva y los sitúan en una mejor situación para la vuelta al cole.
Organizar un calendario
Antes de comenzar el curso puede venirles muy bien tener “un calendario de pared, o uno grande en el escritorio, un tablón de anuncios y/o una agenda personal para poder anotar las fechas relevantes, como entrega de las tareas escolares, los exámenes, las actividades extraescolares, los ensayos, cumpleaños de amigos...”.
Ayudarlos y estar presentes
“Los primeros días es conveniente ayudar, sobre todo a los pequeños, a organizar lo que se tienen que llevar la noche anterior para crearles una rutina de organización y responsabilidad, sintiéndose arropados por los adultos”, comenta el experto. Así, es bueno intentar estar presente después de la jornada escolar, “o en su defecto organizar actividades juntos después por la tarde-noche”, insiste el responsable del Grupo ‘Psicología Educativa’ de la Delegación de Cádiz del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental.
¿Cómo ayudarlos para empezar el cole con más energía?
Habrá niños que estén deseando volver al colegio, pero para otros será más complicado, por falta de motivación, aunque, para que todo vaya bien, el experto insiste en la importancia de “generar esa carga de ilusión para el arranque del nuevo curso”. En todos los casos, es conveniente planificar, junto a los hijos, teniendo en cuenta su edad y su capacidades, “un proceso de adaptación para que la vuelta a la rutina no sea tan estresante”.
Para ello, hay una serie de consejos que se pueden serguir, tal como detalla:
- Enfatizar las cosas positivas de volver al colegio, como ver a sus viejos amigos, conocer a nuevos compañeros de clase, llevar material escolar a estrenar, darles algún capricho en relación al material, participar en deportes u otras actividades...
- Iniciar alguna nueva actividad de ocio o algún pasatiempo, “que ayude a estimular el cerebro, como aprender a cocinar, montar en bicicleta o tocar un instrumento musical, algo altamente recomendable en el caso de los niños”.
- Transmitirles seguridad. Es impotante hablar con el hijo para descubrir qué es lo que les preocupa de la vuelta (”¿teme no hacer nuevos amigos o no llevarse bien con los profesores?, ¿le agobia tener que hacer las tareas escolares?, ¿le inquieta el posible acoso escolar (o bullying) que recibió el año pasado?”). Después de eso es necesario “que sienta que estamos arropándole y que tiene nuestro apoyo y confianza para todo”.
En definitiva, es muy importante “mostrarse disponible y receptivo con escucha de sus motivos, sin juzgarle y sin restarle importancia a sus sentimientos”, aconseja el psicólogo del COP-AO.