Las vacaciones de verano implican muchas horas de ocio y tiempo libre para los niños. Es tiempo de descansar, pero también de compartir planes en familia, repasar lo aprendido durante el curso, entretenernos con juegos y, por supuesto, también videojuegos, viendo series, redes sociales… Pero, para conseguir llevar a cabo todo esto de la forma más equilibrada y correcta para los peques, los padres deben aprender a gestionar a partes iguales su vida tecnológica y cotidiana. “Hay que buscar un equilibrio durante el verano que permita a los niños disfrutar al máximo de esta época combinando el uso de plataformas educativas para asentar lo aprendido y fomentar los nuevos aprendizajes con momentos limitados de ocio en redes sociales o videojuegos y actividades offline”, recomienda Javier Arroyo, Co-fundador de Smartick.
Por su parte, Eduardo Cruz, CEO de Qustodio, nos cuenta: “Los menores españoles pasan de media 4 horas al día ante pantallas, un tiempo que aumenta durante el periodo estival. De hecho, el verano pasado los niños usaron las apps un 20% más que a lo largo del curso. Para los jóvenes se trata de una época de diversión, agua, deporte, campamentos, playa, piscina, amigos… Pero también de largas tardes en casa sumergidos en una pantalla, maratones televisivos o la búsqueda ociosa de entretenimientos en Internet. El verano es un contexto de muchos cambios y novedades para los niños, por lo que es fundamental mantener una línea proporcionada entre ambas situaciones para evitar grandes desequilibrios que alteren la dieta digital de nuestros hijos”.
‘Tips’ para lograr equilibrar la balanza tecnológica y social
1. Establecer un horario tecnológico y tiempo de calidad
Los límites siempre son buenos y son sinónimo de disciplina, según el CEO de Qustodio: “Es importante establecer un horario que limite la utilización de las pantallas. Para que los menores tengan un control tecnológico debería existir una mínima rutina en el tiempo de uso de cada herramienta. Hay que ser conscientes de que la tecnología puede ser beneficiosa para los niños, pero para ello hay que integrarla en un cierto orden y definir determinados límites: hora de inicio y fin, espacio concreto de uso de pantallas en el día, tiempo máximo de videojuegos…”.
Pero, además, que el tiempo que inviertan frente a las pantallas sea el máximo de posible de calidad, será un plus para su educación puesto que “si desde pequeños los niños asocian la tecnología a un medio de aprendizaje, a medio-largo plazo será mucho más sencillo seguir cultivando su inquietud educativa a través de las pantallas”, asegura Javier Arroyo.
2. Aprender en familia y ser su mayor ejemplo
Es básico saber que los padres somos el espejo donde nuestros hijos se miran y que es fundamental predicar con el ejemplo en todos los aspectos de la vida. El verano también es tiempo de pasarlo en familia y la tecnología puede servir como una gran unión y aprovechar para mejorar en la educación digital de todos. “Realizar actividades online juntos estrecha vínculos y permite a los menores contar con referentes en el uso adecuado de las pantallas. Además, se puede aprovechar para realizar competencias educativas entre la familia que estimulen a los menores a seguir aprendiendo”, fomentan desde Smartick.
Si a ello le unes pasar tiempo en la piscina, jugando en la playa, visitando ciudades, museos… el equilibrio está asegurado. “Los niños harán lo que vean en sus padres. Si los adultos están empantallados, ¿cómo no van a estarlo los menores? Las vacaciones son una gran oportunidad para los padres de demostrar a los hijos cómo son realmente fuera de la vida laboral. Es la ocasión ideal para compartir hobbies, jugar con ellos, hacer excursiones… En definitiva, disfrutar de la familia al 100%”, añaden desde Qustodio.
3. Reforzar conocimientos de forma online y offline
“Hay vida más allá de las redes sociales y los niños pueden aprovechar el verano para reforzar lo aprendido durante el curso con el uso de las plataformas educativas. Existen multitud de opciones como, por ejemplo, para repasar matemáticas tienen Smartick, para aprender nuevos idiomas pueden emplear Duolingo, Kahoot para hacer test de cultura general…”, sugiere Eduardo Cruz.
A lo que el co-fundador de Smartick suma proponer actividades que fomenten conceptos académicos básicos en la vida cotidiana como, por ejemplo, “ejercicios matemáticos sencillos en la cocina (calculando los ingredientes de los menús), cálculos matemáticos al hacer la compra (con el dinero gastado y las vueltas) o buscando figuras geométricas en la calle (edificios cuadrados, piscinas redondas, pantallas de cine rectangulares...). Y también, fomentar el interés por la lectura promoviendo la lectura en familia o los comentarios de las lecturas compartidas”.
4. Mostrar interés por la vida online de los niños
Y es que muchos padres dar a los peques el teléfono o la Tablet como forma de entretenimiento para poder realizar tareas del hogar, alguna llamada, alguna tarea pendiente del trabajo... Y, seamos sinceros, es algo que todos hemos hecho. Pero, hemos de tener en cuenta que, una vez que les damos el dispositivo es difícil poder controlar al 100% todo lo que ven y lo que hacen, por eso “es importante mostrar interés por sus aficiones y actividades con las pantallas: qué plataformas usan, qué influencers siguen, quiénes son sus preferidos, cuál es su videojuego favorito, etc”, recomiendan desde Qustodio.