La piel de los más pequeños es muy sensible y puede sufrir con la exposición al sol si no la preparamos o protegemos bien. Ya sabemos que hasta los seis meses de edad no valen protectores solares, sino que es mejor evitar que a los bebés de esta edad no se les exponga de manera directa al sol o, que si no se puede evitar, sean los medios físicos (ropa, gorro, sombrilla, etc.) los métodos más adecuados para su protección. A partir de los seis meses, aunque las recomendaciones siguen siendo las mismas, se puede aplicar una cantidad pequeña de estos productos . Sin embargo, hay veces que el contacto con los rayos UVA o UVB es inevitable y, de repente, aparece una zona rojiza en la piel de nuestro pequeño.
En la gran mayoría de los casos, esa zona rojiza será una quemadura solar , pero quizás la exposición ha sido muy breve y el aspecto de esa zona rojiza nos hace dudar: ¿y si es una reacción al sol? o, si por el contrario, ¿ha comido algo y está teniendo una reacción alérgica a ese alimento? Aunque puedan parecerte muy similares, los síntomas son distintos y te revelan si se trata de una u otra. La Dra. Laura Parra, pediatra en el Hospital Vithas Medimar de Alicante, nos explica qué síntomas concretos tiene una reacción al sol y cómo podemos distingirla de una quemadura solar o una posible reacción alérgica por alimentos.
Síntomas de una reacción al sol
La reacción al sol, o la mal llamada alergia al sol, nos dice la doctora, “se trata en realidad de un grupo amplio de enfermedades de la piel agravadas por la exposición a radiación solar (UVA y UVB), siendo la más conocida la erupción polimorfa lumínica (EPL)”. Para identificarla, sobre todo en nuestros hijos, tenemos que fijarnos en lo siguiente:
- Suele aparecer como lesiones papulosas y rojizas (las pápulas o máculas son pequeñas marcas en la piel de menos de 1 cm) en áreas que se han expuesto al sol, como son los brazos, las piernas o la zona del escote.
- Tiene la característica de que se inicia casi al momento de comenzar la exposición solar.
- No suele ser muy pruriginosa (que causa picor) en la gran mayoría de los casos, aunque a veces sí lo es.
- Y, aunque puede durar días, suele desaparecer en cuestión de horas tras cesar la radiación solar.
¿Cómo distinguirla de una quemadura solar?
Las quemaduras solares, nos dice la doctora, “son una reacción aguda y visible de una exposición prolongada o sin protección solar a los rayos UVB solares y se producen cuando hemos sobrepasado el tiempo de exposición al sol durante el cual la melanina nos puede proteger”. Se diferencia de una reacción al sol, por lo siguiente:
- Aparece tras cuatro o seis horas de exposición solar. Aunque, nos indica la doctora, “en algunos fenotipos solares puede aparecer mucho antes”.
- Alcanza su pico máximo a las 12 o 24 horas y comienza a desaparecer en torno a los tres o cuatro días siguientes.
Además, la forma más leve de quemadura solar, nos dice, “es el eritema solar, cuando la piel se enrojece, se caliente y es dolorosa al tacto”. Aunque, si la exposición ha sido más prolongada, nos recuerda, “pueden aparecer formas más graves de la misma que precisen de un tratamiento tópico, oral y de una valoración en la Unidad de Quemados o en la consulta de Dermatología”. Por tanto, la EPL, como hemos visto, “se presenta y comporta de forma muy distinta”.
Diferencias entre una reacción al sol y una reacción alérgica por alimento
Para saber diferenciar una de otra, pues ambas son bastante frecuentes en verano, hay que fijarse, nos dice la doctora, en tres aspectos principalmente:
- El tipo de lesiones.
- La posibilidad de ser un cuadro grave
- El antecedente que las desencadena
Así, aunque la EPL, conocida coloquialmente como alergia al sol, “no contempla ningún mecanismo alérgico en su fisiopatología, las reacciones alérgicas por alimentos sí que están medidas por IgE”. Es decir, en el caso de los alimentos, en un análisis de sangre encontraremos anticuerpos y, en el caso del sol, no. Además, las señales que nos la indican difieren con el caso anterior:
- Una alergia a los alimentos se desencadena inmediatamente después de la ingesta del alimento que lo causa.
- Los síntomas pueden ir desde urticaria, nos explica la doctora, “como habones en la cara, el cuello y el resto del cuerpo, hasta el angioedema, es decir, un hinchazón de labios y cara”.
- También pueden aparecer vómitos alimenticios, alteración del estado de la conciencia, dificultad para respirar e, incluso, anafilaxia.
Unas características que, como vemos, “nada tienen que ver con la EPL, que aparece al exponerse al sol, sólo en aquellas zonas expuestas a él y desaparece espontáneamente en la mayoría de los casos, sin llegar a progresar en algo más grave”.
Prevención y tratamiento de una reacción al sol
Aunque en la gran mayoría de los casos una reacción al sol, de primeras, no se conoce (pues hasta que no te ha dado el sol por primera vez de manera directa no aparece), se puede prevenir en las siguientes ocasiones de manera sencilla: evitando la exposición solar directa, con medios físicos o con un protector solar. En el caso en el que ya tenemos la reacción al sol visible, “se puede utilizar un antihistamínico oral si esta produce picor”, nos explica la doctora.